miércoles, 30 de noviembre de 2022

VIENEN LOS GRINGOS DE NUEVO 

Vienen los gringos de nuevo. Malo, ellos nunca se fueron del todo; al parecer son parte del paisaje político desde la época de la guerra de independencia cuando, conspicuamente, conspiraron con Francisco de Paula Santander contra Simón Bolívar y la unidad grancolombiana. Desde entonces han estado al costado y hasta al frente de los liderazgos nacionales. Juan Vicente Gómez les atapuzó la boca con petróleo en aquellos tiempos en que los Rockefeller daban sus primeros pasos transnacionales. Desde los años cincuenta se aclimataron en el espíritu en una burguesía nacional, amante del consumismo y de ese hermoso libre mercado. Después hicieron su trabajo político de embajada, es decir, en boca de Fidel Castro, empezaron a gobernar y a conspirar a través de esas oficinas tipo caballo de Troya instaladas en la capital de los países, los famosos habitáculos del "ministerio de colonias". 

Hugo Chávez los aventó del país, de facto y simbólicamente, cuando los desalojó de sus oficinas ubicadas en La Carlota, Caracas. Desde entonces son enemigos. Bueno, corrección: siempre han sido enemigos, pues tal disposición es el uso del colonialista. Por las buenas y en aparente paz, son enemigos que te explotan cariñosamente; por las malas, también te explotan, pero además te hacen la guerra, tal como le ocurre actualmente a Venezuela, quien se enfrenta a unos yanquis enfurecidos por su destierro, los labios aún golosos de miel petrolera, disparando sanciones económicas con ametralladoras. 

Hasta hubo un gringo metido en el desfalco de la Guayana Esequiba de parte de la Guayana Británica, como se supo de modo desastroso contra Venezuela. Se trata del tal Severo Mallet-Prevost, quien fue designado abogado defensor  de Venezuela en el Laudo Arbitral de Paris, en 1899, y calló para que le arrebataran 60 mil millas cuadradas al país bolivariano. Adoleció de cojones para enfrentar a las potencias del momento en favor de su defendido, según confiesa de modo post morten en sus escritos. 

Los gringos le tienen mucho "cariño" al país. Le construyeron su empresa petrolera con sus herramientas y tuercas; pavimentaron la mayor parte de sus carreteras con el oro negro de Venezuela; modelaron la psique nacional con su capitalista consumismo; crearon un patrón político para gobernar a la colonia; le delinearon un rol de granero o patio trasero, ahíto de estratégicos recursos naturales; lo minaron de McDonald's y una larga lista de transnacionales; le sembraron, en fin, su cultura hollywoodense, donde los buenos son ellos y su enfoque vital, y los malos el resto del mundo. Así, cuando ocurre la ruptura con Venezuela, sus adeptos y adictos en el país, y ellos mismos no lo pueden creer, y se resisten. Luchan en conjunto para recuperar la patria perdida, con todas las fuerzas de la nostalgia y el lucro. Inclusive, tanto han estado los gringos atornillados al país que para algunos son venezolanos. 

Durante este se lapso de tiempo de enemistad por las malas (Chávez y siguiente generación política), como se precisó arriba, en la que además de explotar países también le hacen la guerra, metieron su petrolera Exxon Mobil en Guyana, en las aguas marinas en litigio con Venezuela para robarse el petróleo, campantemente, del mismo modo como se lo roban en Irak y como se cogen el trigo en Siria; torpedearon al país con sanciones económicas y hasta, políticamente, le nombraron un presidente interino; en conjunción con Inglaterra, se robaron el oro venezolano y están en trámites de rematar en el seno de su territorio lo que queda de la filial petrolera CITGO, así como hicieron con los bienes y dineros de Libia durante la época de Muamar el Gadafi. Amores que matan, como aciertan los refraneros. 

Ahora vienen otra vez, montados en la otra petrolera punta de lanza que tienen, la Chevron Corporation. Nada ha cambiado en el país para que ellos anden con esas ínfulas de que los reciben una vez más, pues siguen sancionando y bloqueando a los venezolanos; pero se las arreglaron con el chantaje del dinero y la política allá en México con unas mesas de diálogos. Desde que se fueron, a fuer de sanciones quebraron a Venezuela y le generaron revueltas internas, como acostumbran a hacer con sus revoluciones de colores en países incómodos (actualmente lo hacen en Irán); confiscaron su oro con los ingleses y sus activos petroleros; le bloquearon el flujo normal del comercio y constantemente están presionando para que se realicen unas elecciones con resultados a su gusto. De manera que ahora, cuando sopesan que el país está ansioso de volver a ellos a también, al sistema de comercio internacional que controlan, a la rebaja de sanciones económicas, a vender petróleo de nuevo sin cortapisas, huesudo en su economía, vehemente por el dinero, ellos regresan con su oferta de oro y paz. 

Y plantean en México una reunión entre oposición y gobierno, en segunda fase, donde proponen a Venezuela la cesión "humanitaria" de 3 mil millones de dólares de un total de 20 mil que le tienen confiscados para los sectores de salud, educación y electricidad,  y el permiso de venta petrolera a su transnacional Chevron, teniendo esta oferta política y económica una contracara moneda muy conocida en caso de rechazo: conspiración política  inestabilidad, revueltas, más sanciones y bloqueos económicos y amenazas de guerra e invasión. Todo ello a cambio de que el gobierno, insólitamente, acceda a consentir condiciones políticas que conspiren contra la permanencia de sí mismo en el poder: un probable adelanto de las elecciones presidenciales y la tolerancia a entes políticos terroristas y contrarrevolucionarios. 

Jugada pérfida, pues, y nada maestra de la política estadounidense contra un país sitiado; o, en otros términos, un vulgar acto de guerra de chantaje político y económico dado que el dinero que utilizan para lograr sus objetivos de vulnerar el establishment institucional del país ¡es de los mismos venezolanos! La obra maestra es otra, la de un cinismo político abusivo, consistente en que ellos, los estadounidenses, consiguen la totalidad de sus propósitos sin arriesgar nada que le sea propio: el dinero es ajeno y el destino de las personas bajo amenazas (de los disturbios que ellos ofrecen) es el de unos pendejos en un país subdesarrollado apenas proveedor de materias primas; además harán lucir ese dinero como una contribución humanitaria digna de un país magnánimo como los EEUU, de paso dosificado por la ONU, para mejor y universal certificación de su grandeza. 

Ergo, la otra cara de la moneda es la de un país estúpido que no acierta a elucubrar lo que hay en juego: su destino, su entereza y su fatal préstamo a recetas históricas de manipulación bélica. Nicolás Maquiavelo aquí se pasea en traje de gala.  

