jueves, 27 de noviembre de 2008

Replanteo estratégico opositor y otros efectos "democráticos"

Manuel Rosales Desde poco antes de las elecciones regionales, la oposición extremista venezolana andaba a dos aguas, como es hábito político ya en sus andanzas:  por un lado preparaba su zarpazo, buscando matar al Presidente de la República, convencida de que nada significativo obtendría en las votaciones, llevando armas magnicidas por aquí y por allá y preparando sumir al país en el caos, listos para acabar con una democracia que para ella es una dictadura; por el otro, se presentaba ante el país como la opción política del "cambio" (o del regreso hacia el viejo sistema de cosas), asediada por la maquinaria "oficialista", en desventaja, victimizada, violada en sus derechos humanos y civiles...  A todo el mundo decía que eran demócratas que luchaban hasta con las uñas para salir, cívica y electoralmente, de este gobierno.

De acuerdo con informaciones, tenía pautada para el 26 del corriente su día "D": desconocimiento de los resultados electorales, canto de fraude, toma de la calle e intento de incendio de la tranquilidad ciudadana.  Sencillamente temía que los resultados decretasen su muerte política, no tanto desde el ángulo del apoyo militante (tiene casi 4 millones de votos) como desde la desgracia que esa militancia fuese insuficiente para coronar numerosas gobernaciones y alcaldías.  La medida más optimista en su tiempo le llegó a deparar cálculos de catorce gobernaciones.  Hechos en países como Nicaragua, donde el sandinismo casi arrasa en las elecciones municipales y la oposición (la derecha política) de inmediato se enfrasca en propalar que hubo fraude, escenificando violencia callejera, se le erigieron en modelos alentadores para sus planes.

Pero ya se ve:  los resultados, con todo y que no obtuviera la oposición política venezolana la meta soñada de más de la mitad de las gobernaciones, la sorprendieron.  De las cinco ganadas en buena lid, tres la sorprenden extraordinariamente, por lo que comportan en geopolítica y geoestrategia:  más control en la frontera con la nueva Táchira, además del ejercido desde antes por Zulia; y, con Carabobo y Miranda, más adyacencia al corazón político del país:  Caracas.  Pero no llegó al colmo su sorpresa:  dentro de la misma Región Capital, lograron el control de la Alcaldía Mayor.

Ante tal redimensión del mapa político, que le augura más calidad que cantidad (geoestrategia y estados densamente poblados), la efervescencia desestabilizadora ceja –por ahora- en sus planes para reconsiderarlos y, seguramente, relanzarlos.  Los resultados le hacen concebir la ilusión de la toma del poder, del mismo modo en que ha venido intentándolo, doblemente:  con el discurso de la democracia (modo lento), pero sin desechar la idea de dar un zarpazo cuando las circunstancias sean propicias (modo rápido).  Por lo pronto, con parte de Caracas bajo mando, con la Miranda tan cercana y la simbólica tierra de Carabobo bajo su titularidad, se le hace necesaria una pausa para rediseñar la estrategia a seguir, la cual dejo a imaginación de los lectores.

De momentos, mientras hace efectiva la toma de posesión de las parcelas conquistadas, queda en el aire, como un cuento, el asunto de las armas magnicidas, de los previstos zaperocos para el día "D",  como cuando queda a la vista una plantilla cuyos pronósticos jamás se llevan a ejecución.  Como ocurrió con los planes mismos magnicidas que esbozó el oposicionismo extremo para los momentos de la coyuntura electoral, cuando el gobierno se los develó, quedando en el aire el esquema, sin la soñada concreción.  Hechos todos que no hay que olvidar a la hora de mirar el rostro "democrático" coyuntural que la dirigencia opositora ensaya en estos momentos de reacomodo político.

Pero a pesar de que se serena y toma nuevo aire para maquinar sus cosas, no todo es control entre sus filas.  A algunos, como el candidato a la gobernación de Barinas, Julio César Reyes, les resulta cuesta arriba desprenderse de los preconcebidos planes que esbozaban para luego de las elecciones:  había que gritar fraude y él lo gritó, azuzando a las partes a una confrontación.  Una denuncia de fraude Capriles Radonskiirresistiblemente tonta e improcedente, dado el hecho que algunos de sus correligionarios lograron el triunfo por un margen más ínfimo que el alegado por él, sin que la autoridad electoral tuviere el inconveniente en reconocerlo.  A pocos podría convencer con el cuento de que es confiable el resultado electoral cuando su factoría política gana y fraudulento, cuando pierde.

"En el ámbito nacional, de las 326 alcaldías en juego, el chavismo logró el control en 263, lo cual, para decirlo con propiedad, y sumado al hecho de las 17 de las 23 gobernaciones,  tiñe a Venezuela de rojo.  De un anterior control de 15, el chavismo pasó a 17"

La oposición política, pues, por los momentos, cesa en el empeño de incendiar el país, para tomarse un segundo aire, por lo pronto, como se dijo, para redimensionar  sus planes.  Digiere cuidadosamente lo que no vacila en calificar como "triunfo" (o "alternativa democrática", como lo calificara un dirigente de ella, a quien ya no le parece "oposición" la oposición), a pesar que bajaran a 5 el número de gobernaciones bajo su control, de 7 gobernaciones que controlaba.  En poco tiene que el chavismo haya controlado 17 entidades de las 23 que compitieron en la justa electoral, como si adujera que el país está concentrado en Zulia, Carabobo y Miranda, básicamente.

En su mente sólo anida el éxtasis de haber controlado algunos estados estratégicos, mismos que, para sus arrestos secesionistas, no tendría inconvenientes para declararlos como la nueva  Venezuela, si ya con el solo estado Zulia intentó hacerlo.  Aunque semejante control lo presientan de forma y no de fondo, por el hecho que, por cada gobernación que controlaron, las fuerzas del gobierno dominaron internamente en sus alcaldías.  En el ámbito nacional, de las 326 alcaldías en juego, el chavismo logró el control en 263, lo cual, para decirlo con propiedad, y sumado al hecho de las 17 de las 23 gobernaciones,  tiñe a Venezuela de rojo.  De un anterior control de 15, el chavismo pasó a 17.

