viernes, 28 de octubre de 2022

ADVERTENCIA: CUIDADO CON GUAIDÓ Y EL “CALENTAMIENTO” DE LA CALLE

El designado presidente interino de Venezuela por los EEUU, Juan Guaidó, salió a la calle hoy jueves 27 de octubre, congregó una gente en la estación del metro Colegio de Ingenieros y se la llevó hasta el CNE, ubicado en Plaza Venezuela. Allí, con una cuantiosa cantidad de personas en marcha, solicitó al ente electoral fechas para adelantar elecciones presidenciales en Venezuela. En declaraciones, le envió un mensaje al presidente Nicolás Maduro, recordándole que tenía el tiempo contado y a las masas le dijo que su solicitud en modo alguno era una dádiva de nadie, sino un reclamo legítimo de un ciudadano que apreciaba el notorio fraude electoral de 2018. Coronó su discurso acentuando que en Venezuela había una dictadura y que tales formas viles de gobierno no regalan fechas ni elecciones, sino que había que lucharlas con protestas pacíficas en la calle. 

Dicho lo anterior, cerró la jornada, y, dado su inusitado éxito, cabe esperar que continúe con más convocatorias a efectos de mantener "caliente" la calle. De tal forma el autoproclamado presidente de Venezuela rompe la monótona quietud política del país, casi olvidada ya de marchas y tensiones políticas, afectada últimamente por los deslaves naturales ocasionados por las lluvias. 

Notorio es señalar que su repentina caminata política en Caracas, por lo abrupto, pudo haber respondido a dos razones de consideración política: 

  1. EEUU le colocó fecha de vencimiento a su gestión como presidente encargado para enero de 2023 y Juan Guaidó junto a su grupo político, Voluntad Popular, alarmado tomó la iniciativa a motus propio de demostrar su valía política ante el Departamento de Estado a través de la movilización de masas humanas. Si exitosa resultaba la convocatoria, luego EEUU tendría que reconsiderar su propuesta de decapitarlo políticamente, animándose, mejor aun, con más planes de desestabilización contra Venezuela. Cundió, pues, el pánico en las filas partidistas ante el propuesto degüello: no recibirían más recursos, no serían apoyados en el apoderamiento de bienes del Estado venezolano y perderían su posición de liderazgo como oposición en el país. Cuelga en el ambiente el ingente recurso del oro venezolano en las bóvedas de Inglaterra a repartirse y el remate de CITGO en los EEUU, dineros suficientes para financiar sus luchas por la libertad. 
  2. La fecha escogida para comenzar a "calentar" la calle es la presente, justo cuando el país y el Estado venezolano se encuentran bajo emergencia y muy vulnerables por las tragedias ocasionadas por las lluvias. Si se llegase a instalar un discurso político de que el gobierno y no la naturaleza es el responsable de los desastres naturales y del consiguiente sufrimiento de la gente, podría realmente calentarse la calle y retornarse a épocas recientes de guarimbas y peticiones de renuncias presidenciales. Sería un caldo de cultivo para una renovada injerencia de los EEUU en Venezuela, recientes de sabotajes en Irán. Agréguese que la proximidad de la navidad es una circunstancia muy apreciada por la oposición venezolana, quien maneja el credo de que, saboteándolas, se genera la impresión de país infeliz e inestable, cuota política aprovechable. Así, en fin, a los EEUU no le quedaría mejor opción que seguir confiando en Guaidó. 

El regreso a las marchas, al uso de barricadas en las calles, al discurso eterno de la "sociedad civil" en "protestas pacíficas" pidiendo renuncias y fechas, son ya elementos de un ejercicio narrativo violento harto conocidoa. Resta al gobierno prevenirse y no dejar pasar este primer indicio de un plan preñado de "buenas intenciones". 

Juan Guaidó, con el ultimátum recibido desde los EEUU, que le pone vencimiento a su utilidad política, semejaría a una fiera herida causando zozobra antes de morir, intentando demostrar su peso específico político para que no lo desechen (qué digan, pues, que mueve gente, que es un factor relevante para el cambio en Venezuela, etc.). Pero no por fiera herida cercana a la muerte, proceso decadente como se vea, hay que subestimar al opositor debido a que puede lograr su objetivo: que calentando la calle y saboteando las navidades logre una circunstancia de reutilización gringa. No importaría tanto que lo readopten como de delfín político (el país ha superado esas situaciones), sino el hecho de la perturbación de la paz en el país en momentos de conmoción nacional. 

 Dígase, finalmente, que el Jefe del Estado venezolano contribuyo a la narrativa al anunciar que había probabilidades de adelantar las elecciones presidenciales. Al día de hoy es un punto analizar: ¿cuál fue su intencionalidad política? ¿Qué beneficios políticos entrañarían sus declaraciones? ¿O qué daños infligirían al contrario? 


jueves, 27 de octubre de 2022

SE ACERCA LA GUERRA NUCLEAR, ¿SOBRE QUÉ CONVERSAMOS?

Al escribir sobre Rusia, Ucrania, UE, OTAN, EEUU, Venezuela, China, Formosa, Irak, Irán, Israel, Corea del Norte y Corea del Sur se puede sentir que la monotonía aplasta. Recurrentes temas, como la gota que se desprende de un tubo en desperfecto. Y la sensación primera que ha de sentirse es cansancio, tanto en el escritor como en el lector.

Pero no hay más temas fundamentales que el peligro de la guerra nuclear, se mire desde donde mire; lo demás es secundario. Si se mira desde Colombia, por ejemplo, donde los temas de la guerrilla, el narcoestado y el narcotráfico son candentes; o desde Venezuela, cuyos temas son el terrorismo opositor; o Alemania, donde regresaron a la época preindustrial con el uso del carbón como fuente de energía; o desde los países del llamado "primer mundo", donde anualmente se suicida casi un millón de personas minadas de salud y confort, es seguro que la conciencia humana concluirá en que debe primar el tema de la guerra nuclear.

Lo ideal sería que el mundo, en una sola conciencia, reflexionase o escribiese sobre el tema. Como decir, una sola voz, lo cual, a no dudar, con tanto medio de comunicación masificado en la aldea y tanto dedo señalando los detalles, culpables, errores, complots, tiros, explosiones, etc., en buena medida contribuiría a soluciones, sino a la paz. Un navío o convoy trasladando armamento, visto a través de los satélites, llevado a video en cada teléfono, tiene que afectar la toma de decisiones de los hegemónicos. La develación de una conversación malsanamente bélica, sostenida por un líder importante con también importantes ejecutores, ha de afectar.

Si hay guerra nuclear, ya no habrá más de qué hablar. ¿Qué importará el farandulero dolor de estómago de la realeza inglesa, o una caída de Joe Biden o un congreso peruano intentando derrocar al presidente Castillo? ¿Importará la CIA con su cruzada golpista y desestabilizadora en el mundo? ¿Será el comunismo una amenaza para el sistema solar? ¿Habrá Revolución Bolivariana de qué hablar? Lo que habrá será radiación en el viento y borrado de fronteras en el mundo, con invasiones y tomas de los bienes de otros por parte de los más armados. ¡Ay con Venezuela y su petróleo, patio trasero gringo!

Pero déjese de soñar. Cero filosofías. Ya se oyen las voces que disienten ante tan estúpida y utópica propuesta. "Si vamos a morir, lo mejor será distraerse. Hagamos una orgía. Quiero ver el pubis de Madonna ya vieja o el falo de 30 cm conservado en vidriera del monje Rasputín". Por cierto, nunca la imaginación será tan fecunda: ya ucranianos celebran orgías públicas antes del fin del mundo. El Decámeron, de Giovanni Boccaccio. Ante los problemas, el hombre tiende hacia la irrealidad y se hace sensualista, circunstancia idónea para la captación de nuevos seguidores en todo tipo de religión o sectas. No hay que cansar al lector, pues.

Es difícil precipitar conciencia en los humanos, por no hablar de los extraterrestres, no conocidos todavía por los simples mortales. Tan estúpidos son con respecto del planeta y la conservación de la vida que es posible que una compañía carpintera grabe la deforestación del último árbol de la última especie maderera para viralizarse en las redes sociales al lado de la sonrisa de su magnate propietario; o tan estúpido como un japonés o noruego, matando a la última ballena para comercializar su aceite.

Tiene que resultar irresistible mencionar, por lo menos, la propuesta de los EEUU respecto de la guerra Ucrania-Rusia: atacar en el suelo de batalla a Rusia, pero no como país de la OTAN para evitar la intervención de toda la organización, sino a través de una coalición de países redentores (Inglaterra, Alemania, Australia, Francia, España, etc.); o la de Finlandia: que cuando sea miembro de la OTAN pueda almacenar la larga variedad de bombas y equipos nucleares existente sin importar lo fronterizo con Rusia.

