martes, 15 de noviembre de 2022

VENEZUELA, PAÍS CAUTIVO 

En caso de guerra entre potencias, esto es, entre Occidente y Oriente, con cariz fenomenológico mundial o intercontinental, Venezuela sería inmediatamente ocupada por los estadounidenses. Ellos están a pocos kilómetros e imperialmente ejercen un comportamiento invasivo: nada más simple. El país de las armas nucleares contra el país de las ideas humanistas y soldados con patrios ideales, pero desarmados. 

La circunstancia bélica borra las fronteras y los estamentos cívicos y políticos. No habría objeciones para que, de modo apresurado, los EEUU ocupen la patria de Bolívar, que flota en los dos tipos de oro conocidos: petróleo y oro propiamente. Para decirlo con mejor precisión: durante la circunstancia bélica, los lentes miran lo que necesitan y, a lo lejos y de cerca, Venezuela resaltaría con la nitidez con la que siempre otros la han atribuido y ella misma se ha resentido con carácter bolivariano: es un granero, para más puntería, granero del gran país del norte. 

Es fácil imaginar la circunstancia: el país imperialista del norte proclama que se está en guerra, que él insurge en defensa del hemisferio y que, quien no esté a favor estaría en contra. Ergo todos deben cooperar para salvar el mundo y la libertad, sino apoyando con efectivos militares, haciéndolo con recursos minerales o logísticos para fabricar armas.  

Por supuesto, el enemigo a vencer sería el ruso, el chino o el iraní, todos enemigos de la humanidad y, conflictualmente para entonces, aliados de Venezuela, lejanos geográficamente. Esto inevitablemente, junto a los valores tradicionales de defensa patria, ocasionará que Venezuela se rebele y pretenda no dejarse ocupar, entendiendo también que habrá sido la causal para que los gringos, gozosos, ocupen en un tris el país. Oro, petróleo, bauxita, hierro, diamantes, coltán, cobre, carbón, gas, níquel y espacio geoestratégico de pronto se convertirían en el combustible que la industria bélica e informática (coltán), además del pillaje, requerirían, propinando por adelantado un duro golpe al enemigo. ¡Nada menos que la mayor reserva de petróleo en manos gringas para financiar la guerra! ¡Rusos y chinos, rendíos! 

Tal situación, que sólo un demente negaría, evidenciaría los siguientes puntos: el país no es libre en verdad, no está preparado para serlo al estar desarmado y restringido constitucionalmente para tener aliados que puedan posarse sobre su suelo (Art. 13 de la Constitución), y carece en la actualidad de una disposición política y de raigambre histórica para asumir su identidad libertaria ante la adversidad. Es decir, a émulo de países ejemplares que han asumido su destino contra el disgusto imperial (Cuba, Irán, Corea del Norte), el país ha sido incapaz de declarar su impulso autonómico y libre, de exponer su historia de próceres libertarios y de correr, consiguientemente, con su suerte providencial (en contra del malestar del gran país del norte). Por el contrario, ha estado actuando con cautelas, dejando hacer y dejando pasar, participando en reuniones de diálogo político monitoreadas por los EEUU, permitiendo la circulación libre sobre su territorio de un presidente opositor impuesto desde el exterior. Se puede decir, apenadamente, que es un país cautivo, esperando ser saqueado. 

Para refutar lo anterior, lo cual no pretende ofender a las fuerzas armadas sino lo contrario, hacerlas entrar en razón, habría que responder si debidamente se está armado para defender el fantástico estatus de país superdotado en recursos naturales y minerales, si se vive a la par de la realidad leonina del mundo presente, sin ilusiones ni utopías humanistas que sólo dan brillo y belleza platónicos, y si hay fecha para dar paso a la declaratoria de libertad y autonomía asumiendo la nación su destino político: detención del títere impuesto por los EEUU y actuación interna en función de sus propia leyes y no con base en temores del qué dirán anglosajon. 

No basta con poseer una de las mejores aviaciones de América Latina ni el sistema avanzado de misiles antiaéreo ruso S-300, situación que sería superada por el enemigo en cuestión de un par de días antes de acometer la invasión. Negativo. Tampoco vale el imaginario de que, una vez invadido el país, restaría la carta de la guerra de guerrillas desde el Guaraira Repano, a émulo del Che Guevara en Cuba y Bolivia, o de Vietnam. Denegado. Es necesario en tiempos de paz armarse en lo posible para defender la integridad (es la práctica cultural, no hay evolución humana aún en tal sentido) e ir declarando la guerra que estaría implicada en el acto asumir la esencia nacional de la autonomía y la independencia del ser-venezolano-en-el-mundo. 


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