Queda, en fin, la oposición como titular formal de 5 estados, mas no de fondo, como dijimos, puesto que sobre este nivel mayoritariamente ejerce el control el chavismo en sus alcaldías.  Véase:  13 de 19 alcaldías en Zulia; 10 de 14 en Carabobo; 15 de 20 en Miranda, 16 de 29 en Táchira y 6 de 11 en Nueva Esparta, si mi verificación no fue imprecisa, excusándome si el tiempo me pone en apuros.*  Pero sabemos que (y debemos estar preparados), para el caso que no haya asimilado el riel de la democracia y el civismo (oportunidad que tan hermosamente se le ofrece ahora), asimila por los momentos el hecho de sumar una nueva estrategia para sus planes desestabilizadores, y repiensa sus nuevos pasos, para seguramente ofrecerle al país algunas conmociones posteriormente.  Sólo es cuestión de tiempo.

César Pérez Vivas Elementos como el control de las policías regionales (lo cual puede envalentonar), la adyacencia política a la capital, el control en la frontera, la presión desestabilizadora desde Colombia y los EEUU, los dólares de la USAID y la NED, y la misma tradición golpista que alberga su corazón desbocado; hacen pensar no tan optimistamente en el devenir tranquilo democrático de la Venezuela de los próximos años .  Si antes, con el dominio único del Zulia como estado geoestratégico, se creía mayoritaria en Venezuela, ahora con Carabobo y Miranda, lo menos que puede pensar es que es dueña de la América Latina entera. 

A repensarse el chavismo también. Es lo que mandan los hechos.

Notas:

* Consulte, para verificación, los resultados publicados por el Consejo Nacional Electoral:  http://www.cne.gov.ve/divulgacion_regionales_2008/

lunes, 24 de noviembre de 2008

Reelección de Hugo Chávez y resultados electorales regionales

Dibujo Consumadas ya las elecciones regionales 2.008, de alcaldes y gobernadores, no queda más que analizar los resultados sin perder de vista dos puntos cruciales para el proyecto de cambios políticos esbozados para Venezuela desde la instancia gubernamental:  la transición hacia el  Socialismo del Siglo XXI y la reelección presidencial indefinida, considerada ésta última por algunos como factor clave para la continuación de las transformaciones.

Como si se dijera que sin Hugo Chávez no hay socialismo a la venezolana que valga, por aquello de valorar  justamente al padre de la criatura y por reconocer (y aprovechar) también en su justa medida las capacidades oratorias y carismáticas del líder de la revolución, con un nivel de aceptación estacionado en un 70%.  Y como si se dijera la perogrullada, también, que para ratificar proyectos y ganar propuestas de reelección se requiere contar con el favor contundente de la población sufragante de un país.

El presidente Hugo Chávez requería, con la urgencia política que le impone la continuidad vigorosa del proceso de cambios previsto para Venezuela, con modélicas repercusiones en América Latina, un triunfo de mayor densidad política en el país, mismo que lo facultaría para, en breve, sobre el efecto de una alta autoestima política, proponerle a los venezolanos un referendo sobre la reelección ilimitada presidencial.  De modo que candidato y proyecto político, padre y criatura, como muchos están convencidos sea, fuesen a la una a ocupar las instancias del gobierno para asegurar resultados óptimos.

Pero ya se vieron los resultados.  A despecho de que la figura del Presidente de la República conserva su 70% de aceptación, y sobre el hecho que inusitadamente participó más de un 65% de la población votante ("el más alto [...] en los últimos años en una elección regional y local"),¹ queda en el ambiente la impresión que ni prestigio personal presidencial ni mayor participación (5 millones y medio de votos chavistas en relación a los 3 y pico de los anteriores comicios) lograron cubrir las metas pautadas, como si el elector, razonadamente, hubiera realizado los correspondientes distingos a la hora de ejercer su voto, escarmentando o premiando lo que le pudiera dictar su conciencia.  Sin duda una crítica para quien tenga que ser criticado y, a fin de cuentas, un extraordinaria conciencia de funcionalidad democrática.

Y sin duda efecto -hay que reconocerlo- de un mejor manejo del aparato y estrategia propagandísticos del bando opositor que, así como en los comicios reformatorios anteriores utilizó a su favor la presunta actitud confiscatoria gubernamental de la propiedad privada y empapeló la ciudad con aseveraciones de que un presunto dictador se quería eternizar en el poder, para esta ocasión desistió atacar directamente la figura presidencial para evitar, como dice James Petras,² polarizar el voto entre un prestigioso Hugo Chávez y su contraparte antichavista, pudiendo salir con la peor parte.  Prefirió la oposición alabar los programas sociales "chavistas", pero criticando siempre el mal manejo de su implementación; que es a lo que se refiere la gente en la calle cuando dice que "el hombre tiene buenas intenciones, pero quienes lo rodean son quienes lo hacen mal".

Queda en entredicho, pues, la aseveración última que se le oyó al presidente -y que ya se había labrado su sitial como explicación de la derrota sufrida en las votaciones del 2 de diciembre de 2.007, cuando la Reforma Constitucional-:  que no había sido una derrota propinada por la oposición, sino por los mismos militantes, quienes habían dejado de votar en una cifra rondante a los 3 millones.  Es decir, una autoderrota por causa de una baja motivación y participación de la militancia.  Se llegó aducir también, con base en datos ciertos, que entonces la oposición política no había crecido, porque menos de su militancia había ido a votar en relación a las estadísticas de asistencia de los anteriores comicios.