Visto lo anterior, ante los remilgos contra el tedio, el otro tema a escribir sería sobre el cerebro y la inteligencia humanos como factor de supervivencia.


martes, 25 de octubre de 2022

EL FANTÁSTICO MUNDO DE JUAN GUAIDÓ

A Juan Gerardo Antonio Guaidó Márquez (Juan Guaidó) jamás se le ocurrió que el mundo donde había vivido cuarenta y nueve años pudiese ser falso, catastróficamente inexistente, y, menos aún, que a él, hijo de un taxista y damnificado en la tragedia de Vargas de 1999, habitante de un país subdesarrollado, le estuviese reservada la providencia de descubrir el mundo real. 

Junto a Cristóbal Colón, quien descubrió una de las tantas parcelas del mundo ficticio, a él le tocó en destino descubrir, más allá de la globalidad de un mundo real, la mismísima verdad, hazaña sin paragón en la historia de la humanidad. La verdadera dimensión de la existencia humana. Como decir que el primero exclamó "¡Tierra!"en su momento y el segundo, "¡Aire!", ya dos elementos de la composición del universo. 

¡Insólita vuelta de la vida! Posiblemente carga honorífica incapaz de ser sostenida por tan humanos hombros. ¡De pronto caer en cuenta que el vaso sobre la mesa, el gato sobre el sofá, el sol avileño a través de la ventana y el Presidente de la República son ficciones, es una experiencia arrolladoramente enajenante, casi de manicomio! 

Suspiró profundamente y, a pesar de saber que era una impresión falsa del mundo irreal, se deleitó con el olor de unas flores que su esposa Fabiana cultivaba en el balcón. Pensativo, lo recorrió, sintiendo el aire frío de la tarde, mirando el verdor gigantesco del Ávila y oyendo el ronronear vehicular de la ciudad de Caracas… ¡Su manos, miraba sus manos, sus manos bien cuidadas…! 

-¡Mentiras! –no pudo evitar exclamar-. ¡El mundo es una mentira! 

Porque era eso, era eso lo que lo mortificaba: su insólito descubrimiento, por un lado, y su esposa y sus dos hijos en consecuencia, por el otro. ¡Sufrimiento de genios, genios incomprendidos! Pasar del cuestionado olor de una flor ficticia que cultivaba su mujer a creer que la mujer sí existía y la flor no, no era cosa de su entendimiento, menos si el entendimiento es tan alto como casi ninguno, como el suyo. 

Metió su rostro en el cuenco de sus manos. Aquel 11 de enero de 2019, cuando tuvo la revelación en horas de la madrugada, una voz implacable lo impelía desde el día martes.  "¡Ve, ve, ve! ¡Preséntate! ¡El mundo real te pertenece! ¡Serás el presidente!" No lo podía creer. ¡Jamás lo olvidaría! En un principio se confundió con lo que ordenaban las voces porque ya era presidente del parlamento; pero, después de concretas señales, comprendió que nada existía y el cargo que le señalaban era ser Presidente de la República de Venezuela. 

Leía en el baño, como todas las madrugadas, sentado sobre el vaso de la poceta, cuando de pronto el mundo conocido desapareció (poceta, excremento y el olor corporal) y desnudo se vio a sí mismo en medio de una blanca y solitaria planicie como única criatura de la creación, oyendo la voz sin parar que le increpaba sobre la veracidad de aquel lugar, mismo necesitado de poblar ¡urgentemente! ¡Su tarea, pues! Lo más increíble es que podía regresar al mundo irreal a su antojo, como si en su cabeza apagase un botón, haciendo reaparecer a Nicolás Maduro como el usurpador Presidente de Venezuela y el Waraira Repano como montaña de Caracas. ¡Todo falso, de cuño y nombre! 

Los demás es conocido: se presentó en el parlamento el 23 de enero de 2019, del cual fungía como presidente y, ¡cosa insólita!, utilizó a los mismos diputados, huestes de la irrealidad, para autoproclamarse como Presidente de la República de Venezuela verdadero. 

Juan Guaidó extrajo su rostro del cuenco y volvió su mirada de genio hacia el Ávila, ficticiamente llamado Waraira Repano. Nuevamente lo invadió el olor de Fabiana, las flores… ¡Qué pesar! ¿Cómo decirlo? ¡¡Su mujer no existía!! ¿Sus hijos…? ¿Cómo hacerlo, cómo poblar el nuevo mundo con ella, el mundo real, al que se asomaba tristemente durante esos momentos para contemplar la solitaria silla presidencial entonces no sobre un país, sino sobre un planeta, pero planeta sin primera dama. 

Apagaba y prendía el botón compulsivamente para cambiar de dimensión, pero no desaparecían las imágenes del falso Nicolás sentado transmutándose a la realística y solitaria imagen del sillón presidencial desolado. Y así, en fin, lo sorprendía la noche, con su fementido manto estrellado.  


lunes, 24 de octubre de 2022

LOS GRINGOS HACIÉNDOSE CON EL MERCADO EUROPEO PARA SU GAS Y LOS RUSOS CON UCRANIA, ASESTANDO UN GOLPE DE MUERTE AL DÓLAR IMPERIAL

Las cosas mutan y nada que son simples. Por ello no son lo que parecen. "Todo fluye" habrá que decir con el antiguo Heráclito. El río de ayer no es el mismo de hoy. La realidad se hace increíble con sus cambios y no hay ficción que le lleve el paso. La guerra entre Ucrania y Rusia no es tal, sino un río que empezó a manar; al día siguiente ya había mutado y se había convertido en una guerra entre la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y Rusia. Como el agua siguió corriendo, ahora, en el fondo, se sabe que es una confrontación entre los EEUU y Rusia, los polos de poder en el mundo, disputándoselo.  

Si se espera que el río siga fluyendo un poco más, es muy probable que se descubra que la confrontación armada tiene su motivación en las disputas de unos poderosos grupos económicos a cargo de personas, con nombres y apellidos. Viejo es ya el clisé de que las guerras acaecen por razones económicas. La muerte del archiduque Francisco Fernando, heredero del imperio austrohúngaro, Sarajevo, 1914, no es la causa de la ocurrencia de la primera guerra mundial; lo fue la disputa por los mercados entre países como Inglaterra, Francia, Alemania y la Rusia de entonces. Así tampoco ni de cerca la Guerra de Troya, en el 1200 A.C. empezó por el rapto de Helena. 

Hace unos días una señora de 40 años reveló cómo su hija de 18 años le birló a su marido (o como el marido la abandonó fugándose con su amada hija de 18 años. Fue así: el hombre aparece cuando su hija tiene tres años de edad, se junta a ella y le promete ayudarla con la menor. Viven juntos, pues. Cuando la niña cumple 18 años, se fuga con su padrastro, teniendo hoy la engañada 40 años, el galán 42 y la joven 22, ya con hijos. El agua de la verdad discurre oculta, riachuelo subterráneo. El mercado europeo del gas y el petróleo era ruso y acaba de ser arrebatado por los EEUU. ¡Y los EEUU han empezado a venderle a Europa gas cinco veces más caro que el ruso, cubriendo el déficit! Lo más extraordinario: ¡se lo compran! 

Semejante faena estadounidense es una trama largamente elaborada, hace décadas ya, arteramente brillante, hay que reconocerlo. Utilizó a Ucrania para embaucar a los países europeos en una aventura de obligado repudio a Rusia. Aprovechó el desvarío de grupos extremistas ucranianos para armarlos y sembrar provocaciones fronterizas de inevitable rechazo ruso. Rusia parece pisar la trampa, ataca y lo demás es una narrativa de unidad contra el ogro agresor, obligante por decir menos, con OTAN y sin OTAN, por la paz, la libertad y los derechos humanos. 

Por el otro lado, los rusos sabían desde hace décadas de la actividad estadounidense en Ucrania. ¡Es imposible que no, allí en la frontera! Al dejar hacer, cultivaban el pretexto para tomar un país rico y estratégico como Ucrania, su antiguo territorio, por cierto, su original patria. Pero la historia que se presenta para los simples mortales es que Rusia se defiende atacando amenazas en sus fronteras y los EEUU ayudan al oprimido con su alianza de tontos europeos, los más perjudicados en la materia. ¡Ingente historia! 

Hasta la fecha los gringos han tomado el mercado europeo y los rusos, cuando el agua discurra un poco más, tomarán Ucrania con todo su potencial agrícola, bélico y geoestratégico. Los efectos: ganancia para el mercadeo gringo, pero al precio de la ganancia rusa, que asesta un golpe a la hegemonía del dólar y acaba con el poder de uno en el mundo, abriendo la flor del multipoderío global encarnado en la diversidad china, iraní y hasta venezolana en tanto Venezuela es un mar de petróleo y no es aliado de los EEUU. Véase: el petróleo ruso se venderá en rublos y no en dólares, y Arabia Saudita, el país que apalancó la hegemonía mundial del dólar al cobrar su petróleo con esa divisa (petrodólares), hoy se encuentra en conflicto con los EEUU y coqueteando con los rusos. 