Otro elemento de la maestría maquiavélica es que los EEUU con este acuerdo de obtener petróleo a través de Chevron disfrazan su perentoria necesidad de suministro, de todos conocida después bloquear los exportaciones rusas de hidrocarburos (una flaqueza del imperio que no se puede traslucir). Finalmente, con prenda de oro, consigue golpear con Venezuela a sus propios aliados y enemigos suyos, por ende: Rusia y la OPEP (OPEP+), quienes recientemente acordaron unos recortes de suministros para evitar una caída de precios con el inesperado apoyo de un histórico amigo de los EEUU, ahora en rebelión, Arabia Saudita. Un detallito que en este contexto del comentario maquiavélico no debe dejarse pasar: PDVSA, la petrolera estatal venezolana, no percibirá directamente beneficios por la venta del petróleo dado que el dinero que pudiera recibir se utilizará para pagar un monto que se le adeuda a Chevron; y el monto que, por otro lado (el lado de los 3 mil millones de dólares), pudiera llegar a manos del  Estado venezolano será canalizado por la ONU, asegurándose así el país del norte que dicho recurso no se invierta en el fortalecimiento de la adversa posición enemiga de Venezuela (aspecto ideológico y militar), sino en diversos renglones como la salud, la educación y la infraestructura que no sean el factible fortalecimiento de la adversa posición política, ideológica y militar de Venezuela, país enemigo. 

Es decir, EEUU somete a un país con su misma pobreza y debilidad, sin necesidad de gastar el cartucho de un único disparo. El gesto de permitir a Chevron explotar el petróleo de Venezuela y permitir vendérselo a los EEUU en exclusividad, en el ámbito internacional le pinta el rostro de humanismo a un país que, como se vea, históricamente ha convertido a sus allegados en carroña y en una fuente alimentaria de carne en semejante estado de descomposición. 

Chevron ha llegado con sus gringos.  Retomará sus pozos de extracción, abandonados con la ruptura y sanciones entre países desde 2019. Para 2020 tenía una proyección productiva de 150 mil barriles diarios de crudo; ahora tiene estimaciones de llegar a 200 mil en mayo de 2023, en un plazo de seis meses a partir de hoy, que es el lapso de tiempo que dura la licencia general número 41 emitida por Oficina de Control de Activos Extranjeros de EEUU (OFAC, Departamento del Tesoro de los EEUU). En la actualidad Venezuela produce con ayuda iraní y rusa 700 mil barriles diarios; con la suma de Chevron se situará casi en el millón. Lógicamente, la propaganda hará de semejante tercio el logro de un todo, mayores inclusive que los esfuerzos de Venezuela con sus aliados por levantar la industria petrolera. 200 mil barriles, en medio de condiciones de producción hartamente leoninas, serán vistos como mayores que 700 mil barriles, cifra que le ha costado sudor y sangre al país bolivariano.

Finalmente, dígase que hasta este punto de satisfacción gringa, ellos sacando petróleo y Venezuela presuntamente adelantando las elecciones presidenciales (¡vaya descaro!), podría hablarse de tranquilidad en el país; pero dígase también que, como es conocido de todo el universo, hay la latencia de volver entrar en desbarajustes nacionales (atentados, conspiraciones, guarimbas) por el sólo hecho de entrar en contacto nuevamente con el animal venenoso. Tranquiliza un poco el hecho de saber que, por obra de Hugo Chávez, los EEUU no tienen base militar…, corrección…, embajada en Venezuela.

 


jueves, 24 de noviembre de 2022

ESTIMADO FISCAL GENERAL DE LA REPÚBLICA, MI CASO SON SIETE MASCOTAS ASESINADAS PARA COMETER UN HURTO 

Suelo escribir mis textos de discusión política en tercera persona y uso la primera persona para expresiones cuentísticas y poéticas. Hoy me atreveré a personalizar y a aburrir a mis lectores con detalles de mi rutinaria vida, paso casi obligado para dar expresión a mi propósito, que es llamar la atención de la autoridad sobre un hurto y crueldad animal del cual fui objeto. Esta instancia es el Ministerio Público, organismo de justicia del Estado venezolano bajo la dirección de Tarek William Saad. 

Al Fiscal General de la República últimamente lo he visto muy activo en su trabajo, atendiendo casos bastantes disímiles entre sí de nuestro acontecer nacional: maltrato animal, maltrato y abuso infantil, abusos de poder, difamaciones, ataques a la moral pública, etc. Uno de esos casos fue el de una niña violada y asesinada en el sector de Tronconero, Vigirima, municipio Guacara, estado Carabobo, cerca de donde resido ahora. 

Es un fiscal bastante activo y contundente, bandera del nuevo Estado venezolano con la revolución bolivariana. Digamos que es una de las figuras de mayor referencia en las redes sociales, especialmente en Twitter, canal que utilizo a diario para mi trabajo. Inclusive propuso reformar el piso legal para despenalizar contenidos en las denuncias online sobre ultraje infantil para una mayor fluidez en las peticiones de justicia, en mi opinión una iniciativa provechosa en tanto la informática y las redes sociales anclan en gran medida el espectro del comportamiento humano presente y, con mayor fuerza, futuro. 

A través de la redes sociales, con el apoyo y la inteligencia social, presupongo ha podido dar esos célebres mazazos justicieros: el caso ya mencionado arriba, el caso de una señora rebotando a su bebé como un balón (en Zulia si no me equivoco), el caso en Zulia de una señor que cometió crueldad animal, el caso de un violador que en Los Andes hizo de las suyas y lo capturaron bajándose de un autobús en Caracas al huir, el caso de unos individuos teniendo sexo en medio de la ExpoValencia 2022 y el actual caso en el sector Las Sábilas, estado Lara, de cuatro mujeres montadas sexualmente sobre un niño de cinco años con el fin de subir el video de su actividad a la llamada "Dark Web". Tan convincente record ha generado que le soliciten su intervención hasta en el flagrante caso de la elección de Miss Venezuela, donde, presuntamente, los jurados no tocaron ningún pito en el baile. 

Mi caso personal es muy simple y hasta cotidiano (aunque sea penoso decir algo así, políticamente hablando), y, para no aburrir tanto, lo resumo, aclarando que lo subo a la red bajo el preámbulo de este escrito con la intención de formar parte de esos expedientes digamos "felices", atendidos puntualmente por el Ministerio Público, e interesar, claro está, al Fiscal General. En febrero de este año, 2022, salí de mi casa ubicada en Vigirima, estado Carabobo, a las 10:00 pm y regresé a las 12:10 am. En tal lapso de tiempo, ocurrió un hurto de mis enseres domésticos (nevera, frízer, lavadora, cocinas, pantalla de TV, etc.) valorados en 4 mil dólares, aproximadamente, además de dos mil dólares en efectivo, teniendo para ello que envenenar los hampones seis perros de cuido que tenía en el terreno, además de un gato. Del caso se ocupó el CICPC-Mariara y la Fiscalía, lógicamente, quienes realizaron unos procedimientos de captura y tal vez de recuperación, pero, siendo francos, dichos procedimientos satisficieron a los formatos mismos procedimentales y no a la víctima, en este caso yo, quien no recuperó ni una arandela del montón robado. 