Pero ya se ve el resultado, como se dijo:  fueron más chavistas a votar -como se quería- y votó menos oposición (200.000, aproximadamente), y los resultados no se instituyeron en los mejores, al menos desde el punto de vista de las gobernaciones, que no alcaldía.  ¿Cómo explicarlo?  He aquí nuestra tesis de la densidad política, que no es más que la poblacional por estados, es decir, el triunfo -aunque por la mínima diferencia- del bando opositor en los estados más densamente poblados del país (Zulia, Miranda, Carabobo, parcialmente el Dto. Capital), mientras el chavismo se imponía holgadamente en los  estados de menor población, a excepción de Lara y Aragua.  De modo que parece pertinente la expresión de que el chavismo ganó estas elecciones regionales más por extensión formal que por densidad de contenido:  17 entidades no muy pobladas (a excepción de Aragua, Lara y parte del Dtto. Capital) contra tres o cuatro ganadas por la oposición, que por sí solas concentran casi el 40% de la población nacional ( Zulia, Miranda, Carabobo y parte del Dtto. Capital).³

"contra tres o cuatro ganadas por la oposición, que por sí solas concentran casi el 40% de la población nacional ( Zulia, Miranda, Carabobo y parte del Dtto. Capital)"

El chavismo casi duplicó, duplicó y hasta triplicó el voto opositor  en lugares como Apure, Bolívar, Delta Amacuro, Guárico, Lara (triplicó), Monagas (triplicó), Portuguesa, Vargas y Yaracuy, sitios cuya población no rebasa el 30% porcentual del país; mientras que, como llevamos dicho, la oposición ganó, aunque por márgenes mínimos (8 y hasta 3 puntos porcentuales, como en Carabobo) en las entidades de mayor población nacional.  Ello lleva a aseverar, no obstante, que sí, no hay duda, el chavismo es la principal fuerza política del país, que su militancia acudió masivamente a votar, ganando 17 de la 23 entidades en contienda (incluyendo el Dtto. Capital, pero sin incluir las Dependencias Federales ni el estado Amazonas); mas no pudo contra la focalización que desplegó el sector opositor en los estados más densamente poblados, donde nadie puede negar, sin embargo, que el partido de gobierno conserva un poder elector casi igual al que los derrotó. 

Ciertamente, el mapa de Venezuela quedó rojo en extensión, como dijimos, triplicando o más el chavismo (psuvismo) a la oposición por entidades; pero no duplicándolo en fuerza electora efectiva,  como se demostró en la recién culminada justa (obtuvo el Partido Socialista Unido de Venezuela 5,5 millones de votos o más).  Hay, pues, que considerar que las pequeñas fragmentaciones de los bandos no deja sincerar de una vez por todas la fuerza votante de cada uno.

En balance: recupera el PSUV cuatro entidades que habían pasado al bando contrario por "traición política" (Aragua, Guárico, Sucre y Yaracuy), como manifestó el vicepresidente del Partido, Müller Rojas, y recibe un duro golpe con la pérdida del estado Miranda y Carabobo; por su parte, el segmento opositor conserva el importantísimo estado Zulia, quita Carabobo y Táchira al chavismo, levanta tienda en la Alcaldía Metropolitana, pero pierde Sucre, un estado de tradición opositora, a pesar de haber sido gobernado en su último período por un funcionario afín a la causa del chavismo (al menos inicialmente).

En fin, tales resultados comportan ciertas connotaciones, más allá del hecho que el sector opositor quedó en dominio sobre cuatro estados claves del país, tanto por la población electora como por geoestrategia (Miranda, Zulia, Táchira y Carabobo).  Y tales connotaciones tendrán su concreción en la práctica, en el oficio político opositor del cada día, en el supuesto que continúe la tolda opositora con su plan de hacer política en el país bajo la impronta de la desestabilización y la conspiración extranjeras.  Táchira y Zulia:  más problemas en la frontera con Colombia, mayor incidencia del narcotráfico y paramilitarismo, mayor escudamiento de factores conspiradores; Miranda y Carabobo:  mayor espacio para el maniobrar de la desestabilización urbana, apoderamiento de los recursos para los fines (control policial), mayor proximidad operativa a Caracas, el corazón político del país.  La toma del estado Carabobo puede comportar toda la simbología mágica que se quiera, por ser emblema y asiento de uno de los hechos históricos de la Independencia americana.

Una cosa y otra piden dos cosas -a su vez- de parte de gobierno, de modo inmediato:  presencia efectiva en la frontera con Colombia, para prevenir la desestabilización interna y externa, y un más rápido control por parte del poder central de las policías regionales (implementación rápida de la Policía Nacional).

Tips al cierre:

Táchira:  se perdió por 7 mil votos.  Ocupa un lugar estratégico de cara al desestabilizador vecino:  Colombia

Carabobo:  a pesar de haber obtenido un 6,5% de los votos, el escándalo de corrupción protagonizado por el saliente gobernador afectó la propuesta de Mario Silva, quien, significativamente, perdió por tres puntos porcentuales.  Como si se pudiera decir, desde el punto de vista del elector:  para tener un corrupto en el gobierno, nada mejor que un candidato de la oposición.  ¿Para qué revolución?

Zulia:  el lenguaje de confrontación del presidente de la república en contra del gobernador saliente, Manuel Rosales, a quien también en los últimos días electorales se le recetaba cárcel desde varios frentes institucionales, no sirvió más que para victimizarlo y exacerbar el tan famoso regionalismo de los zulianos.  No sólo se dejó de ganar la gobernación, sino la Alcaldía de Maracaibo.  Tendrán que esperarse confabulaciones fronterizas con el ahora opositor estado Táchira

Miranda:  cae por la mala gestión de la autoridad en su municipio más importante, desde el punto de vista geoestratégico y electoral:  Sucre (Petare).

Alcaldía Metropolitana:  el índice de popularidad y gestión del Alcalde Mayor, Juan Barreto, no era la mejor carta de recomendación como para que el chavismo repitiese en el cargo.  Nada peor puede llamar la atención sobre lo inadecuado o ineficiente de una gestión cuando un adeco se posesiona del cargo.

Perla final:  el Municipio Sucre, de Miranda, fue clave en su caída misma y la del Estado al cual pertenece; la Alcaldía Metropolitana, en el Dtto. Capital, fue clave, también, en su propia caída, ahora en manos adecas.  El mismo efecto lo tuvo Acosta Carlez para la causa de quien él llamó su "padre político", a saber, Hugo Chávez Frías.