Atención: el agua sigue fluyendo. Se arremolina. Mañana habrá de ser otra la corriente en mundo tan loco e inasible. Ahora mismo se baraja la narrativa nuclear. A esperar. 


sábado, 22 de octubre de 2022

CUENTOS POLÍTICOS: REGRESO A LA MALA PATRIA

A través de la ventanilla se veía la inmensa masa de agua del Caribe. El avión se preparaba para aterrizar en el aeropuerto de Maiquetía, realizando sus giros finales. Fulanito no podía con su vergüenza. A su lado estaba su compañero de andanzas, Zutano, quien, más expresivo que él, lloraba calladamente. Y más atrás, en el resto de la tripulación, cundía el rostro coagulado de la decepción.

Los habían devuelto desde México. Veinticinco regresaban con las manos vacías, más pobres e inútiles que una moneda perdida en un bosque. Así lo sentían. Habían partido desde Colombia y pasado por el Tapón de Daríen con el propósito de ingresar al mejor país del mundo, pero los rechazaron y, peor aun, los amenazaron con marcarlos con expedientes para que nunca más pudieran entrar a la tierra de George Washington. Una raya total.

Fulanito se repetía mentalmente lo injusto que le había resultado la vida. Ahora mismo tenía que estar caminando por las calles de ese gran país, pensando en su inmenso futuro. Quería ser famoso, igual que Zutano, que deseaba ser actor, como Brad Pitt. Ya habían tenido cierta experiencia en Barinas y Caracas uno y otro, el primero Fulanito cantando música llanera en algunos restaurantes y luego Zutano, que había hecho de extra en una película filmada en Sabana Grande. Claro está: estarían ahora mismo buscando empleos sencillos por los que pagaban montones de dólares, trabajos como limpiar un piso u ordenar cajas en un depósito. Empezando, en fin, por el principio.

Pero el presidente de los EEUU se puso furioso y les cerró la puerta a los inmigrantes, especialmente a los venezolanos. ¡Terrible vaina! Pidió garantías para quien llegara, y ése que llegara tenía que tener muchos dólares para asegurarse que no hiciera de indigente en el país estrella, un tío adinerado que lo cobijase y arribar en un vuelo pagado, como lo hacían los viajeros normales en los aeropuertos.

-¡No, joda, mi pana, tanto sufrimiento vivido en Daríen! –se quejó Fulanito con Zutano-. ¡De vaina nos morimos ahogados en Darién! ¡Y todo para esto, para regresarnos!

-¡Ese viejo es un hijo de puta! –se dolió Zutano, aludiendo al presidente de los EEUU.

"Y pensar que debo hasta el alma", se puso a pensar tristemente Fulanito, hundiendo su rostro en las manos. Sus papas y tíos, a regañadientes con el hijo rebelde y en fuga, financiaron sus gastos a toque de ruina. Y él siempre los callaba asegurándoles que les enviaría mucho dinero o se los llevaría a ellos mismos. Táchira, Colombia, Darién, Panamá, EEUU… ¡Cada escala fue un trabajo, un ahorro, un gasto, una aventura! ¡Una penuria el todo! ¡México! Y ahora regresaba con los cuencos vacíos, la vida casi empeñada, debiendo mirar rostros seguramente burlescos. ¡Vaya con la pena! Lo más molesto es que seguramente estaría el mugroso gobierno venezolano esperándolos para ofrecerles ayuda…

-¡El peor de todos es Maduro! –se vengó Fulanito corrigiendo a Zutano-. ¡No hay vida en Venezuela! ¡Aquí lo que se canta es música llanera!

Las azafatas empezaron su rutina previa al aterrizaje, una hablando y la otra ilustrando. Venezuela, mientras tanto, desfilaba a pedazos en las ventanillas. Azul el mar, como un dispensario, les generó un fugaz alivio en el espíritu. Fulanito, a pesar de que lo reprenderían las azafatas, se levantó de repente, no pudiendo contener un flechazo de optimismo en medio de lago tan espeso de vergüenza. Zutano lo miró frontalmente, levantando el rostro desde el suelo donde lo tenía esparcido: "¿Qué haces, loco?", le pregunto alarmado.

Pero ya Fulanito estaba encarando emocionado a sus derrotados paisanos del avión. Les habló despechadamente, compartiendo su pensar, arengando con ademanes a la esperanza que, en su opinión, todos debían albergar para practicar un cambio futuro en sus vidas. ¡Que no desesperasen, pues! ¡No! Su voz pronto se quebró y, ante la inminente llegada de algún funcionario de seguridad, llenó con fuerza sus pulmones y explotó casi con ira:

-¡Qué vivan los Estados Unidos de Norteamérica, no jodan!


viernes, 21 de octubre de 2022

DIVAGACIÓN CLÁSICA SOBRE EL HONOR Y LA ESCLAVITUD IMPERIAL DE ALEMANIA, COREA DEL SUR Y JAPÓN HOY DIA

Ver a Aquiles, el de los pies ligeros, enjaulado y exhibido ante los ojos curiosos del mundo, tiene que ser una calamidad, peor que el destino de breve vida que le concedieron los dioses a cambio de gloria. Claros hay que estar. El homicida de los tiempos homéricos vivió un régimen de honor y cualquier modalidad de existencia deshonrosa que alguien pudiera obligarle a vivir habría devenido en la muerte para él. Otro guerrero contemporáneo al pelida así lo certifico: Áyax Telamón se suicidó cuando el jefe supremo desconoció su honor en la repartición de unos trofeos de guerra. 

Hoy, edad de la informática, no se manejan tales códigos personales de modo tan feroz o literal. El honor varía según la cultura y, aunque esencialmente no pierde su esencia, se matiza. Hoy, pues, otros matices culturales le mueven el destino al monigote humano. Se vive la era de la astucia y la mentira, tema sociohistórico. La época del taimado Ulises, finalmente, venció. Aquello que empezó con el cobarde de Paris, raptor de Helena, es la modalidad de hoy. Paris el arquero, cobarde como todo arquero que ataca a distancia y no disputa el honor en un combate cuerpo a cuerpo, como es el código de la época, sobrevivió. La coronación de esta evolución queda expresada en la muerte de Aquiles por flecha del mismo Paris. El mejor guerrero de Grecia cayendo ante el cobarde. 

Tres mil doscientos después un cobarde como Francisco de Paula Santander, quien se escondía para no combatir y trató de asesinar a Simón Bolívar en varias ocasiones, se convierte en prócer de la independencia de Colombia. Tal es el viaje de la codificante cultura. Santander sobrevive, como bien se lo procuró con sus artimañas, y se hace un potentado, dueño de tierras y del país neogranadino. Pero desde el ángulo honorífico, es un detrito humano. 

Evoluciona la guerra y sus modos, y en virtud de lo tecnológico, se salva la vida, lo que en un pasado podía verse como cobardía. Antes eran soldados kamikazes, hoy drones; antes, combates cuerpo a cuerpo, luego flechas a distancia. Es historia, la cultura, la tecnificación. Hoy mismo se dice que la cobardía queda dispensada al tener un origen genético. Pero hay algo: si es cierto que lo tecnológico a lo largo de la historia (como un arco o un dron)  modifica la modalidad de combate; y también es cierto que hoy no se resuelve una guerra con un combate cuerpo a cuerpo, el concepto de honor, fundamentalmente, no cambia. Siempre un hombre que, heroicamente, rompa filas en el bando contrario y lo aniquile al precio mismo de su vida, prescindiendo de drones o misiles, será un valiente homenajeable para la posteridad. En mezcolanza: Aquiles, Áyax, Antonio Ricaurte, Bolívar, Guaicaipuro, la URSS durante la segunda guerra mundial… 

Bella es la muerte de Héctor en combate hace tres mil doscientos años como la de Ricaurte en batalla detonando unas pilas de explosivos durante la Guerra de Independencia, en 1814. Lo que no cambiará jamás es la fealdad y pusilanimidad de la cobardía, por más justificación cromosómica que pueda tener. 

Alemania, la de los belicosos teutones de la Edad Media, o la de la sangre germánica que descompuso al mismísimo Imperio Romano, o la de los temibles soldados avanzando en blitzkrieg durante la segunda guerra mundial, es ese Aquiles hoy enjaulado, exhibiendo los huesos de su honorable pasado. Vergonzosamente es esclava de los EEUU, impendida en su desarrollo e iniciativas (como se lo hizo Francia después de la primera guerra mundial), depositaria tonta de arsenales nucleares. No se hable de Japón, país de los kamikazes, emporio severo del honor, tierra de los samuráis, belicosísimo imperio del sol naciente, hoy sometido al yugo estadounidense, sin libertad siquiera para tener su propia constitución, con economía y desarrollo tecnológico controlados, otrora campo de experimentación humana bajo el efecto de una explosión atómica.  También, como Alemania, muestra sus honorables huesos del recuerdo en la triste jaula, para que todos se burlen. Finamente, Corea del Sur, maniquí de los EEUU ante sus hermanos de sangre, los norcoreanos. Es un país que en el pasado enfrento a Japón, con estirpe de guerra, hoy, inexplicablemente sin honor, esclavo, reducido, perro azuzado desde unas cadenas contra su propia sangre. 