Ante ello, desde el mes de marzo de este mismo año, unas semanas después del percance, me movilicé a la Fiscalía, Valencia, y se me asignó el expediente  MP-1488620-22, fiscalía 11ª, para la revisión de los aspectos del hurto, pero nunca se concretó nada. Algo resignado, probé luego castigar a los hampones por la vía del delito de la crueldad animal y se me asignó en Derechos Humanos el expediente MP-52793-22. Se me atendió cordialmente mientras asistí a la institución semanal o quincenalmente hasta septiembre, cuando se me dijo que no fuese más, que me llamarían. Pero no he sido llamado. 

Hasta acá lo dejo porque el resto pudiera interpretarse como un reclamo a la inacción institucional y, como es de creerse, no me anima esa onda. Yo tengo fe en la institución y sé que arrojará resultados su trabajo. Ya se termina el año. Tengo fotos de los cadáveres de los animales. Tengo testimonios de su muerte. Tengo la fosa común donde los deposité. Tengo el deseo, por supuesto, de que, fulgurantemente, como esos casos de las redes sociales, se haga justicia, yo en especial, militante que soy del PSUV, quien celebra la incorporación y ejercicio de esta ley de protección animal a nuestra cotidianidad nacional. 

¿Quién soy yo? Nadie. Más que un militante ex miembro de equipos políticos en Caracas por el PSUV, recién mudado a Guacara donde, otra vez, pertenezco a estructuras políticas comunales, soy el ciudadano común que pide desfazer un entuerto, como diría Don Quijote. Doy por perdidos los enseres y, ni modo, las mascotas también, pero ¿debo perder la fe en la justicia de mi país? 

Saludos, estimado Fiscal General de la República, Tarek, William Saab. 


domingo, 20 de noviembre de 2022

EL CONTRAATAQUE RUSO Y LA VICTORIA DE INVIERNO 

Hay mucha inteligencia en las redes sociales, pero inteligencia de variado tipo y todo gusto. Ya se sabe que los medios de comunicación están al día para el gusto del patrón, patrón de facto o patrón ideológico. Usted puede estar muriendo con el agua al cuello, pero será retratado vigorosamente resistente por unos y ya muerto por otros. Inclusive usted, ya muerto, puede darle gusto a quienes quieran vengarse con su fantasma. 

De manera que los medios de comunicación opinan. ¡Ah, y hablando de redes, hay los opinadores propiamente, los expertos, analistas, para todos los gustos también, de derecha, de izquierda, de centro y hasta bipolares! Estas mismas líneas son expresión de una línea exploradora al gusto de una tendencia. Importa al final, pues, que todas las tendencias precipiten su verdad al alimentarse con semejante diversidad. De modo que hoy, como nunca antes, la verdad es una esquizofrénica disociación y cada quién escoge la suya con la cual ser feliz. 

Se retira Rusia de Jersón, al noreste de Ucrania, al parecer para resguardarse detrás de la barrera del río Dniéper de los ataques ucranianos, y ello tiene disociadas interpretaciones. La básica es que Rusia huye, la guerra está por terminar y Ucrania gana. Ingenuamente una guerra se define como la confrontación de dos adversarios que conceptualmente deben avanzar. La versión ingenua da gusto a un alto porcentaje de catadores con el agua al cuello, pero que son felices con la ilusión de que para inhalar el cúmulo de oxigeno espacial nomás basta un pedacito de nariz hacia el exterior. Al mismo tiempo, la propaganda de guerra hace lo mismo, pero con mejor calidad ilusoria: el pedacito de nariz asomado es la realidad, el cuerpo completo celebrando la victoria. El patrón paga, el periodista cobra y el mundo es una realidad opcional. 

Como hoy día, por obra y gracia de la tecnológica inmediatez comunicacional, hasta las guerras se escenifican a la vista de todos. No hay pataleo con la emisión de un satélite encima de los hechos, lo cual permite que el simple mortal (consumidor) en el acto deguste la acción. Sí, las tropas rusas incuestionablemente se dirigen hacia el otro lado de la rivera del Dniéper. 

Cuando un informado ha leído la historia, a Julio Cesar, a Maquiavelo, a Sun Tzu y se ha enterado del "Vuelvan caras" de José Antonio Páez durante la guerra de independencia venezolana, entonces arrebata el básico triunfo al iluso contrario. ¡Un bando puede disimular derrota y moral despedazada! Se escribe entonces una interpretación un poco más elaborada: una potencia como Rusia es raro que huya de un país militarmente inferior, por lo cual la guerra no está por terminar y Ucrania sigue derrotada. Luego aflora que los rusos se repliegan estratégicamente. 

De modo paralelo, acontece una guerra comunicacional, donde las versiones de la verdad se enfrentan y se apuñalan sin piedad, utilizando para el exterminio desde bayonetas hasta misiles nucleares. Los básicos contra los elaborados. Ucrania-ya ganó contra los rusos-preparan-un-golpe-mortal. Patronos, periodistas e internautas en general invierten sus recursos para crear sus cápsulas de felicidad. En la mente de algunos atrabiliarios está la convicción de que una guerra se puede perder, pero si todo el mundo cree que se ganó equivale al hecho mismo de ganarla. Tal es la guerra psicológica, concebida, por supuesto para doblar la rodilla moral de un bando. Verdad versión 0.6 inyectada en la venas para la población en general. 

Surgen los analistas, expertos, pertenecientes a bandos ideológicos de modo inevitable, aunque cacareen lo contrario, y proclaman que los rusos junto al invierno derrotaron a los nazis durante la segunda guerra mundial y que ahora, similarmente, se repliegan al otro lado del río no para huir sino para esperar el efecto del gélido invierno sobre un enemigo bombardeado, sin energía eléctrica, sin calentamiento, con problemas para procesar alimentos y mover logísticas. Se escribe, pues, a interpretación de que los rusos son criminales de lesa humanidad, la guerra está calculadoramente terminada y los ucranianos viven la alegría de los tísicos. Lógicamente los consumidores básicos se esfuerzan en aportar que eso es cuento viejo, que los ucranianos ya deben haber pensado en ello para no caer en la celada, como si en verdad no existiese el invierno. Patronos y periodistas recurren a lo imposible y auscultan los cielos con la gratificante esperanza de que el cambio climático estrelle los pronósticos del tiempo para generar su ola de parcializadas felicidades y negar el hórrido frío. 

