Esto te dejará confundido, descabezado. La Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue creada el 24 de octubre de 1945, cincuenta y dos días después de finalizada la segunda guerra mundial.
A propósito de haber sufrido la humanidad dos grandes guerras, su misión fundacional fue mantener la paz y la seguridad en el mundo, evitando conflictos y armonizando las relaciones entre las naciones.
Pero, como se dijo, esas fueron sus intenciones originales. Al presente, la ONU es un ente inútil, al servicio político y militar de uno de los polos del mundo, occidente, es decir, EE. UU. y sus aliados, quienes hoy redirigen sus acciones en contra de quienes los adversen.
No es casual que su nombre se lo haya dado un presidente de los EE. UU. (apoyado por Winston Churchill), su sede esté en Nueva York, se utilice en su jerga la palabra "aliado" para denotar partido por causas progresistas y catorce de sus principios los haya escrito Woodrow Wilson, otro presidente estadounidense.
Entonces se invocaba luchar contra el "maldito" fascismo del eje Roma-Berlín-Tokio; ¡hoy esa parcialidad dominante lo bendice dondequiera florezca, rampante en Israel y Ucrania!
Por ello no extraña su fracaso en resolver problemas ahí donde el interés de esa alianza original (EE. UU.-Gran Bretaña) esté en entredicho: conflicto India-Pakistán, invasión a Irak por EE. UU. y aliados (¿oyó bien?: aliados), ataque a Libia por EE. UU. y aliados, guerra entre las Corea, robo de recursos de EE. UU. en Siria y el caso icónico, guerra palestino-israelí.
Actualmente la ONU fomenta guerras en vez de evitarlas, y no haciéndose de la vista gorda como en los mencionados casos, sino participando activamente. Si no, pregúntese por qué su novedoso Consejo de Derechos Humanos corre para sentenciar violaciones en Venezuela, un país pacifista, y recula ante el atroz genocidio en Gaza; y por qué su Corte Internacional de Justicia paraliza el reclamo de los venezolanos respecto del Esequibo, minado de riquezas.
Es claro que apantalla intereses, juega a la invasión y el despojo contra ese país, de tradición libertaria, con el objetivo de prestarse para el más escandaloso saqueo de la historia.
La ONU es artilugio prostibulario y debe desaparecer o reinventarse.