Cambian las armas, los esquemas de combate, pero no los hombres con su hambre de inmortalidad. 


miércoles, 19 de octubre de 2022

DARIÉN MUSICAL

Calor. Mosquitos interminables. Húmedo calor de selva sobre un fondo de hojas y ramas que susurran debajo de los pies o a los costados. Calzados empantanados. Griteríos juveniles celebrando la ocurrencia de cualquier novedad, desde la vista de un escurridizo gato montés hasta el aletear de una mariposa de colores plateados. Chapotear interminable. Jungla estremecida por una larga fila de aventureros migrantes, venezolanos, ecuatorianos y haitianos mayormente, escandalizando al son de "Te pienso", de Ozuna, teléfonos celulares en mano. Es Darién.

-¡Viene el río! –alerta una voz enronquecida-. ¡A prepararse!

La caravana se recompone. El río mete miedo. Hay que atravesarlo. Juveniles, niños, mujeres, hombres, algunos viejos, se contraen de repente como una oruga. El calor es una sopa que chorrea sobre el cuerpo. Empieza a llegar el sonoro borbotear del agua. Se sigue oyendo al reguetonero colombiano, tarareado por muchas voces.

-¡Te quiero, bebé! –exclama de repente un joven venezolano que había permanecido en silencio-. ¡En el norte te veré!

Un hombre a cargo del avance de la caravana salta de un tramo a otro, botas militares calzadas, pasamontañas, ropas de camuflaje, radio transmisor en mano. Arenga, critica, regaña, sonríe. Vistiendo para la jungla, se mueve más ágilmente que el conjunto.

De pronto el joven enamorado se desprende de la serpiente humana y le dice a su compañero "Ya te alcanzo". Se interna por un lateral de la trocha y se abre paso entre los mosquitos y las ruidosas hojas.

La caravana avanza, el barro a veces hasta las rodillas, más pantanoso según se oye más nítidamente el río. La fila colorida parece una fiesta violentando la verde solemnidad selvática.

Busca el pie de un árbol donde "obrar", como diría su abuela allá en Calabozo, cerca del río Guárico, donde vive su veguera familia. Su sueño es triunfar, ser cantante, como Bad Bunny, de quien empezó a tararear "Títi me preguntó" mientras defeca. Improvisa aleteos para defenderse de los insectos. "Tengo madera" se repite mentalmente. Como el mismo río quiere ser cantante en un país de famas y libertades; si ya, naturalmente, de su boca manan coplas llaneras del contrapunteo... De esa habilidad a rapear o reguetonear, tiene que ser muy escaso el trecho.

En silencio una pitón se desconcha de la corteza del árbol y, certera, lo atenaza del cuello. En un principio exhala un grito de sorpresa, pero, al comprender y querer pedir auxilio, sólo siente ahogo. Mil veces grita sordamente, luchando con sus manos por su vida, halando aquí y apretando allá el cuerpo invencible del reptil, rodando por el suelo. En vano intenta incorporarse con el peso de los anillos, progresivos ya sobre su pecho. La ansiedad del sofoco y de la muerte estremece su cuerpo, y, en un esfuerzo desesperado, aferra su teléfono, como si allí se encarnara la salvación. Sólo luz verde y silencio.

Repentinamente acuden al sitio un par de botas embarradas, negras y altas hasta el cielo. Renace su esperanza, hasta se siente respirar. Lo reconoce: es "Timor", el tiktoker ecuatoriano, y, mientras le dice con sus ojos y mentalmente que mate a la maldita serpiente, empieza a oír nuevamente el rumoreo de la caravana avanzando hacia el río, la música de fondo de Bad Bunny y el griterío juvenil de la aventura.

-¡Ordenados en grupos de diez! –se oye la voz de mando del guía- ¡De diez! ¡De diez en diez!

Pero Timor no lo ayuda. Lo graba minuciosamente, preparando su próximo video para las redes sociales. Un enjambre de mosquitos cubre su rostro. Hay agua y barro sobre sus mejillas… y un rumor…, rumor frío… ¿Es música o su río Guárico?


martes, 18 de octubre de 2022

EUROPA ES UN JARDÍN Y LO DEMÁS ES MONTE Y CULEBRA

Josep Borrell, jefe de Política Exterior de la Unión Europea, dijo por ahí en una rueda de prensa que Europa es un "jardín" rodeado por el resto del mundo, por una especie de "jungla" que amenaza con invadirla. En ese jardín, según él, "todo funciona". Jardín, en fin, a proteger de la barbarie, de lianas, plantas carnívoras, osos, jaguares y tanto otro bicho que no participa de la civilización exquisita. Bélgica, 13 de octubre próximo pasado. 

Costó mucho construirlo, sí, dice Borrell: "Hemos construido un jardín". Ya a principios de octubre había amagado con lo mismo cuando declaró que Europa es un jardín que había que proteger contra la jungla incluso con herramientas militares. Como fue su primera declaración, nadie hizo caso de su estupidez o locuacidad. A las primeras, cualquiera puede cometer estupideces o locuras y por ello no significa que requiera un sanatorio. Véase a Joe Biden, el senil presidente de los EE.UU.: la primera vez saludó a un fantasma y nadie lo etiquetó de loco; pero, pasado el tiempo, ya ha conversado con un montón de seres de ultratumba y ahora sí es verdad que luce como un orate consolidado.  

Significa, pues, que Borrell está construyendo su metáfora de apartheid paradisíaco probablemente a propulsión de algún libro que se lee o acorralado en su mentalidad imperial por las circunstancias presentes de guerra que el mundo vive, lo cual lo hace sentirse bajo amenaza, quizás como blanco militar en sus terruños. No es de extrañar: en 1996 recibió la Gran Cruz de la Orden de Carlos III; en 2000, la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica; y en 2006, la Gran Orden de la Reina Jelena. Es un eximio alumno imperial, monárquico para más luces; el resto del orbe ha de ser, consiguientemente, montaraces colonias. Nació en 1947: casi que naturalmente, como se dice de los loros viejos que no pueden cambiar y empezar a hablar, tienen que contrariarle esas habladurías majaderas de cambio de época, eso de la nueva multipolaridad con Rusia, China, Irán, India o Venezuela como voces importantes. Todo mundo, conocido o desconocido, providencialmente tiene que estar gobernado por un rey. La mentalidad feudal ve atajos, amenazas y sublevaciones por doquier. 

Inmediatamente emergieron Rusia, Irán y hasta los Emiratos Árabes Unidos para reclamarle declaraciones tan connotativamente xenofóbicas, racistas e imperialistas. La Cancillería de Rusia fue un poco más descriptiva; adujo que Europa se convirtió en el "jardín" de Borrell a fuer de saquear la jungla, el resto del mundo. Y a tan certera descripción habría que agregarle que sí, que los saqueos convirtieron a Europa en ese llamado "primer mundo", ese lugar "desarrollado" donde la gente se suicida debido al confort  y controles humanos asfixiantes. Nada parecido a los aires de libertad que se respiran en la jungla. 

Realmente, lo que hay que decir, contrariando al lastimero señor feudal de marras, es que Europa es un pobre lugar en la actualidad, un cascarón vacío, quebrado, viejo, sin minas ni emporios naturales, con un recuerdo de prosperidad que logró a punta de explotaciones colonialistas, sin ni siquiera el patrimonio más humanizante conocido: la razón. ¿Quién dice que no? Véase: no ha tenido la fuerza de mente para descubrir que los EE.UU. son su enemigo y que la han llevado a la época preindustrial del uso del carbón al convencerla de que no compre más gas ni petróleo a Rusia, el enemigo número uno del planeta. Tal cual: Europa, ese jardín florido borrelliano, hoy vive a la luz de una vela, con frío invernal, comprando el gas gringo cinco veces más caro que el que le suministraba Rusia, de paso, conducida a una potencial guerra mundial. Dígasele a Borrell que no puede haber jardines sin jardineros aptos (física y mentalmente) para su subsistencia. 


sábado, 15 de octubre de 2022

IMPLORAR ANTE LOS EE.UU. Y SEGUIR VENDIENDO LA IDEA DE QUE VENEZUELA ES UN GRANERO IMPERIAL

No hay buenas relaciones entre EE.UU. y Venezuela. ¡Peor incluso: están rotas! Es un hecho notable durante las últimas dos décadas, desde el mandato de Hugo Chávez. No se oculta a nadie en el globo terráqueo porque ambos países están señalados por estrellas de poderes: uno presume ser la primera potencia del mundo y el otro es la mayor potencia petrolera, más allá de frivolidades como Hollywood o las mujeres bellas, respectivamente. 