Finalmente, cuando los EEUU, el principal promotor de la resistencia ucraniana, proponen a Ucrania que hable de paz con Rusia, se encienden las sirenas de la victoria o la derrota, según sea el comensal que disfrute el plato informático. Se avecina el invierno, en esfuerzo colectivo de la OTAN se han suministrado enormes cantidades de armas a Ucrania al grado de que los suministradores se han quedado sin provisiones (lanzaderas múltiples HIMARS, armas Nlaw, misiles Stinger y Javelin, antiaéreos S-300 eslovacos, ametralladores, rifles de asalto y municiones) y el enemigo continúa impávido, y ¡Rusia se apresta a incorporar 200 mil tropas nuevas! Tal triada de hechos en contra y a favor del país eslavo (invierno, armas y tropas) constituye un hito para la reflexión ya no tanto para los analistas de sendos bandos que dan pábulo al consumidor en general, sino para el consumo en frío de la dirigencia de países, preocupada ahora por la persistencia rusa ante el enfrentamiento con la UE y la OTAN, quienes suelen considerarse el mundo mismo.  

De manera que a esta altura de la reflexión, dada la actuación de los aliados contra Rusia, que intentan ahora dialogar a través de Ucrania, la interpretación que se aventura es la siguiente: es inminente la victoria rusa, la guerra virtualmente estaría terminada y Ucrania reducida. Los hechos parecen incontenibles: un país bombardeado, debilitado después del invierno, tiene que enfrentar a una potencia militar que le enfrentará 200 mil nueva tropas. Naturalmente, el consumidor básico, aún con el pedacito de nariz fuera del agua, elaborará su feliz fantasía aduciendo que las tropas reclutadas por el ejército ruso no tienen experiencias y no ejercerán peso significativo. La guerra terminaría con el invierno, tal vez un mes después, en marzo de 2023, siendo el resto ocupación. 

Pero lejos ya de oscilante estados de complacencia con versiones de realidad, el asunto de fondo ahora para occidente (UE, OTAN y EEUU) es lograr una retirada honrosa del campo de batalla. La derrota de Ucrania sería la derrota del pupilo, a quien se le suministró armamento y entrenamiento. La victoria de Rusia sobre Ucrania será una sobre EEUU, Inglaterra, Alemania, Francia, Canadá… ¡Sobre la OTAN, quien actuó y perdió! Por supuesto, este plato tiene variados consumidores comunicacionales: habrá sido una derrota de Ucrania sólamente, la OTAN no intervino como para atribuirle derrota alguna, Zelensky es un criminal de guerra y había que cesarle el apoyo, Rusia enfrentó el suministro armamentístico de treinta países en su contra, no es tan grande mérito de Rusia derrotar a un país pequeño, etc. 

La opción única para evitar la derrota ucraniana es la intervención directa de la OTAN sobre el territorio. Consumidores básicos siempre habrá, siempre forjando su felicidad aunque extrema: ¡no hubo guerra! 


martes, 15 de noviembre de 2022

VENEZUELA, PAÍS CAUTIVO 

En caso de guerra entre potencias, esto es, entre Occidente y Oriente, con cariz fenomenológico mundial o intercontinental, Venezuela sería inmediatamente ocupada por los estadounidenses. Ellos están a pocos kilómetros e imperialmente ejercen un comportamiento invasivo: nada más simple. El país de las armas nucleares contra el país de las ideas humanistas y soldados con patrios ideales, pero desarmados. 

La circunstancia bélica borra las fronteras y los estamentos cívicos y políticos. No habría objeciones para que, de modo apresurado, los EEUU ocupen la patria de Bolívar, que flota en los dos tipos de oro conocidos: petróleo y oro propiamente. Para decirlo con mejor precisión: durante la circunstancia bélica, los lentes miran lo que necesitan y, a lo lejos y de cerca, Venezuela resaltaría con la nitidez con la que siempre otros la han atribuido y ella misma se ha resentido con carácter bolivariano: es un granero, para más puntería, granero del gran país del norte. 

Es fácil imaginar la circunstancia: el país imperialista del norte proclama que se está en guerra, que él insurge en defensa del hemisferio y que, quien no esté a favor estaría en contra. Ergo todos deben cooperar para salvar el mundo y la libertad, sino apoyando con efectivos militares, haciéndolo con recursos minerales o logísticos para fabricar armas.  

Por supuesto, el enemigo a vencer sería el ruso, el chino o el iraní, todos enemigos de la humanidad y, conflictualmente para entonces, aliados de Venezuela, lejanos geográficamente. Esto inevitablemente, junto a los valores tradicionales de defensa patria, ocasionará que Venezuela se rebele y pretenda no dejarse ocupar, entendiendo también que habrá sido la causal para que los gringos, gozosos, ocupen en un tris el país. Oro, petróleo, bauxita, hierro, diamantes, coltán, cobre, carbón, gas, níquel y espacio geoestratégico de pronto se convertirían en el combustible que la industria bélica e informática (coltán), además del pillaje, requerirían, propinando por adelantado un duro golpe al enemigo. ¡Nada menos que la mayor reserva de petróleo en manos gringas para financiar la guerra! ¡Rusos y chinos, rendíos! 

Tal situación, que sólo un demente negaría, evidenciaría los siguientes puntos: el país no es libre en verdad, no está preparado para serlo al estar desarmado y restringido constitucionalmente para tener aliados que puedan posarse sobre su suelo (Art. 13 de la Constitución), y carece en la actualidad de una disposición política y de raigambre histórica para asumir su identidad libertaria ante la adversidad. Es decir, a émulo de países ejemplares que han asumido su destino contra el disgusto imperial (Cuba, Irán, Corea del Norte), el país ha sido incapaz de declarar su impulso autonómico y libre, de exponer su historia de próceres libertarios y de correr, consiguientemente, con su suerte providencial (en contra del malestar del gran país del norte). Por el contrario, ha estado actuando con cautelas, dejando hacer y dejando pasar, participando en reuniones de diálogo político monitoreadas por los EEUU, permitiendo la circulación libre sobre su territorio de un presidente opositor impuesto desde el exterior. Se puede decir, apenadamente, que es un país cautivo, esperando ser saqueado. 

Para refutar lo anterior, lo cual no pretende ofender a las fuerzas armadas sino lo contrario, hacerlas entrar en razón, habría que responder si debidamente se está armado para defender el fantástico estatus de país superdotado en recursos naturales y minerales, si se vive a la par de la realidad leonina del mundo presente, sin ilusiones ni utopías humanistas que sólo dan brillo y belleza platónicos, y si hay fecha para dar paso a la declaratoria de libertad y autonomía asumiendo la nación su destino político: detención del títere impuesto por los EEUU y actuación interna en función de sus propia leyes y no con base en temores del qué dirán anglosajon. 