Notas:

¹  "Noticias:  65,45% de participación en elecciones regionales" [en línea].  En CNE. - 24 nov 2.008. - [Pantalla 1]. - http://www.cne.gov.ve/noticiaDetallada.php?id=4662. - [Consulta:  24 nov 2.008].
² James Petras:  "Las elecciones regionales y municipales del 23 de noviembre de 2008 en Venezuela son más que unos simples comicios" [en línea].  En Aporrea.org. - 22 nov 2.008. - [Pantalla 3]. - http://aporrea.org/actualidad/a67458.html. - [Consulta:  24 nov 2.008]
³ "Ocho entidades concentran el 62,3 por ciento de la población" [en línea].  En INE [Censo de Población y Vivienda 2.001, Avance informativo 9, ene 2.001]. - http://www.ine.gov.ve/censo/boletines/asi_va_el_censo09.pdf. - [Consulta:  24 nov 2.008].

lunes, 17 de noviembre de 2008

Obama y la oposición terrorista venezolana

Imagen tomada de Voltairenet.org La oposición política venezolana, en recesión como los EEUU y su crisis financiera, definitivamente se ha interiorizado que es imposible acceder al poder a través de la vía de los votos.  Por los menos los sectores más recalcitrantes, dedicados a la desestabilización conspiratoria.  Su crítico estado, en sintonía moral con la decadencia de la metrópolis política norteña, ha comprendido que el camino y destino es la criollización de las acciones, dada la adversa suerte que ha corrido la factoría externa que la apoya, la más conspicua, el poder político a posesionarse en breve de la silla presidencial en la Casa Blanca.

La crisis financiera y el triunfo electoral de Obama han constituido un golpe moral tal para estos sectores que no los deja disimular su malestar, expresado en las más disímiles manifestaciones de irracionalidad política.  Desde que Obama es afrodescediente y Chávez también, como elemento cabalístico desalentador, hasta que Condolezza Rice lo es también, como elemento contracabalístico esperanzador.  Ya se han oído voces que, en medio del delirio de una altísima intelectualidad, se han figurado que el "negrito" del norte vendrá a considerarlos como opresores de minorías, entre otros temores; que simpatiza en el fondo con Chávez y que, en medio de sus más terribles pesadillas, es posible venga al país a darse una vuelta por el estado Barinas.

Por supuesto, el telón de fondo de sus preocupaciones es la pérdida de continuidad de una empresa que venía viento en popa, fortalecida sobremanera con la promesa injerencista de un McCain y una Sara Palin, quienes no tenían problemas en pregonar que invadirían a Venezuela para combatir al "tirano" de Hugo Chávez Frías, enemigo de los EEUU.  Empresa enfebrecida con su loco sueño de los desalojos violentos o golpes de Estado, no obstante que ya apuntaban que los efectos de la crisis financiera mundial le infería ciertos descontroles, como es el hecho que el gobierno de los EEUU suspendiese momentáneamente su encono contra la administración del presidente de Venezuela para sumirse en su propia problemática, amén de atender un proceso comicial.

Crisis que, si a ver vamos, no le quitaba el sueño al oposicionismo venezolano tanto como que McCain y Sarah Palin perdiesen la presidencia, imbuidos como están en la maraña de intereses políticos y económicos del poder interesado en la continuidad republicana, invasora y belicista.  Porque, si de crisis a hablar vamos, la misma podría rendir para los fines deseados, esto es, para justificar de cualquier modo un ataque al gobierno venezolano, perpetrar una invasión, controlar los hidrocarburos y darse así un respiro financiero en la dura lucha por controlar el oro negro en los mercados.

Pero los resultados son los que ya conocemos:  ganó el "negro" la presidencia de los EEUU y la crisis financiera no ceja en sus proyecciones preocupantes.  Más inyecciones se prevén para la banca mientras el descontento popular mella la credibilidad del sistema de gobierno estadounidense.  Factores ambos que distraen la atención de la matriz defenestradora contra Hugo Chávez, disminuida por un lado en sus finanzas (hay que presumirlo) y afectada en su cabalidad por la nueva connotación moral del nuevo gobierno de los EEUU, muy a despecho, inclusive, de las múltiples voces que se levantan vaticinando que la llegada de Obama al poder no implicará cambios de fondo en la política exterior de los EEUU.

Obama acaba de confirmar que reducirá las tropas en Irak y que el desmontaje de la prisión de Guantánamo es casi un hecho, faltando nomás que tome posesión para darle curso.  Y la oposición política venezolana, por su parte, como revela el periodista José Vicente Rangel,¹ ya busca financiamiento para sus acciones en la banca criolla interesada en la desestabilización, dado que las expectativas desde lo exterior se les pone color de hormiga, como interpretamos por acá nosotros.  Porque así como no es creíble que un presidente recién electo por la esperanza de cambio de millones persista obstinadamente en hacer aquello que pudo impedir su triunfo electoral, tampoco lo es que el sector opositor más recalcitrante se atenga a la posibilidad de que el barco cambie de curso y espere hasta entonces.

"Tal es el plan de llevar al país a un extraordinario parto de violencia, inusitada mayéutica del derramamiento de la sangre: parir artificialmente la verdad de que a Chávez no lo quiere nadie, es un tirano, sin apoyo popular, portador de pestes para Venezuela"

Siendo que Barack Obama y la crisis financiera constituyen un elemento de mengua o de distracción en la "heroica" lucha contra Hugo Chávez, momentáneo o de inciertas proyecciones, al oposicionismo venezolano no le queda más que la sinceración de sus fuerzas internas, la criollización de su golpe, por decirlo a nuestro modo, dejando a la fisiología de la política exterior del gobierno norteamericano el que se decida por invadir, buscando un golpe de suerte moralizador para su efecto interno, como es tradicional en la política estratégica de opinión pública de la Casa Blanca (guerras relámpagos).  Del mismo modo que dejan al derivar del mercado el que los precios del petróleo bajen y suman en el fango de la desgracia la credibilidad que el pueblo venezolano deposita en su gobierno, en unos niveles cercanos al 70% de aceptación.  O al capricho de la feneciente gestión de Bush, que finalmente se atreva contra el gobierno venezolano y le deje designado el panorama político exterior al nuevo presidente.