Se rompen las relaciones tipo señor-lacayo porque el presidente bolivariano propuso la igualdad en los roles y se resistió a la sistémica explotación que proponen los del norte en sus convivencias, sacando al país del enjaulamiento histórico y esclavista, masificando la actitud, de paso, hacia el resto del continente. Ello, naturalmente, fue combatido por los monárquicos locales, a quienes les pareció un exabrupto la propuesta de igualdad entre un país de insignes estrellas como los EEUU y otro miserable y subdesarrollado como Venezuela. ¿Iguales? ¡Imposible! Uno es el motor del mundo y el otro tendría que ser el depósito del combustible o granero, según sea la exigencia. ¡Para eso se tienen pozos petroleros, además de reservas de otros riquísimos atributos! 

 No es original de Chávez la protesta. En la tierra de Bolívar abunda la insurgencia, pero dispersa y asistemática. El logro del presidente fue hacerla doctrina de Estado y llevarla a la práctica. Expulsó a los "gringos de mierda" de la sede de espionaje que tenían en La Carlota y les plantó la cara exigiendo respeto. Su argumentación fue la realidad: Venezuela es un país de próceres fundadores de la América libre y republicana, y en su tiempo, con soldados descalzos, batió ejércitos de formación prusiana. El adalid de tan heroicas proezas fue Simón Bolívar, un hombre desprendido como pocos y uno de los cinco más grande jefes militares de la historia humana. Tal discurso, a la mar de dignificante y necesario para la salud mental y autoestima libertaria de una nación, había sido borrado de la narrativa político-histórica venezolana. Los gringos habían ganado silentes batallas, y más conocidos eran los héroes George Washington, Superman o el Hombre Araña en las escuelas que el mismo Libertador. Y para coronar, habían convencido culturalmente que sí, que es cierto que Venezuela era un granero, miembro preponderante del patio trasero imperial. Una de sus últimas hazañas fue proclamar que la Amazonia les pertenecía y la manejaban unos estúpidos, susceptible de ser recuperada en cualquier momento. 

Expresadas semejantes perlas, cabe preguntar ¿por qué se afana tanto la dirigencia política del país, de Venezuela, en implorar "buenas relaciones" con los EE.UU. a todas luces sacrificando el carácter y temperamento magníficos, dignos e independentistas del país? Pertinente es procurar, a nivel de diplomacias, la concertación y entendimiento con otros país, pero no más allá a costa de otros precios. La política misma lo exige, pero en términos dignamente políticos (no contra la polis misma). Se lee en los medios de comunicación que el canciller colombiano, Álvaro Leyva, está mediando ante los EE.UU. para que ocurra el milagro de que se apiaden del país bolivariano. La otra cara de la moneda es que los EE.UU. concilian cuando quieren, cuando necesitan petróleo o algún metal, y para tales fines deciden que Nicolás Maduro es presidente y no Juan Guaidó (el autoproclamado), y, cuando obtienen lo buscado, vuelven a Guaidó y denostan del presidente constitucional. Lo más heroico de todo, que de heroísmos se habla, es que mientras negocian con el país de Bolívar, obtienen lo que desean sin acceder siquiera a aflojar o quitar las sanciones económicas. ¡¿Igualdad?! 

Necesario es ejercer el carácter y temperamento nacionales. Priorizar la independencia. "Abrirse", como dicen coloquialmente los colombianos. Asumir la estrella concedida al país por la historia y la Providencia (providencia bolivariana). Aceptar el gentilicio y destino de una de las pocas tierras de libertadores. Piénsese, para terminar, en un país diminuto pero extraordinario como Corea del Norte, que no se arredra, y decidió asumir su destino de autonomía y libertad: no pierde ocasión para no rogar, sino para avanzar y proclamar su existencia libre ante las maquinaciones del temido coloso norteamericano. 


IMPLORAR ANTE LOS EE.UU. Y SEGUIR VENDIENDO LA IDEA DE QUE VENEZUELA ES UN GRANERO IMPERIAL

No hay buenas relaciones entre EE.UU. y Venezuela. ¡Peor incluso: están rotas! Es un hecho notable durante las últimas dos décadas, desde el mandato de Hugo Chávez. No se oculta a nadie en el globo terráqueo porque ambos países están señalados por estrellas de poderes: uno presume ser la primera potencia del mundo y el otro es la mayor potencia petrolera, más allá de frivolidades como Hollywood o las mujeres bellas, respectivamente. 

Se rompen las relaciones tipo señor-lacayo porque el presidente bolivariano propuso la igualdad en los roles y se resistió a la sistémica explotación que proponen los del norte en sus convivencias, sacando al país del enjaulamiento histórico y esclavista, masificando la actitud, de paso, hacia el resto del continente. Ello, naturalmente, fue combatido por los monárquicos locales, a quienes les pareció un exabrupto la propuesta de igualdad entre un país de insignes estrellas como los EEUU y otro miserable y subdesarrollado como Venezuela. ¿Iguales? ¡Imposible! Uno es el motor del mundo y el otro tendría que ser el depósito del combustible o granero, según sea la exigencia. ¡Para eso se tienen pozos petroleros, además de reservas de otros riquísimos atributos! 

 No es original de Chávez la protesta. En la tierra de Bolívar abunda la insurgencia, pero dispersa y asistemática. El logro del presidente fue hacerla doctrina de Estado y llevarla a la práctica. Expulsó a los "gringos de mierda" de la sede de espionaje que tenían en La Carlota y les plantó la cara exigiendo respeto. Su argumentación fue la realidad: Venezuela es un país de próceres fundadores de la América libre y republicana, y en su tiempo, con soldados descalzos, batió ejércitos de formación prusiana. El adalid de tan heroicas proezas fue Simón Bolívar, un hombre desprendido como pocos y uno de los cinco más grande jefes militares de la historia humana. Tal discurso, a la mar de dignificante y necesario para la salud mental y autoestima libertaria de una nación, había sido borrado de la narrativa político-histórica venezolana. Los gringos habían ganado silentes batallas, y más conocidos eran los héroes George Washington, Superman o el Hombre Araña en las escuelas que el mismo Libertador. Y para coronar, habían convencido culturalmente que sí, que es cierto que Venezuela era un granero, miembro preponderante del patio trasero imperial. Una de sus últimas hazañas fue proclamar que la Amazonia les pertenecía y la manejaban unos estúpidos, susceptible de ser recuperada en cualquier momento. 

Expresadas semejantes perlas, cabe preguntar ¿por qué se afana tanto la dirigencia política del país, de Venezuela, en implorar "buenas relaciones" con los EE.UU. a todas luces sacrificando el carácter y temperamento magníficos, dignos e independentistas del país? Pertinente es procurar, a nivel de diplomacias, la concertación y entendimiento con otros país, pero no más allá a costa de otros precios. La política misma lo exige, pero en términos dignamente políticos (no contra la polis misma). Se lee en los medios de comunicación que el canciller colombiano, Álvaro Leyva, está mediando ante los EE.UU. para que ocurra el milagro de que se apiaden del país bolivariano. La otra cara de la moneda es que los EE.UU. concilian cuando quieren, cuando necesitan petróleo o algún metal, y para tales fines deciden que Nicolás Maduro es presidente y no Juan Guaidó (el autoproclamado), y, cuando obtienen lo buscado, vuelven a Guaidó y denostan del presidente constitucional. Lo más heroico de todo, que de heroísmos se habla, es que mientras negocian con el país de Bolívar, obtienen lo que desean sin acceder siquiera a aflojar o quitar las sanciones económicas. ¡¿Igualdad?! 

Necesario es ejercer el carácter y temperamento nacionales. Priorizar la independencia. "Abrirse", como dicen coloquialmente los colombianos. Asumir la estrella concedida al país por la historia y la Providencia (providencia bolivariana). Aceptar el gentilicio y destino de una de las pocas tierras de libertadores. Piénsese, para terminar, en un país diminuto pero extraordinario como Corea del Norte, que no se arredra, y decidió asumir su destino de autonomía y libertad: no pierde ocasión para no rogar, sino para avanzar y proclamar su existencia libre ante las maquinaciones del temido coloso norteamericano. 


jueves, 13 de octubre de 2022

ESTAMPIDA: EE.UU. PIERDE SU CAYADO ECONÓMICO, ARABIA SAUDITA

El "rey" del mundo se queda sin un súbdito fundamental para su reinado: Arabia Saudita. Al menos están peleados y, aun así, es grave para sus intereses. Dado como está el panorama bélico del mundo con una Rusia poderosamente "amenazante" de su seguridad y una China imparable conquistando mercados económicos con sus chips y tecnologías, el rey del mundo en breve tendrá que hacer malabares para no arrodillarse ante su súbdito especial. Bueno, la espectacularidad de los malabares ayuda a disimular la humillante prosternación de la super mega gran potencia. 