No basta con poseer una de las mejores aviaciones de América Latina ni el sistema avanzado de misiles antiaéreo ruso S-300, situación que sería superada por el enemigo en cuestión de un par de días antes de acometer la invasión. Negativo. Tampoco vale el imaginario de que, una vez invadido el país, restaría la carta de la guerra de guerrillas desde el Guaraira Repano, a émulo del Che Guevara en Cuba y Bolivia, o de Vietnam. Denegado. Es necesario en tiempos de paz armarse en lo posible para defender la integridad (es la práctica cultural, no hay evolución humana aún en tal sentido) e ir declarando la guerra que estaría implicada en el acto asumir la esencia nacional de la autonomía y la independencia del ser-venezolano-en-el-mundo. 


domingo, 13 de noviembre de 2022

NO HAY RESPETO

Que EEUU un día decida, poderosa y arbitrariamente, designar el presidente de Venezuela y que los venezolanos y el mundo mastiquen esa decisión sin capacidad de asombro, es un acto de realismo mágico propio de estos maravillosos espacios latinoamericanos. Es, como se vea, el conquistador llegando a insospechados parajes que lo deslumbran o incomodan y, seguidamente, empieza a nominar, a rellenar, a poner orden en lo extraño o reacio a su gusto o cultura.

Es Hernán Cortés escribiéndole a Carlos V que se precisan nuevos nombres para las singulares cosas o hechos. O son los soberbios romanos llegando a la inculta Germania, donde proclaman suyas las tierras, poniendo y quitando líderes tribales.

Es, en fin, conquista, sempiterno comportamiento humano. El soldado y el aborigen juntando extrañezas. Civilización y barbarie. El hábito conquistador es el sometimiento y no hay sorpresa, por ejemplo, en la boca de Biden o Trump cuando nombra cónsules para un país amazónico como Venezuela o cuando, insólitamente, proclama en sus escuelas que el Amazonas debe ser rescatado porque está en manos de seres desalmados.

Para los locales, acostumbrados al brillo de lo extraordinario, gente que nada en ríos tan anchos como mares y presencian tormentas con el sol reluciente en el cielo, no hay registro de sorpresa cuando un extraño proclama que sus líderes deben ser cambiados y, de facto, pisando estatutos y constituciones, se atreven a realizar nombramientos "oficiales", como el hecho por los EEUU con Juan Guaidó como presidente encargado, interino o de transición para Venezuela.

El resto del mundo calla, y algo de lógica habrá de contenerse en tal actitud cuando los mismos afectados callan. Los EEUU y la UE, en patota, proceden contra Venezuela y le nombran un virrey, y el país luego acude a sentarse con el virrey en conversaciones en México para hablar de los insondables mares y estrellas, legitimando, como se vea, la violación, asumiéndose una postura criticablemente sumisa. Es entonces cuando la magia se hace real y se tiene en consecuencia un país con sendos presidentes, uno en el irreal imaginario y el otro en el imaginario real, para completar este sancocho de realismo mágico. Ante tal situación, los países aliados como China, Rusia, Irán o Cuba no pueden pujar para reventar una burbuja de magia que no rompe ni siquiera el principal implicado. ¿Se verá a alguno de estos países entrar en combate contra los EEUU porque estos se atrevieron a nombrarle un presidente postizo a Venezuela? El otro escenario donde un tercero actuaría para ayudar sería por caridad, por piedad, por defender a un desvalido pisoteado, cual un quijote "desfaciendo entuertos".

Pero Venezuela no es un país que esté para lástimas. Es una república heroica, horno de héroes, como pocos países en el mundo con historias patrias. Tiene un destino y no es la sumisión propia de un realismo mágico. Una visión clara habrá de extenderse a su frente: si no se es libre, se es esclavo. Venezuela es una nación madre, generadora de formas y vidas; y es un país padre, batuta de combates. Véase la historia, la guerra de independencia, la aculturación continental.

Por ello, fuera la magia, lo que no hay es respeto en esta narrativa. Fuera la magia, puede comprenderse que exista diplomacia y hasta astucias para ganar tiempo con unos diálogos de paz en México entre el gobierno y la oposición bajo la vista rectora de los EEUU; pero ése es el problema: la mirada rectora de nadie y la participación en tales diálogos del impuesto presidente. No puede la diplomacia comulgar con concesiones que atenten contra la misma conformación genésica de un país. Ser un país como Venezuela y no ser anticolonialista y libertario es una contradicción hasta biológica, como habría reacomodado la frase Salvador Allende. No puede el país estar bajo régimen de supervisión de segundos o terceros, recibiendo hojas de ruta, como si fuese un contrario derrotado en una guerra, como la pobre Alemania de la primera y segunda guerra mundiales.

Venezuela se tiene que armar y reformar el plano constitucional (artículo 13) para permear cooperaciones de naciones aliadas, como demanda el agitado nuevo tiempo y como lo ha demandado siempre la historia. Las forjas jamás son solitarias. El humanismo como bandera, ése que pinta al país como manso y pacifista, incapaz de defenderse para no parecer agresivo, debe quedar para las tapas de los libros contentivos de utopías. Necesario es invocar la responsabilidad en la dirigencia para con un país fantásticamente rico, riqueza que no la defienden los aires ni la magia ni las buenas intenciones de nadie; riqueza que, por el contrario, invita al ataque y al saqueo de otros países filibusteros. Esta es una profecía: de no haber disuasión armada contra el agresor, Venezuela, en caso de una conflagración entre potencias, será ocupada militarmente por sus acervo mineral y petrolero, y por su estratégica posición geográfica.

Países dignos y ejemplares hay hoy que han sostenido su posición autonómica y libertaria. Corea del Norte ante los EEUU, así como Irán. Cuba. Nicaragua. ¿Por qué no Venezuela? Realismo mágico hay en continuar asistiendo a conversaciones de paz que revalidan la sumisión y en no detener a Juan Guaidó, que camina por las calles de Venezuela como si no hubiese cometido una traición patria.


martes, 8 de noviembre de 2022

DECADENCIA PRESIDENCIAL

Muy molesto, casi con deseo de fumar nuevamente un cigarrillo en su vida, Juan Guaidó llegó a la conclusión de que su declive político empezó con el triunfo de Gustavo Petro en Colombia.

"¿Declive?", repitió mentalmente, llamándose la atención a sí mismo. Se dijo que tal vez estaba siendo muy duro. "¡Revés!", si, volvió a pensar: suena mejor. "La vida es una historia conformada por capítulos".

Bebió café. Llamo a su amigo, que fungía de asesor, pero también como amigo para los momentos deplorables como ahora. Nicolás Maduro, el presidente irreal de Venezuela, hacía estragos en Egipto en la cumbre climática, presumiendo ser el presidente de los venezolanos. ¡Dictador es lo que es! ¡Cínico ecocida del llamado Arco Minero!

Había estrechado ya las manos de Macron, el presidente de Francia, y había hablado de manera hasta coloquial con el enviado especial de los EEUU y ex candidato presidencial, John Kerry. ¡Simplemente insoportable! Y todo sin su consentimiento, así como decepcionante fue que Gustavo Petro entrara a Venezuela sin notificárselo a él. ¡No hay respeto! El montón de periodistas persiguiendo a Maduro figuraban una pesadilla que lo atormentaba en lo oscuro.