Mientras tanto, mientras vuelve a cobrar protagonismo en el plano internacional con su temática antichavista,  el oposicionismo venezolano ya le pide dinero a la banca nativa, teniéndose que sospechar que de algún modo se le ha ido a pique el apoyo financiero; y que ya luce dispuesta a implementar un método de trabajo conspirativa más vernáculo, lejos de la paradigmática solución gringa de "encharcar para luego limpiar", esto es, de atacar mediáticamente la imagen de determinado objetivo político, incoarle un expediente, sea de narcotráfico o terrorismo, para luego actuar directamente en su contra.  Clásicos resultan ya Allende, en Chile, y Noriega, en Panamá, en este sentido, pero lucen lentos.

Y esta vía no es otra que la paramilitarización o colombianización de Venezuela.  Más al alcance, más al día, más a la vera del camino de las zonas populares, donde palpita el alma mayoritaria del apoyo presidencial.  Tan fácil como barato resulta pagar a una cuerda de matones para que siembren el terror en las comunidades, con asesinatos selectivos y casuales.  El mismo periodista citado ha denunciado en varias ocasiones que se han paramilitarizado tanto barriadas en Catia como en Petare, y en uno de sus últimos programas propuso el día 26 de noviembre como una fecha prevista para conmociones.²

Traslado de armas magnicidas de un estado a otro, ataque terrorista a ciertas plantas de televisión para alimentar la matriz contra la libertad de expresión, conversación entre militares y movidas de militares en Colombia (como las de Baduel), son ciertamente ingredientes de la baza conspirativa del plan de los EEUU en Venezuela, el mismo que ha ido perdiendo fortaleza por las razones descritas arriba, pero que ha dejado la determinación criolla oposicionista de perseverar en el punto dicho de la colombianización, de la gaitanización de Venezuela, el más a la mano, el más barato, el más irresponsable desde el punto de vista de la nacionalidad venezolana y el más fulminante desde el punto de vista de la caotización de su sociedad.

Claro que el resto de los puntos "tecnológicos" de la receta imperial siguen vigentes en la actualidad, pero como por inercia, debido a la falta de atención de los halcones de los EEUU; mas las evidencias de los últimos meses han dejado en claro cuál es la metodología fundamental de los sectores extremistas venezolanos:  paramilitarismo y magnicidio, como ya se dijo.  Militares detenidos, planes desmontados, armas magnicidas errantes de un estado a otro, planes de "octubre rojo" fraguado desde Colombia, hallazgos de armamento en Baruta...  Como si se dijera que mientras no se pueda asesinar al Presidente de la República entonces se le desestabilizan con terror las bases políticas de su permanencia.

Por lo que comporta de progresivo, fundado en la dificultad de presentar ante la opinión internacional que Hugo Chávez es terrorista o narcotraficante, el plan esbozado desde el gobierno actual de los EEUU para derrocarlo luce lento, costoso y de poco fruto desde que se está aplicando (ahora más que nunca con los cambios); razón por la cual salta a la palestra la medida vernácula de matar para colombianizar al país.  Todo un poema de motivaciones demoníacas.  Una derecha terrorista, fascista, matando sistemáticamente a quien aputale credibilidad o sostén para el gobierno, desde los estratos más populares hasta los más encumbrados.   Tal es el plan de llevar al país a un extraordinario parto de violencia, inusitada mayéutica del derramamiento de la sangre: parir artificialmente la verdad de que a Chávez no lo quiere nadie, es un tirano, sin apoyo popular, portador de pestes para Venezuela.

Cuando una oposición política, cerrada a la vía de la convención democrática, pierde apoyo del pueblo, incidencia sobre el sector militar y empieza a sentir soledad desde los predios del apoyo extranjero, sin contar que las proyecciones la dejan contra el suelo en los venideros comicios, empieza a lucirle tentador la guerrilla urbana (su "dignidad" no la deja irse al monte de las izquierdas), el terrorismo a lo Colombia, el sabotaje, la componenda, el crimen...  Cualquier lenguaje que mantenga en desgaste al poder que la desalojó de sus añoradas glorias.

¹ José Vicente Rangel:  "(VIDEO) Vea "Los Confidenciales" de José Vicente Rangel (16.11.08)" [en línea].  En Aporrea.org. - 16 nov 2.008. - [Pantalla 2]. - http://aporrea.org/actualidad/n124148.html. - [Consulta:  17 nov 2.008].
² José Vicente Rangel:  "(VIDEO) Vea "Los Confidenciales" de José Vicente Rangel (28.09.08)" [en línea].  En Aporrea.org. - 28 sep. 2.008. - [Pantalla 8]. - http://www.aporrea.org/actualidad/n121426.html

viernes, 14 de noviembre de 2008

América Latina: hora de pumas y jaguares

I

La biglobalidad se reagrupa.  No hay dudas.  Con otra configuración, con otros territorios, países, causas...  Como desde el principio de los principios cuando se empezó a hacer guerras:  uno contra uno.  Bipolaridad:   derecha e izquierda, bueno y malo, aliado y enemigo, policía del mundo y ejes del mal.  Policías y ladrones.  Europa y EEUU contra el resto del mundo.  Cristianismo, feudalismo, imperialismo y razón griega (los elementos de la cultura occidental) contra otras visiones de la vida o cosmogonías. 

Lo árabe o asiático es diferente; lo asiático o chino es distinto.  América Latina es una sarta de aborígenes matando jaguares, como desde la época del "descubrimiento".  Jamás será comparable una hamburguesa con una arepa venezolana, porque la primera encarna el bagaje de toda una alta y versátil cultura y la otra no pasa de ser un preparado exótico.  Europa es el ombligo del mundo, de un planeta etnocentrista.  El mismo pez pescado en la costa china no puede aspirar a tener el mismo sabor y calidad que el pescado en la orilla europea o norteamericana.  La nacionalidad o precedencia tiene su peso específico.  Hay cielo europeo y no europeo.