Hubo grandes en la historia que hicieron de pilares de reyes o potencias de entonces al apalancarlos económicamente. Los florentinos Bardi, Peruzzi, Medici y los ingleses Rothschild. Sin ellos habría sido pobre el amparo económico de tanto reinado harapiento. Joe Biden, presidente de los EE.UU., manifestó que revisaría las relaciones económicas con el reino saudita y sentenció que su comportamiento traería algunas consecuencias sancionatorias. El príncipe heredero, Muhamed Bin Salmán, rápido, contestó que nadie tendría que interferir en sus decisiones soberanas y económicas. Y créalo: ¡bastante ya es ripostarle a la altanería gringa, y por ello esa actitud hoy es objeto virulento de especulaciones, incluyendo esta misma!

Los estadounidenses se inventaron un mecanismo para imponer su moneda en el planeta. Le ofrecieron protección militar a la mayor potencia petrolera del momento a cambio de que cobrasen sus ventas de hidrocarburos en dólares. ¡Trato hecho! ¡Rodó el idilio! El idilio hoy sufre una crisis, o al menos un altercado. Este hecho artero en la historia económica contemporánea condujo a los estadounidenses a quitarle el respaldo del oro a su moneda y a proclamar que su garantía quedaba basada en el oro, oro negro (petróleo). Un poco después, desde ese punto no tardaron en proclamar algo más audaz: que su moneda en adelante se garantizaría en la confianza. Y desde entonces los gringos producen en sus arcas más billetes que el grano de arroz en el planeta, como si lo fotocopiaran. ¿Qué se necesita tantos billones para el presupuesto militar? He allí el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal: ¡multiplicaos! 

Cuando los sauditas ensayan un acto de soberanía económica (que ni siquiera es suya, sino decisión mayoritaria de la OPEP+: viejos miembros de la OPEP además de Rusia con nueve integrantes más) y deciden reducir en dos millones diarios la producción de petróleo para sincerar los precios y estabilizarlos, los reyes gritaron al cielo y acusaron al país árabe de aliarse con el enemigo, la Federación de Rusia. 

De forma que ese baluarte gringo para sostener la fantasía del dólar como moneda eterna por toda eternidad empieza a desmoronarse ante propio rostro. Vendrán las conversaciones, la diplomacia, la amenaza velada, pero al parecer Arabia Saudita mutando está. No se ha dejado y los gringos no han accedido a suplicar, lo cual no harán según temperamental soberbia. 

Es la guerra y la negociación que mueven las simetrías. Los rusos han trabajado a los sauditas y, al hecho de perder el mercado europeo para su petróleo y gas, se compensan con la decisión de la OPEP+ y el principado saudita, una baja para el interés imperial estadounidense. ¡Franca decadencia! Vendrá la fuerza y la consecuencia inmediata y superficial será el abandono del país árabe en su guerra con Yemen, además de atentados terrorista a las instalaciones petroleras, sanciones… De concretarse el divorcio, es claro. La consecuencia profunda es impensable: dólar achacoso, petróleo a $300, crisis energética mundial manejada por manos rusas y no gringas, cambio geopolítico, mundo multipolar en verdad. Inevitable es la guerra. 


miércoles, 12 de octubre de 2022

EL ARMA NUCLEAR SOBRE UCRANIA

La situación francamente es insostenible. El equilibrio de pulsos entre las partes en conflicto peligrosamente se tambalea. La guerra, como hecho con motivación económica, nunca ha sido un fenómeno tan cierto. Lo aisló un filósofo, un historiador: son los cañones artilugios bélicos cuyo ruido es el de las monedas tintineando. No es rusofobia ni sinofobia. Es el cobre, la plata, el oro, metales que hinchan mochilas o las desinflan. Ni siquiera es la hegemonía per se, pues tal circunstancia no es más que una camisa de fuerza para propiciar favorables negocios. La guerra, en fin, es una disputa de mercados, reza el clisé. 

Hoy es el gas y el petróleo rusos; ayer, durante las dos guerras mundiales, fueron los mismos mercados europeos entre Alemania, la Rusia zarista, Francia e Inglaterra, quebrados países del viejo continente peleando con altanería por mendrugos. Ni siquiera en la antigüedad la Guerra de Troya fue por Helena, bella criatura cuyo rapto en apariencia ofendió dignidades. Inaceptable es para uno que el otro tenga a su merced un mercado personalizado o pujantes fuentes de riquezas, menos si se trata del oponente hegemónico circunstancial. 

Y los rusos, en virtud de sus ingentes recursos energéticos naturales, dominaban el mercado. El problema se presenta cuando en la radiografía de ese país, con dichos recursos naturales y mercados, brilla además el hecho de que es el otro polo armamentístico del mundo, lo cual tiene que ser indiscutiblemente inaceptable. ¿El oponente con el oro y circunstancia suficientes para financiar su poder? ¡Inaceptable! ¡Guerra! 

Los EE.UU. y la OTAN, sus aliados bélicos, platearon un trabajo de desmontaje desde la misma disolución de la URSS, trabajo de zapa: cercar a la actual Rusia; restringirla, finalmente, así como luce hoy bajo sanciones, según el plan. Rusia es para los EE.UU (no para Europa) una amenaza para su hegemonía (la camisa de fuerza para coronar negocios), y esto es presentado como una narrativa contra su seguridad. Los aliados sembraron en Ucrania su germen de ataque y, sorprendentemente, los EE.UU. lograron con esta acción mancomunada embaucar a Europa en una aventura que sólo los beneficiaría a ellos: birlarle el mercado a Rusia y dejar a la Europa misma sumida en la oscuridad, sin gas ni petróleo, a la luz de una vela y en medio de la humareda de las minas de carbón. Pretéritas épocas de la revolución industrial. Mientras tanto los EE.UU. ya venden sus gas licuado a Europa cinco veces más de lo que se los vendía Rusia. 

Un factor adicional complicó el débil equilibrio: China, la hija ideológica de la vieja Rusia, emergió espectacularmente como la nueva potencia económica del mundo (otrora país campesino), con garra militar además. De modo que en el discurso de perfilar maquiavélicamente al inventado enemigo con propósitos hegemónicos, si se mira bien, hay mucho que temer: un país superarmado como Rusia junto a aliados de cuidado, como Irán (primera potencia en drones) y viejas ex provincias de la URSS, además de la mencionada China. Es decir, se presentan contornos de confrontación mundial, Occidente-Oriente, en principio por asuntos económicos, al final por la supervivencia misma, como es el caso presente de la Federación Rusa, que para el caso no está sola ni es el blanco único. 

Circunstancia ésta última que presagia lo peor. Hay en el ambiente la tentación del uso del arma nuclear, inclusive con la licencia moralística bélica: la usaron los EE.UU. en Japón para salir de un apuro vital (los japoneses exterminando sus flotas) y la pueden utilizar los rusos ahora contra Ucrania para neutralizar los ataques planteados por la OTAN desde su territorio. Este argumento, en la razón sin razón que mueve al mundo, cobra fuerza bajo la perspectiva de que Ucrania la sienten los rusos como propia (Ucrania es la madre histórica de Rusia), y con lo propio hace el dueño lo que quiere. 

 


EN LA SOPA CULTURAL DE LA ALDEA ÚNICA NO IMPORTA SI ERES CONQUISTADOR O CONQUISTADO

Definitivamente el hombre evoluciona hacia una sola cultura, civilización única. La cultura es un sedimento de ideas y prácticas precipitadas en el devenir histórico. La cultura es historia condensada. No hay civilización si no hay un libro o una tradición oral que aculture el conocimiento. La cultura griega, específicamente homérica, fue oral inicialmente, como todas. Luego se hizo "culta": se leyó en libros cuando el cantar de los aedos se escribió. Ergo, se habla con propiedad de la civilización griega: transmisión de conocimiento oral, lectura de fundadores filósofos en libros, vivencia de costumbres guerreras, uso de armas de bronce o hierro, ideas sobre la familia, la belleza, el comercio, etc. 

Los aztecas sacrificaban humanos y solían salir a cazarlos: pueblos circundantes eran sus objetivos, decapitados como flores ("guerra florida"). Los vikingos hacían lo mismo: en medio de sus bélicas prácticas y costumbre, los sacrificios humanos fueron preciados. Los mismos griegos, padres de la razón, gustaban de tales holocaustos. Primitivos habitantes de Inglaterra, adoradores de árboles, bebieron sangre, como lo hicieron los mismos israelitas ante su dios único y hematófago. Hoy mismo los egipcios, indonesios y etíopes, para hablar de costumbres impresionantemente severas, practican la ablación de clítoris: abren los genitales de una femenina, los raspan en su interior, los juntan para un cierre y los hacen cicatrizar de una manera contranatural, colocándoles a la mujer una cánula para orinar, preservando así su castidad de cara a un matrimonio. 