Su amigo tardaba. Empezó a caminar nervioso. Los cigarrillos brillaban sobre la mesa, una caja que había comprado su esposa para imprevistos. Se fue al balcón y abrió el vidrio panorámico para sentir mejor la presencia del Ávila. Cornetas y gritos inundaron sus oídos.

Guaidó, con su taza de café, se perdió en su mundo de duras realidades. Nicolás, Biden, Petro, las elecciones por venir, Monómeros, CITGO, el oro venezolano… Se viró y se contempló un momento en el vidrio de la panorámica, y le pareció que el surco izquierdo en su cabeza, de entrada en su cabellera, se había ampliado con caídas de pelos. ¡Calvo! No es para menos. ¡Resistir como él aguanta! Las canas ya eran aceptables y él se las pintaba, ¡pero la calvicie! Tenía una imagen pública que cultivar y una peluca no luciría en su cabeza. ¡Pero Biden y sus anuncios estresaban en extremo su espíritu!

Cuando hicieron pasar a su amigo, su corazón brincó. Quería hablar, ansiaba compartir, recibir un consejo. Lo miró a cuerpo completo y examinó con detalles su cabeza, buscándole consoladoras entradas en su cuero cabelludo.  Pero su amigo lucía jovial, alto, atento, no obstante ser mayor que él.

–¿Qué te pasa, Juanito? –le preguntó de inmediato–. ¡Pareces enfermo, hijo!

Juan rechazó con un gesto débil su invitación a sentarse en su propio sofá y, más bien, lo invitó hasta el balcón. Sintió deseos de llorar. Si se iba hasta la sala, como se lo pedía su amigo, de seguro se habría fumado una estrella de aquellas sobre la mesa, y ahí si es verdad que se habría deprimido al verse reincidir en un viejo vicio.

–Hoy amanecí abatido, no me importa reconocerlo –comenzó, dándole la taza de café a una trabajadora doméstica–. El tirano representa a Venezuela en el exterior y yo, como una ostra, estoy acá en la casa presidencial. ¡Te juro que es duro! –Juan reventó a llorar, metiendo su cabeza avergonzada entre el ángulo del codo.

Su amigo lo abrazó y lo conminó a tener compostura. Le dijo "¡Cálmate, hermano, eres el presidente de Venezuela, el soporte del todo! ¡Nada de llantos!"

Fueron segundos incómodos, pero de anegado llanto. Finalmente, Juan se recompuso y lo miró agradecido, mostrándoles sus grandes dientes de chicles Adams, como él mismo se decía que los tenía.

–¡Gracias, amigo mío! –exclamó estremeciendo vigorosamente los hombros de su asesor–. ¡Tu sí que eres mago en eso de subir el ánimo–. ¡Claro, soy el presidente…! ¡Lo sé…! Pero, te digo, amanecí con un pensamiento fijo que quiero compartir, cosas de esas como en la historia, donde uno marca un antes y un después.

–¿Qué será?

–No sé, soy vainas de la mente, pegajosas. Me desperté con las palabras "decadencia" y "Petro" resonando en mi cabeza.

–¿Cómo es eso?

–Bueno, chico, que la peste me empezó con las elecciones de Petro ganadas en Colombia. De ahí no canso de decirme que llegó una especie de decadencia para mi, y eso que no hablo de Lula… Te lo digo a ti que eres mi amigo, mi amigo ante quien lloró si quiero, como has visto… Las elecciones en Colombia motivaron a los gringos a querer desmontarme de la presidencia, y así, para colmo, nos quedaremos sin recursos para sobrevivir económicamente. De paso, ¿para dónde me iré con mi mujer y mis hijos? ¿Me exiliaré? ¿Miami? Ya no podemos en Colombia…

–¡Nooo, hombre, que dices! –lo miró largamente su amigo, como queriéndolo hipnotizar!–. ¡Qué cosas dices! ¡Ja, ja, ja! ¡Óyeme: mientras Venezuela sea la Venezuela que es, EEUU te necesitará! ¡Cálmate! En breve diseñaremos un plan para calentar la calle y darles un gustazo así a los gringos. ¡De inmediato te ratificarán! ¡Nada de pesimismo! En cuanto a dinero, no hay que preocuparse. Es verdad que ya no tenemos a Monómeros, pero, después que te ratifiquemos con los putos gringos, tendremos a disposición el oro venezolanos en Inglaterra y el remate de CITGO en los EEUU. ¡Con eso nos sobra, hermanito de mi alma, para financiar mil contrarrevoluciones mata dictadores! ¡Tranquiloooo, que las potencias nos necesitan a nosotros y al petróleo!

El cuerpo de Juan Guaidó fue estremecido por abrazos de reanimación. Sonrió. Sus ojos volvieron otra vez con el Ávila y hasta se permitió mirar de reojo los cigarrillos sobre la mesa en la sala. Miró a la trabajadora doméstica (mucama, como debería ser llamada) y al ver sus brazos rollizos, sintió un inesperado bienestar de amor propio.

–¡Ja, ja, ja! ¡No jodas, estuve a punto hasta de fumarme un cigarrito!


jueves, 3 de noviembre de 2022

DIÁLOGO EN MÉXICO: UN GOBIERNO ASTUTO, UNA OPOSICIÓN ESTÚPIDA Y UNOS EEUU CHULEADOS

Situación a comentar: vuelven las negociaciones del gobierno venezolano con la oposición en México. Otra vez, según se desprende del diario español El País, dizque para este fin de semana. Andan en esos preparativos desde hace rato Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, y Gerardo Blyde, representando a la oposición (se reunieron el 17 de mayo pasado). El gobierno no lo ha manifestado oficialmente, pero se conoce la intencionalidad por declaraciones, por tuis, uno de ellos de Jorge Rodríguez. Las negociaciones las auspician el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el diplomático Dag Nylander, del Centro Noruego para la Resolución de Conflictos (NOREF). 

Es el segundo intento. El primero fue abortado por la acción de EEUU de detener al diplomático venezolano Alex Saab. Venezuela protestó y dejó las conversaciones en octubre de 2021. Se hablará de las elecciones de 2024, sus preparativos, para que los comicios ocurran con transparencia y sean, por consiguiente, "observables". Así lo claman el gobierno de los EEUU apenas tiene oportunidad para aludir el tema y recientemente Juan Guaidó, cuando salió a la calle a pedir adelanto de elecciones. No lo hace el Grupo de Lima porque, con la victoria de Lula en Brasil, quedó desmembrado; tampoco la OEA, tan descalificada como está. 