Díganme los mexicanos, a quienes le tiran un "muro de la vergüenza" y le celebran pintorescamente un arquetípico e inexistente machismo, que no da ni para defender su soberanía.  Son distintos, estorban, no están en los planes; son “sudacas” o perros de fronteras.  Por allá, hacia el eje del mundo bueno, contaminan la sangre blanca, con su pelo a mechones sobre la frente y su originaria complexión precolombina.

Algunos indígenas colombianos comen hormigas; los beduinos, gusanos del desierto; los chinos, ratones y ratas...  ¡Qué diferencia del placer refinado de la Europa, vieja o nueva!  A diferencia, por ejemplo, de un café londinense (¡dígame eso, uno de los centros más refinados del cosmos!), cuyo grano molido se hace con las excretas de un gato seguramente asiático, si mal no recuerdo.  Para el caso, el gato podría ser de baja ralea al provenir de un lugar extraño, pero su excreta se diviniza cuando la come un europeo.

II

El comportamiento díscolo (Ronald Reagan y su Guerra de las Galaxias), caprichoso (bombardeo a Libia porque le dijeron "perro rabioso" al presidente gringo), altanero (liquidamos a la Historia con el acabose del comunismo y socialismo), cínico (la invasión a Irak en busca de petróleo), genocida (el mismo Irak, Afganistán y Pakistán), traidor (sus actuales intentos de acercarse a la India, tradicional enemigo de Pakistán, su supuesto aliado), taimado y calculador (el reciente intento de terminar de cercar al país ruso con los hecho de Georgia), explotador (su mezquindad progresista para con los países de la América Latina), mentiroso (su célebre historia del 11 de septiembre) y estafador (su actual crisis financiera, que devela el engaño al que somete a su propio pueblo) del gobierno de los EEUU  ha generado que el mundo se reagrupe, pero a la vieja usanza dual de la guerra.  Malos contra buenos y buenos contra malos.  Bárbaros contra imperiales y viceversa.

Lo dijo en una declaración por allí el presidente ruso, Dimitri Medvedev, a propósito de la guerra reciente contra Georgia y en relación a la crisis financiera estadounidense:  la política "presuntuosa" norteamericana ha generado el milagro nuevamente del rearme mundial, de la reagrupación de fuerzas, de la posibilidad de conflagración entre bandos, perfectamente delineados, después del breve momento de unipolaridad del que gozó la potencia del norte mientras la antigua URSS se desmembraba.  Ellos habían acabado con la Historia, con la confrontación de fuerzas ideológicas en el mundo; habían aplastado y vencido, y sembraban y segaban en el planeta a su antojo. Dejan su legado.

Ni más ni menos una nueva versión de la Guerra Fría, generada por el voraz apetito de las fieras plutocráticas, hacedoras de guerras; por la presunción capitalista y programática de imponer el ansiado "modelo único".  Por la altanería imperial.  Por el mercado.  Por el interés del uno, máxima humanística para el nuevo sistema político de los mil años que se le deparaba al mundo.  ONU, OTAN, Europa, EEUU, G-7, OMC..., las esvásticas del dominio.

Pero sin contar con decadencias.  Así es la presunción, la altanería.  La educación de la nobleza.  Las castas.  El "nobleza obliga".  El mundo tiene dueño y se le escribe su historia.  Pero no se pudo con la malograda historia del 11 de Septiembre, esto es, que el mundo se tragara el cuento de forjarle un argumento para universalizar la guerra; no se pudo con Georgia, último intento de ir al corazón de la Rusia, cercándola a toda ella; no se ha podido en Irak, Afganistán; no se ha podido con la crisis financiera propia, increíble consecuencia del sistema político económico perfecto:  el capitalismo, neocapitalismo, neoliberalismo...  La tesis del libre mercado, ahora lleno de manos. No se ha podido con América Latina, donde todo el mundo se alza.

III

El mundo no ha cambiado nada.  Centra su progreso en la confección de armas.  Es una historia de niño que amenaza a otro con una piedra, y el otro le responde con otra más grande, y luego el anterior con otra, más pesada, y luego...  Sin final.  Eso es la cultura:  la refinación del armamento.  Alta tecnología.  Competencia.  Supervivencia del más apto.  Guerra.  Y hoy, otra vez, los niños de la Historia se alinean.  Un pueblo sin armas ni tecnología es una nación atrasada, en la Época de Piedras.  Como un palestino contra un israelí cuando le lanza una piedra sobre el tanque.  Como una honda contra una ametralladora.

Se puede llegar a los colmos, como los colmos obtienen respuestas.  El presuntuoso conde de los EEUU pudo salir por allí a empalar pobres países para sostener su vida presuntuosa, altanera y pervertida...  Hasta que el populacho de países le dijo basta y lo buscan por todo el mundo para colgarlo en el asta de una plaza.  Porque es así:  a los EEUU, después del gobierno de George W. Bush, los odian mucho más en el mundo, achacándoles culpas de guerras y atrasos.

¿No lo sabían?  400 gringos tienen más dinero que 150 millones conciudadanos.  Es ése el modelo.  La concentración de la riqueza.  Y eso por dentro, en las entrañas del monstruo, sobre su propia gente; porque por fuera, con quienes quizás les duele menos, tendríamos que hablar poco más que de genocidios.  Como las guerras en Irak, Afganistán... y todas las que quieran crear en cualquier lugar donde haya combustible para sostener su ritmo de derroches.

Ayer mismo volaron con un misil una boda en Pakistán, muriendo aproximadamente 40.  Son daños colaterales, tecnología última de su guerra preventiva.  El objetivo es matar dos o tres terroristas escondidos entre centenas de inocentes para salvar al mundo.  Así lo dispuso Dios, la Providencia, como ellos mismos dicen.

