Vienen los aranceles, además de sanciones. El emperador del universo, Donald Trump, así lo dispuso. Son para todos y algunos, respectivamente: para todo aquel que le venda productos a los Estados Unidos y para aquellos que requieran alguna presión especial debido a su peculiar relación con el imperio. Aranceles para pechar el "privilegio" de venderle a los gringos y sanciones para aquellos que se les declaran amenazas inusuales.
El emperador Trump decidió que el impuesto universal será de un 10%, es decir, para todas las importaciones de aquellos países con los cuales Estados Unidos mantenga un superávit a su favor; y un impuesto especial por encima del 10% para aquellos con los que mantenga un balance comercial desfavorable.
Por ejemplo, a Vietnam se le calzó un 46% porque en la relación comercial entrambos países el asiático mantiene un superávit a su favor: le vende al gringo 136 mil millones de dólares, comprándole apenas 13 mil. ¡Un desastroso desbalance! A Venezuela se le endosa un 15% porque en 2023 y 2024, a pesar de años de sanciones, tuvo un superávit comercial a su favor, 1094 millones de dólares en 2023 y 541 en 2024. Las exportaciones de Venezuela hacia los Estados Unidos en 2023 aumentaron en un 770% mientras que sus importaciones apenas crecieron en un 10%. ¡Otro horrible desbalance para el imperio!
Y es que nada le ha caído mejor a Venezuela para atornillar su independencia económica que esas mil sanciones aplicadas desde que Barack Obama y su congreso se inventaron la ley de "Defensa de los derechos humanos y de la sociedad civil en Venezuela" en 2014 y 15; por supuesto, se dice lo anterior con la debida consideración al dolor generado durante el ínterin a millones de venezolanos. El gobierno se vio obligado a parir soluciones y a implementar en 2018 el Plan de Recuperación Económica.
Su resultado es que al sol de hoy hay un abastecimiento del 98% en los supermercados y el 97% de los productos que se expenden son de fabricación nacional, de acuerdo con la Asociación Nacional de Supermercados y Automercados (ANSA). Ponme a prueba, dijo Venezuela, y verás como crezco.
Respecto de las sanciones, habrá que creer que eso del superávit en contra es para los Estados Unidos también una amenaza inusual, aparte las discordancias ideológicas.