Dígase que, si debiera ser por motivación o iniciativa del gobierno, no tendrían por qué realizarse tales conversaciones. ¿Para qué? ¿Para discutir su legitimidad, la del gobierno? ¿Qué entidad posee gustos tan suicidas como para cuestionar su lugar en el mundo? En Venezuela hubo elecciones quizás más transparentes y legítimas que el 90% de las elecciones hechas en el mundo y no será el mismo gobierno quien las cuestione para ir, estúpidamente, a una mesa de diálogo para esos efectos. Claro son dos cosas: promueven la mesa de diálogo los poderes mundiales que ven perder su control sobre un pedazo de tierra planetaria inimaginablemente rico y los poderes económicos locales derrotados que suman sus afanes a los primeros para procurar preservar sus tradicionales prebendas inclusive a costa de lesivos daños patrios al país. 

Pero, aparentemente, el gobierno se sienta a dialogar para sofocar la animosidad de chantaje opositora alimentada por los complotados desde afuera: si no hablamos, si no hay renuncia, encendemos nuevamente las calles con guarimbas. La "sociedad civil" reclama sus derechos, el poder, la dimisión de Nicolás Maduro. Hace una semana Juan Guaidó mostró cara para eso, para arruinar las navidades felices de Venezuela con agitación callejera, cuando reunió gente para ir al Consejo Nacional Electoral (CNE) en Sabana Grande. Tiene sus razones: si no hay mesa de diálogo conflictual o si hay calma en el país, su razón de ser desestabilizante acreditada desde los EEUU pierde sentido. De hecho está planteado que los EEUU lo desacrediten como presidente interino virtual en enero de 2023. 

Eso de ir a diálogos en México por parte del gobierno es como darle un hueso a un perro (la oposición) para que distraiga el hambre. Es la realidad, la conclusión a la que llega un franco análisis. Es decir, es como hacerle creer a la oposición que el gobierno valora su gran poder de trastornar el país con sus guarimbas, le teme a su padrino los EEUU y es tan estúpido para apreciarla (a la oposición) con sus atributos golpistas incluidos. Otra conclusión no tiene lógica: Alex no ha sido liberado y, no obstante el gobierno va a las negociaciones. Como se dijo, Alex Saab fue la razón por la cual Venezuela abandonó México. 

De manera que las conversaciones en México son una linda patraña donde el gobierno gana tiempo haciendo creer al orbe que se es tan tonto como para sentarse a debatir su propia existencia, que se es amplio y diplomático, y que lo anima la disposición mansa para el diálogo. La realidad es quien muerde duro el hueso, con estúpida credulidad, es la oposición, quien expone niveles de inteligencia y desespero en grado infantil. ¿Qué aspira sacar en limpio de México? ¿La renuncia de Nicolás Maduro? ¿El acortamiento de su mandato? ¿La propuesta de un golpe militar, combinando desórdenes de calle? ¿Posesión de cargos sin elección popular? ¡Caramba, si no se supiera que eso de México es un teatro de operaciones donde el gobierno comprende que puede ganar tiempo y la oposición sacar millones de dólares a los EEUU para su supuesta lucha por la libertad, habría que pensar que el idiotismo es uno de los estatutos de la patota opositora! Astucia por un lado y parasitismo por el otro. ¡Clarísimo! 

Con gusto hay que develar al mundo que los pobrecitos de los EEUU están siendo doblemente timados con el caso Venezuela. Ellos, en su lucubración de creerse lo más decantado del mundo, imaginan que al sentar a Venezuela en una mesa de diálogo la están dividiendo para gobernarla, como hacen con las Corea, como pretenden con China y Taiwán, y como intentan con Rusia y Ucrania. Son tan soberbios que la baba altanera no los deja apreciar que, simplemente, en Venezuela están siendo chuleados. ¡El explotador explotado! No sería descabellado un acuerdo de subsistencia entre gobierno y oposición para hacerle creer al imperio que tiene el control. ¡La guerra del fin del mundo! 

 


DIÁLOGO EN MÉXICO: UN GOBIERNO ASTUTO, UNA OPOSICIÓN ESTÚPIDA Y UNOS EEUU CHULEADOS

Situación a comentar: vuelven las negociaciones del gobierno venezolano con la oposición en México. Otra vez, según se desprende del diario español El País, dizque para este fin de semana. Andan en esos preparativos desde hace rato Jorge Rodríguez, presidente de la Asamblea Nacional, y Gerardo Blyde, representando a la oposición (se reunieron el 17 de mayo pasado). El gobierno no lo ha manifestado oficialmente, pero se conoce la intencionalidad por declaraciones, por tuis, uno de ellos de Jorge Rodríguez. Las negociaciones las auspician el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y el diplomático Dag Nylander, del Centro Noruego para la Resolución de Conflictos (NOREF). 

Es el segundo intento. El primero fue abortado por la acción de EEUU de detener al diplomático venezolano Alex Saab. Venezuela protestó y dejó las conversaciones en octubre de 2021. Se hablará de las elecciones de 2024, sus preparativos, para que los comicios ocurran con transparencia y sean, por consiguiente, "observables". Así lo claman el gobierno de los EEUU apenas tiene oportunidad para aludir el tema y recientemente Juan Guaidó, cuando salió a la calle a pedir adelanto de elecciones. No lo hace el Grupo de Lima porque, con la victoria de Lula en Brasil, quedó desmembrado; tampoco la OEA, tan descalificada como está. 

Dígase que, si debiera ser por motivación o iniciativa del gobierno, no tendrían por qué realizarse tales conversaciones. ¿Para qué? ¿Para discutir su legitimidad, la del gobierno? ¿Qué entidad posee gustos tan suicidas como para cuestionar su lugar en el mundo? En Venezuela hubo elecciones quizás más transparentes y legítimas que el 90% de las elecciones hechas en el mundo y no será el mismo gobierno quien las cuestione para ir, estúpidamente, a una mesa de diálogo para esos efectos. Claro son dos cosas: promueven la mesa de diálogo los poderes mundiales que ven perder su control sobre un pedazo de tierra planetaria inimaginablemente rico y los poderes económicos locales derrotados que suman sus afanes a los primeros para procurar preservar sus tradicionales prebendas inclusive a costa de lesivos daños patrios al país. 

Pero, aparentemente, el gobierno se sienta a dialogar para sofocar la animosidad de chantaje opositora alimentada por los complotados desde afuera: si no hablamos, si no hay renuncia, encendemos nuevamente las calles con guarimbas. La "sociedad civil" reclama sus derechos, el poder, la dimisión de Nicolás Maduro. Hace una semana Juan Guaidó mostró cara para eso, para arruinar las navidades felices de Venezuela con agitación callejera, cuando reunió gente para ir al Consejo Nacional Electoral (CNE) en Sabana Grande. Tiene sus razones: si no hay mesa de diálogo conflictual o si hay calma en el país, su razón de ser desestabilizante acreditada desde los EEUU pierde sentido. De hecho está planteado que los EEUU lo desacrediten como presidente interino virtual en enero de 2023. 