Hoy mismo buscan afanosamente una guerra, contra el terrorismo, naturalmente.  Los niveles internos de confianza en el gobierno y el sistema están por el suelo.  La crisis mata y puede llevar a la gente a desconfiar de sus líderes. A aprender a leer. Siendo necesario ganar en cualquier lado.  Y hoy mismo, como decía, presumen que se avecina un atentado mayor que el del 11 de Septiembre, y ellos, el gobierno de los EEUU, preventivamente, a la idea de que alguien no los quieran, están listos para inculcar "amor" y obligar al cariño.  Bin Laden es el Gran Satán que paga los platos rotos.

IV

La cosa se dinamiza y coge espeso, como se dice en coloquio.  Vuelan aviones bombarderos rusos hacia las costas venezolanas, pisando el suelo de América Latina.  Navegan buques y submarinos nucleares hacia sus orillas.  Ejercicios militares ruso-venezolanos.  Cuba, nuevamente, se abre a la posibilidad de instalar bases militares con Rusia.  En la pata del coloso del norte, como en los viejos tiempos, para equilibrar la balanza de las amenazas gringas sobre Rusia.  Lo dijo públicamente Vladimir Putin:  Cuba sería la respuesta al despliegue del escudo antimisiles que le siembra EEUU en sus adyacencias, en Polonia y República Checa, para no hablar ya de Georgia y Osetia del Sur, también en la pata de la nación rusa.

Y así vuelve Polonia con su eterna condición de juguete de guerra.  En el medio, como la raya que se pisa y no se pisa para generar reacciones.  Esta vez albergando misiles estadounidenses para contener ataques desde Irán y Rusia; pero esta vez, también, albergando misiles de contrapeso que ya los rusos le colocan en sus adyacencias, en Kaliningrado, entre sus fronteras y Lituania.  Misiles Iskander y puntos de guerra y sabotaje electrónicos. 

Polonia, como en la Segunda Guerra Mundial, y Cuba, como en la época de la Crisis de los Misiles.  Y Venezuela, como el nuevo tercio en la contienda y representante inusitado de todo un sentimiento de frustración en América Latina.  Como es destino le ocurra a toda alianza con los EEUU:  ellos se lo cogen todo y dejan el bagazo para sus amigos, supuestamente más pendejos.  Desequilibrios, asimetrías...  Así cualquiera prospera, pero también ...se hunde.  Los términos de la amistad no pueden inclinar la balanza hacia un lado de la alianza.  Al menos idealmente.

Los rusos finiquitan en Osetia del Sur, venciendo a Georgia.  Se alejan de la cooperación que mantenían con la OTAN.  Se ensamblan en sus intereses con la OPEP.  Elevan a condición de muro de combate la Shanghai Cooperation Organization (SCO), por allá en sus confines, en alianza con China y otras naciones.  Y ahora vuelan territorios suramericanos, intentando rodear a su contrincante de Guerra Fría.  Meándoles el "patio trasero" a los gringos, como es el lenguaje procaz de los predestinados.

El mundo es una guerra.  Siempre lo ha sido, con pequeños descansos que llaman paz.  Es su condición natural.  Su genética.  Su contextura y designio.  Nadie escapa a su naturaleza.

V

Por ello en América Latina soplan tantos vientos.  Con su saco de huesos, hambres, miserias, invasiones, bombardeos, injerencias...  Obligada al cambio.  A sobrevivir.  O a vivir con más dignidad.  A tomar posición o a reeditar viejas luchas por su independencia.  O a probar suerte o desprenderse de cualquier modo de sus ejecutores inveterados.  A decirle "No" a sus amigos norteamericanos, quienes ahora le proponen sortear su crisis financiera con más sacrificios por estos lados.   Préstamos, tratados, planes Colombia o Mérida, petróleo regalado, bases militares, narcotráfico, explotación conjunta y rapaz de los recursos naturales...   ¡Vaya maravilla!

La historia ha sido un colmo para los países donde Colón imaginó a Japón o a China, buscando a la India.  No se aguanta más a ningún conde hematófago y se abre a la consumación de su destino, nada parecido al pasado pero soñado por los próceres desde el pasado mismo.  Naciones libres y soberanas.  No se queda por fuera la América de los pumas y jaguares.  Entra en la contienda, aunque sea a empujones de conciencia.  Es su hora, como lo fueron sus viejas luchas.  No se libra de la vorágine globalizadora del mundo, que se reagrupa, se bipolariza. Está allí, como nueva protagonista.

sábado, 8 de noviembre de 2008

La oposición carapacho

Imagen tomada de Consumer Eroski La oposición venezolana parece andar en quiebra.  O mejor dicho, los sectores de la ultraderecha, quienes se sentían navegar viento en popa sobre la ola de ciertos acontecimientos, de naturaleza y procedencia externas, para no hablar de lo interno democrático, donde no tienen nada qué buscar, ni inventar.  Es decir, para no hablar de la gente, del pueblo llano, del elector, sobre quienes, definitivamente, no quieren cuajar como una institución seria de amor por el país.

Me explico:  habían sumado su suerte a la matriz de violencia e intervencionismo propalada por McCain y Palin, hoy derrotados candidatos por el negro Obama, quien desde ya, por cierto, nada más por su misma condición de "bronceado", como dijera Berlussconi, constituye para ellos un desagradable aderezo de la pérdida.  Obama habla de conversar con gente de “ejes malignos”, amén de que, paradigmáticamente, lanza contra el suelo sus exclusivistas pruritos puristas raciales.  Toda una calamidad para su causa política opositora, para no decir etnocéntrica ni plutocrática .  Y pensar que se está quedando anacrónico eso de prohibirles el paso a personas de color en algunas discotecas de Las Mercedes. ¡Vaya, vaya, si en el país de sus sueños gana un negro la presidencia!

Mc Cain le caía bien a los sectores extremistas del país porque prometía, a su vez, caerle a palos al “dictador” Chávez.  Pero esa fantasía parece ser ya historia, y peor todavía, para gente política tan desbocada, es la coincidencia mágico-cosmica afrodescendiente entre el presidente venezolano y el recién electo estadounidense.  Ya usted habrá notado seguramente el jolgorio que montaron cuando Sara Palin ofreció hasta una "guerra mundial" a la misma Rusia; y si así se expresaba una vicepresidente respecto de Rusia -entresacaban ellos-, el poderosísimo contrapeso del poder en la Tierra, ¿qué no habrían de hacer contra Venezuela, la república bananera de su "patio trasero"?