Son cientos de culturas y pueblos diferentes, con diferentes civilizaciones a largo del tiempo, hoy metidas en el saco global que es la Tierra. Algunas flagrantes con semejantes prácticas durísimas, otras caducas. Y cuando se topan las caras unas con otras, entonces se critican, se chantajean, se creen unas más nobles que otras y se generan discriminaciones, fobias o cualquier otro tipo de ruindad. "Salvajes" exclamaron los primeros estadounidenses ante los pieles rojas; "animales", gente sin alma proclamaron los españoles respectos de los aborígenes americanos. 

Surge el INTERNET, la ventana al cultural mundo. Todos se miran entonces desde sus casas. Se estrecha el círculo de la convivencia. Se saludan; se guiñan. Se alagan o se critican los humanos entre sí; comercian o se hacen la guerra a veces por tales diferencias. El imperialista cristiano dirá que eliminará adoradores de Satanás en tierras próximas o lejanas. Se concuerdan entre sí o se rechazan, pero, como sea, lo hacen ahora porque se ven los rostros y se tasan sus hábitos a través del milagro de la inmediatez informática. Es decir, se construye la aldea global, la sociedad única, donde todavía persisten desacuerdos, entuertos por procesar. Se perfila un mundo único y los que aún no han abandonado "resabios" de su historia, como Etiopía con sus ablaciones, pronto serán hechos del pasado, librescas o informáticas lecturas. 

El mundo único, pues, se perfila, sin nacionalidades culturales. Habrá cientos de países, pero una sola cultura, civilización. La civilización humana. Y sobre este poder, el hombre ya se trascenderá desde su globo terráqueo en busca de otras civilizaciones, interestelares, ante la cual se presentará con un código comunicacional único, como raza humana, terrícola únicamente. 

El día de la Resistencia Indígena en Venezuela (más justo es "aborigen"), como nueva construcción cultural, revolucionaria, en el marco de reconocer la lucha y resistencia aborigen contra los diferentes que llegaron a exterminarla (conquistadores españoles), no habrá ni podrá nunca abolir a fuerza de denuestos la parte antagónica, así el denuesto sea el más justo en virtud de su crueldad. Como los romanos cuando conquistaron Grecia y se imbuyeron de la cultura griega, convirtiéndose en griegos ellos y griega a la humanidad después, así mismo el conquistado hoy día es el mismo conquistador de ayer. La cultura occidental es la que prepondera. Se lee aborigen-español-romano-griego, y así mismo se piensa, se vista guayuco o pantalones. 

Lo dicho, pues: el mundo se supera y camina hacia una decantada sopa cognitiva, única esfera. Lo venezolano y latinoamericano es una conciencia en pugna de lo conquistador e indio en tiempos de sedimentación cultural, pero es una definición que se sumará al todo cultural mundial en su momento futurista, atisbando entonces destellos históricos o librescos de un modo peculiar que un día fue. El mundo es un gran licuado de culturas fenecientes en pos de un cauce universal. La inevitable historia de la humanidad proyecta el futuro.  


martes, 11 de octubre de 2022

A LAS REPÚBLICAS LEÑADORAS DE EUROPA DE PARTE DE LOS BANANEROS

Hay un discurso que habla de madurez y superioridad. Europa, EE.UU. y los etnocentristas lo tienen. Ellos son el primer mundo, a la mar de civilizados. Los demás son… los demás…, criaturas con niveles bajos de la encarnación –se dirá-, necesitados de la luz que irradia el viejo continente. Bajo ese estilo deplorable han catalogado a China, Latinoamérica y los países asiáticos, sumidos estos últimos pobres en medio de una tradición y religión brutales. A todos, por principio y dominio, hay que llevarles la civilización, la historia, la fuerza, incluyendo a la China milagrosa que, en los años cuarenta del siglo XX era un país campesino, hoy primera potencia del mundo. 

Son dolores que pegan. China duele, y duele más en proporción a la pobreza esencial de Europa hoy día, que no se sabe hacia dónde ha evolucionado con toda la carga aristotélica, platónica, griega y romana que pueda tener el libro escolar donde aprende a leer. Más bien habría que decir que vive una segunda Edad Media, suerte de agujero negro, en términos contemporáneos. Claro se está que tales ámbitos europeos no son nada ningún primer mundo; ni siquiera son nada especial. Son pobres regiones de gente acomodada que se suicida a cada rato porque no han tenido utilidades qué hacer (el confort del primer mundo). Ni siquiera minas le quedan, a no ser carbón, y es oportuno recordar que se "desarrollaron" porque agotaron tanto sus propios minerales como los de otros países a quienes expoliaron en medio de la sangrienta historia que tienen de pillaje e invasiones. Aún siguen robando, chantajeando. Gente alta, pues, bastante culta… 

Europa se ufana de tener a la "inventora" de la razón, Grecia, y te pega en la testa con semejante altanería, hoy idiotez. Pero es una gentica y región decadentes, cultura incluida, aunque sea la misma que ejerce el estúpido que escribe estas líneas. ¿Dónde está la inteligencia que haría que se den cuenta de que un país leonino como los EE.UU. los está conduciendo a una guerra, probablemente nuclear? ¿Dónde? Alemanes, ingleses, franceses, etc…, ese montón de países que con su devenir pueblan de historia los libros. ¡Qué si Gutenberg, que si la Revolución Francesa, que si la Industrial! ¡Tonterías! Retrogradaron a la época de carbón, en honor a la verdad, era preindustrial. 

Hoy Alemania utiliza sus minas de carbón para obtener combustible y es seguro que muchos otros países lo harán. ¡Quién lo diría! Son hoy una sarta de países leñadores muriendo de frío porque se comieron el cuento de los gringos de que los rusos son el diablo y no había que recibirles más ni el petróleo o el gas. Ahora son leñadores, como los latinoamericanos repúblicas bananeras, de las que tanto se han burlado desde la altura de su superioridad civilizada y conquistadora. O como campesinos fueron los chinos que hoy, con una fuerza cultural milenaria, preservada con la revolución cultural, por cierto, emergen al primer plano económico y militar. (Curioso es que esa revolución que llevó a China a la grandeza haya consistido en la expulsión de todo detalle hediondo a Occidente). 

No se hable de que son depositarios de armamentos nucleares gringos, lo cual empequeñece incluso más la herencia socrática de la razón y el pensamiento elevado en momento tan delicado de guerra como el presente. Son los chinos, despectivamente, en su criterio, la "peste amarilla" (Nostradamus), los latinoamericanos el "patio trasero" gringo y los asiáticos la "basura islámica". Ellos, en cambio, son el porvenir, con seguridad lo primero que desaparecerá en la conflagración según la cantidad de megatones que almacenan y según la vocación de carne de cañón que le han heredado como objetivos militares. 


lunes, 10 de octubre de 2022

EL PRESIDENTE INTERINO DE PROMAR TV

En Psicopatología de la vida cotidiana, Freud determina que esos actos fallidos de llamar a alguien por otro nombre, deformárselo u olvidarlo, constituye una inconsciencia vejatoria, dígase de tal modo. Promar TV, un canal de televisión regional (Yaracuy, Portuguesa, Lara y Barinas), el día viernes 7 del mes corriente, en el noticiero de las 8:00 PM, en el horario más auscultado por la teleaudiencia, denominó a Nicolás Maduro "presidente interino" de Venezuela, eventualidad muy sensible en un país sometido a sanciones, presiones internacionales, siendo una de ellas, precisamente, el desconocimientos de su estatus legítimo como Presidente Constituciona.de la República Bolivariana de Venezuela. Los EE.UU., la UE, Almagro de la OEA y su séquito de países complotados, no reconocen a Nicolás Maduro como el presidente legítimo, sino a Juan Guaidó, quien un día decidió autoproclamarse como tal en una plaza de Caracas. Y ahora al grupo se suma la planta de televisión de marras, seguramente de modo nada intencional, como aclara su presidente, Jorge Kossowski, a través de un comunicado, donde apunta que la periodista rápidamente corrigió el entuerto. 

Tan flagrante es el hecho de desconocimiento de Nicolás Maduro como presidente de Venezuela que por ahí anda la prueba viviente de la afrenta, Juan Guaidó, actualmente en campaña preelectoral. Y ello es, con mucha llamada de atención, como para no olvidar roles o incurrir en gruesas faltas, aludiendo a la periodista, sin contar que el país tiene la costra fresca de la herida de los motines y guarimbas donde la tónica opositora fue desconocer la legitimidad del gobierno. 