Eso de ir a diálogos en México por parte del gobierno es como darle un hueso a un perro (la oposición) para que distraiga el hambre. Es la realidad, la conclusión a la que llega un franco análisis. Es decir, es como hacerle creer a la oposición que el gobierno valora su gran poder de trastornar el país con sus guarimbas, le teme a su padrino los EEUU y es tan estúpido para apreciarla (a la oposición) con sus atributos golpistas incluidos. Otra conclusión no tiene lógica: Alex no ha sido liberado y, no obstante el gobierno va a las negociaciones. Como se dijo, Alex Saab fue la razón por la cual Venezuela abandonó México. 

De manera que las conversaciones en México son una linda patraña donde el gobierno gana tiempo haciendo creer al orbe que se es tan tonto como para sentarse a debatir su propia existencia, que se es amplio y diplomático, y que lo anima la disposición mansa para el diálogo. La realidad es quien muerde duro el hueso, con estúpida credulidad, es la oposición, quien expone niveles de inteligencia y desespero en grado infantil. ¿Qué aspira sacar en limpio de México? ¿La renuncia de Nicolás Maduro? ¿El acortamiento de su mandato? ¿La propuesta de un golpe militar, combinando desórdenes de calle? ¿Posesión de cargos sin elección popular? ¡Caramba, si no se supiera que eso de México es un teatro de operaciones donde el gobierno comprende que puede ganar tiempo y la oposición sacar millones de dólares a los EEUU para su supuesta lucha por la libertad, habría que pensar que el idiotismo es uno de los estatutos de la patota opositora! Astucia por un lado y parasitismo por el otro. ¡Clarísimo! 

Con gusto hay que develar al mundo que los pobrecitos de los EEUU están siendo doblemente timados con el caso Venezuela. Ellos, en su lucubración de creerse lo más decantado del mundo, imaginan que al sentar a Venezuela en una mesa de diálogo la están dividiendo para gobernarla, como hacen con las Corea, como pretenden con China y Taiwán, y como intentan con Rusia y Ucrania. Son tan soberbios que la baba altanera no los deja apreciar que, simplemente, en Venezuela están siendo chuleados. ¡El explotador explotado! No sería descabellado un acuerdo de subsistencia entre gobierno y oposición para hacerle creer al imperio que tiene el control. ¡La guerra del fin del mundo! 

 


martes, 1 de noviembre de 2022

IZQUIERDA, DERECHA: AMÉRICA LATINA, ENSAYO IDEOLÓGICO

Un ratito para la izquierda, otro para la derecha. La izquierda dice "progreso" y la derecha "libertad", y la primera se sienta a la izquierda para protestar contra los reyes en tiempos de revolución francesa y la segunda a la derecha para ratificar consabidos poderes feudales. Así se sigue hasta ahora, levantándose del su asiento la derecha cuando fragua un golpe de Estado y la izquierda para revolcar o revolucionar. 

Gana Luna y sucede a Bolsonaro en Brasil, pero el resto de los países ha pasado por tales transiciones: Perú, Chile, Honduras, México, Bolivia, Argentina y el oro puro de Colombia con Petro ha poco. Baluartes son Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde los pueblos han ratificado su orientación progresista mayoritariamente durante cada cita electoral. Bolivia también… Chávez, Maduro, Fidel, Ortega y Evo han conformado un matadero de ilusiones para los países imperialistas que sueñan con esclavizar a los pueblos y robar sus riquezas naturales. El eje del mal, en otras palabras. Remata la tragedia derechista el hecho que EEUU pierde fuerza hegemónica y se crecen China y Rusia en influencia en Latinoamérica. 

Durante el ínterin político de cada parcela ideológica, la izquierda despliega apoyos y desarrollos en el área social, y la derecha se vuelca a perfilar la espontaneidad de los mercados, donde los capitales son especies de la selva. Entonces ocurre que la continuidad de gestión se pierde tanto en uno como en otro, en consecuencia en desfavor o beneficio de los pueblos según quien lo gobierne: pierde la izquierda con su ideal de liberar y cambiar el mundo hacia nuevas formas tal vez no definidas prácticamente por los teóricos en su tope final, y pierde la derecha con su cometido de oprimir para conservar las formas tradicionales de poder. 

El camino socialista o marxista, minado de vacíos respecto de modelos prácticos probados en su concreción final, es básicamente poderoso, humanista y redentor mientras se transita, no sabiendo a ciencia cierta en qué derivará. La meta luce utópica, demasiado bella, platónicamente hablando, no experimentada fuera del campo fértil de la pensante filosofía; pero se le reconoce valentía feroz a su caminante respecto del futuro, aunque lo sospeche prácticamente vago. El capítulo soviético le propinó un golpe en el bajo vientre y los estudios sociológicos sobre las primeras sociedades humanas no pueden desprenderse de un inevitable idealismo que se ciega ante formatos superados de la convivencia humana. Tan versátil y jovial es la propuesta socialista que hasta hace poco Hugo Chávez estremecía al mundo con la nomenclatura bolivariana para la distribución de la riqueza: comuna, consejos comunales, CLAP, etc.  

El camino conservador, por su lado, teme a la experimentación del futuro y se aferra a lo viejo ya probado aunque sea feudal. Llama un derechista libertad al derecho (derechos humanos) que tiene de vivir de acuerdo a sus formas viejas conocidas; su distribución de la riqueza se fundamenta en esquemas rígidos y conocidos que perpetúen el poder clásico de uno sobre todos (es decir, es nada distributiva). Por ello su teoría del libre mercado es maravillosa en tanto aniquiladora de la competencia económica que surja contra el señor feudal. Romper este esquema es catalogado como dictatorial y como una acción en contra de la libertad y los derechos humanos. El socialismo con gusto lo quiebra y es, por antonomasia, el enemigo a vencer. Comunismo, socialismo… ¡El coco! 

De modo que una propuesta avanza sin saber concretamente a dónde derivará por lo utópico, enlistando a las masas en la aventura del progreso social, y la otra regresa a consabidos lugares por lo distópico, no queriendo tocar la quietud de lo histórico, de sociedades estatizadas. En esos ratitos en que un enfoque llega al poder, deshace lo orquestado en el ratito anterior. En tal aspecto, debido a la alternancia, América Latina en el mundo es un campo de combate y hasta de experimentación filosófica donde lustro por lustro la humanidad ensaya la busca del mejor camino. 

No se podrá jamás decir en términos democráticos que una doctrina opera en contra del género humano debido a que es el hombre quien elige.  Los pueblos eligen y corren con las consecuencias de sus decisiones. La genética, incluso, habla de configuraciones que hacen girar a una persona hacia la derecha o izquierda. Bastante falta por decir o probar. Humanísticamente la bandera la aferra la doctrina de izquierda por su afán de cambios hacia lo igualitario o justo.