Significa, entonces, según lacerante actualidad nacional, que es difícil creer en una inocente falta, más cuanto se ejerce una profesión donde se debe manejar a conciencia el peso de las imágenes y palabras. Pero, como se inició en este escrito, puédese hablar de inconsciencia: la periodista se enredó, confundió los hechos, la realidad, su asistente le escribió lo que no era, se infectó con virus el teleprónter, etc. No obstante, según el maestro sobre los actos fallidos o lapsus linguae, Sigmund Freud, el equívoco mismo expresa, de modo floreciente, lo que se reprime. Y es en verdad sugestivo, ilustrativamente sugestivo, el cuadro de una periodista presuntamente opositora ante una cámara gritando a placer su posición crítica y política, puntualmente cuando no se le está permitido hacerlo por ética laboral. Habrá constituido para su organismo un acto de visceral alivio. 

Tiene que ser liberadoramente catártico gritar al viento lo que se quiere y se siente, abiertamente, como lo hizo Muamar el Gadafi cuando llamó "perro rabioso" a Ronald Reagan, aunque dos días después lo bombardearan; o como lo hizo Hugo Chávez en la ONU al llamar "demonio" a George Bush; o como los mismos gringos, quienes llamaron "hijo de puta" ("nuestro hijo de puta") a Salvador Allende, asesinado después por sus mismo militares. Gadafi estaba en una porfía con el gobierno estadounidense y fue contraproducente su desparpajo; Chávez estaba limitado por la diplomacia y el auditorio mundial para emprender un discurso con verdades e insultos no tan solapados; los gringos hicieron lo propio con la impunidad del silencio y la conspiración. A Promar TV, de la que no se sabe si fue una inconsciencia o una deliberada audacia, ya la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) le abrió un procedimiento administrativo. 


jueves, 6 de octubre de 2022

JUAN GUAIDÓ TIENE QUE SER SOMETIDO POR LA FUERZA Y ARRESTADO

¿Va usted a creer que si un Juan Guaidó insurge en un país como Irán (donde sus dirigentes y cultura no juegan políticamente con medias tintas), autoproclamándose como el nuevo presidente, estaría contando ahora su fantasiosa hazaña? Como dijo en su tiempo el Fiscal General de la República de Venezuela, Ramón Escobar Salón: "[…] tiene que ser sometido por la fuerza y arrestado […], 12 de abril de 2002, cuando el golpe de Estado de Pedro Carmona Estanga contra Hugo Chávez Frías, refiriéndose al gobernador del Táchira de entonces, Ronald Blanco La Cruz, reacio a reconocer al golpista, presunto presidente de una tal transición.
Pero imagínese a otro país donde se dé la autoproclamación, por ejemplo Arabia Saudita, Israel, Siria, EE.UU., Cuba, Corea del Norte, China, Rusia o Colombia, éste último para no ir tan lejos… En tales, el infortunado habría sufrido desde una horca, pasando por la silla eléctrica, hasta el fusilamiento o descuartizamiento (Colombia es un narco-Estado), ello legítimo y legal, según contexto jurídico de cada Estado. Por supuesto, hablamos de una autoproclamación apadrinada por una significativa potencia como los EE.UU., tendente a defenestrar poderes legítimos y voltearlos a su conveniencia.
Algunos, filosóficos, dirán: como preguntas, te respondes; cada país es un mundo y tiene su modo temperamental o histórico para responder. En Israel priva la Ley del talión, por ejemplo, y Colombia es un narco-Estado; además, no se vive en una aldea global con una ley única para regular comportamientos, no obstante la existencia de argumentos universales como los derechos humanos y políticos.
Otros, ciudadanos del mundo, dirán que la cultura, esa acumulación de saberes y modos en el tránsito del tiempo, determina la vida humana; ergo, en su criterio, es completamente legítima la ablación de clítoris o clitoridectomía en países como Egipto, Etiopía o Indonesia. Es decir, la misma opinión que la del filósofo anterior.
Algunos otros, un poco más estúpidos y opositores, exclamarán que Venezuela, sede de Guaidó, no alcanza condiciones de país como para refutar lo que ordene el padrino, los EE.UU. Si Venezuela es una dictadura o colonia y no está bien a la vista del tío Sam, no habrá cultura ni historia ni leyes que valgan: ¡hay que obedecer al dios ungido! Estos últimos opinantes son los monárquicos, los que se habrían sentado a la derecha del parlamento francés durante las revoluciones de antaño, seres que requieren fuetes, órdenes y mandamases para la existencia, incapaces de autonomía.
Lo cierto del caso es que esta verruga vaginal llamada Juan Guaidó está libre y, aun más, conspirando, al grado que ya recorre los estados venezolanos en medio de una especie de campaña preelectoral 2024, haciendo metástasis con su prédica delictiva. Su modo de extirpación, consecuente o no con el ser venezolano (bochinchero o nihilista), tendría que ir más allá de una temperancia cultural, apegada simplemente a los principios constitucionales vernáculos, que por locales no dejan de participar de lo universal progresista. Su no extirpación golpea al país, lo sitúa como cobarde e insuficiente en su estructura jurídica, suerte de colonia manejada desde el exterior, temerosa de la furia estadounidense, quien puede decidirse por un golpe infalible de Estado o invasión. ¿Qué habrían hecho con este homúnculo político en los mismos EE.UU.? Los que opinen que no hay que detenerlo y manejarlo bajo un criterio político y hasta diplomático (los guantes de seda), más allá del abucheo constitucional, cercenan la patria de los libertadores de América y la retratan como una criatura incompleta. ¡Figúrense: la Venezuela bolivariana en esos trances, sin cojones, indeterminada a dar pasos para su segunda independencia!

martes, 4 de octubre de 2022

DOCE EVENTOS PARA EL FIN DE UNA ERA

Si hubiese el siguiente consenso que desafiase la capacidad de respuesta de los EE.UU. en su ilusión de sostener simultánea y resolutamente varios conflictos en el mundo, es seguro que se experimentaría un colapso: 1. Rusia ataca sobreataca a Ucrania; 2. Irán desata una guerra en Irak contra los grupos terroristas financiados por los EE.UU.; 3. China ataca a Taiwán en pos de la recuperación de su histórica provincia; 4. Hezbolla y Siria atacan a Israel; 5. Bielorrusia ataca la frontera con Ucrania; 6. Rusia, al mismo tiempo que a Ucrania, desafía a Finlandia y Suecia; 7. Corea del Norte ataca a la del Sur; 8. Cuba y Nicaragua instalan bases militares rusas en sus territorios y empiezan a minar armamento; 9. el gobierno de Venezuela detiene a Juan Guaidó, esbirro gringo opositor golpista; 10. el gobierno de Petro en Colombia cuestiona la bases militares estadounidenses y pide su desincorporación; 11. la guerrilla colombiana se suma a la paz y el ejército colombiano empieza una guerra contra los paramilitares y los carteles de la droga, protegidos por los EE.UU. y la DEA… 

Doce eventos que causarían indigestión en los centros de mandos estadounidenses, creídos dominadores del mundo. Durante la presidencia de Ronald Reagan, en ocasión de sus ataques a Libia, los gringos (presuntuosos) ya se preguntaban abiertamente si podrían al mismo tiempo ser eficientes en varias frentes de guerra. Pero ha ocurrido que el pequeño capítulo ruso-ucraniano ha desencajado a Washington: no ha podido ir más allá de hacer el vil papel de suministrador de armas a Ucrania, recibiendo intimidantes y crecientes amenazas rusas de ataque a su activos en guerra. Para sumar, los norcoreanos se burlan de ellos en su cara y lanzan misiles balísticos por encima de otros países; los iraníes los han intimidado con una astuta tecnología de drones en las aguas del Estrecho de Ormuz. 

Para nada es exagerada la afirmación de que el mundo está dejando la unipolaridad y se deshace hacia una multipolaridad. Hasta un pequeño país como Corea del Norte refrena con firmeza al "perro rabioso" (frase de Mohamar Gadafí contra Reagan antes del bombardeo). Cuéntese, además, que hay unos tantos capullos de soterrados desafíos contra los gringos, uno de ellos el alemán. La grandeza alemana, amarrada por sanciones después de la segunda guerra mundial, continúa amordazada, ahora por los Estados Unidos. Alemania es hoy un pequeño país obligado a vivir en el vacío cascarón de su otrora magnificencia. Se comprende que le cueste tragarse que la devuelvan a las plantas de carbón (siglo XVIII) porque a la administración de Biden se le antojó cortarle el gas ruso con el propósito de venderles el suyo, el gas licuado gringo. Italianos, húngaros, turcos, etc., también hacen temblar sus capullos con contracciones de protestas. Hasta Australia, consuetudinaria perrita faldera, estremeció su crisálida cuando murió la reina Isabel, casi proclamando que no es parte de ninguna asociación de ex colonias británicas (Commonwealth). 

Cuando semejante ejército de abejorros y crisálidas se determinen a un raudo vuelo o a una estremecedora eclosión, el mundo de fuerzas únicas conocido en la actualidad habrá dejado de ser.