Al oposicionismo venezolano desde hace rato se le esta cayendo el traje, con su padrinos gringos llevando palos hasta en la cédula.  Negros en el poder, crisis financiera, pequeños países envalentonado (Bolivia, Venezuela, Honduras) botando sus embajadores o arrugándoles el ceño.  Desde la Patagonia hasta el Caribe, con la excepción de Colombia, emerge un desarrollo antigringo inusitado, para no decirlo como debe de ser realmente:  una toma de conciencia nacionalista.  El gobierno de los EEUU perdiendo hasta pequeñas guerras, como la reciente de Osetia del Sur y Georgia; dando pena en Irak y Afganistán. Sintiendo hundírsele su dólar.

Como si no les quedara nada más que un vacío coroto de apoyo internacional para sacar a Chávez del poder, como ellos lo sueñan, con golpes de Estado.  Ahora mandan a sus estudiantes a escandalizar sin que desde la Casa Blanca se pronuncien en contra del "dictador" Hugo Chávez por el hecho de que el Estado tome el recaudo de mantener orden en el país:  tan ensimismados andan en el Norte con la problemática propia que por aquí ya les huele a soledad a los sectores extremistas.

"Inveterados estafadores de pueblo [el extremismo opositor], se entregaron al sueño de un McCain en el poder y de unos EEUU infinitos, sin contar con desgracias."

Peor aun:  Chávez toma "respiros", se consolida, instala satélites, declara orondamente que la crisis financiera no nos habrá de afectar, porque Venezuela desde hace rato retiró sus reservas de los mercados ahora en desgracias.  La cosa se pone sería cuando la OEA ya no funciona dándole voz interventora a los EEUU en América Latina y surgen claras “amenazas” de formar organizaciones alternas:  Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), Consejos de defensa suramericanos, etc.  No se mencione Petrocaribe, Alternativa Bolivariana para Las Américas (ALBA) ni Petrosur, porque eso les da dolor de muelas.  El acercamiento a Rusia, con los previstos ejercicios militares en el Caribe, los manda de sopetón al baño. Sólo les resta orar porque caigan los precios del petróleo y el gobierno venezolano se desmorone en medio de su propia crisisi financiera.

De forma que cuentan nomás con la variante del financiamiento, cosa que, por cierto, ya empezó a tener problemas en Suramérica:  el crédito golpista para tumbar gobiernos, las partidas cifradas de la USAID y la NED, organizaciones crediticias para la desestabilización política,  una de estas recientemente desmontada en Bolivia por el gobierno de Evo Morales.  Con semejante "asignación presupuestaria", con premios Milton Friedman y otras argucias "progresistas", el extremismo opositor venezolano (¿?) se "bandea" en su ardua labor tumba-gobiernos, mientras capea el temporal concretado en que desde afuera no le paren tantas bolas, por los momentos.

Y así, sin esa gran pantalla de los escándalos que son la declaradera e injerencia de la Casa Blanca, Fox News o CNN respecto del más nimio detalle de la política gubernamental, el carapacho de la oposición política venezolana se resigna a afrontar unas elecciones regionales que, en su fuero interno, ansía nunca lleguen, dado los bajos niveles de aceptación que en el país cultiva, con Zulia como gobernación perdida, para mencionar unos de sus baluartes de permanente conspiración.  Les luce aterrador que, llegado el momento de los desoladores escrutinios, no haya en el concierto internacional una voz que los secunde en lo que ya es consuetudinario en ella:  el grito de fraude y la invitación consecuente a que nos intervengan.

De modo que el panorama se les pone en breve color de "hormiga vieja", como dijera Asturias en una de sus novelas.  La crisis de sus albaceas políticos del norte sumerge a estos sectores en un silencio apenas interrumpido por el ruido metálico de las "ayudas" que, aparentemente por inercia, les sigue proviniendo desde el extranjero para generar el caos interno.  Un colmo sería el cese de tales suministros monetarios, cosa que les caería como patada sobre el trasero y los pondría en trance ahora de pensar que los EEUU es un país "antidemocrático" que abandona a sus amigos a su suerte.

Se le cayó el tan soñado "octubre rojo" que le tenían planteado a los venezolanos, en vispera de la coyuntura electoral.  Se les cayó el magnicidio, uno de los elementos del plan.  Se les cayó McCain, con un George W. Bush que da lástima, descomunal factor de quiebra.  En fin, se les cayó la atención del gobierno de los EEUU, en estos momentos lamiéndose sus propias llagas.  Y lo que les resta ahora es el terror de afrontar el porvenir conociendo de antemano sus designios:  la derrota.  Y derrota que parece un exabrupto cuando el contendor es un lastimoso cuenco vacío, vacío de poder -para utilizar su terminología-, de poder de pueblo.

Ahora andan con unas armas por ahí (las del magnicidio) que no hayan en qué palo ahorcar ni en qué hueco esconder.  Trasladándolas de estado a estado, buscando muerte, intentando con sus flacuchas fuerzas alborotar al país, desestabilizándolo… , suertes de recogelatas político que arrastran unas herramientas de inútil aplicación, sin lugar ni tiempo.  Llenando a Venezuela de paramilitares, caotizándola puntualmente, ante la imposibilidad de barrer con todo a una vez y ante el olvido de sus amos.  Quedó la oposición extremista venezolana como el caparazón de la tortuga:  desmontado, ahuecado, descarnado, bagazo frustrado del soñado “octubre rojo”.  Inveterados estafadores de pueblo, se entregaron al sueño de un McCain en el poder y de unos EEUU infinitos, sin contar con desgracias.

Hoy su desgracia mayor es el pueblo mismo, que los ajusticia y los precipita hacia el patíbulo de sus propios errores.

martes, 4 de noviembre de 2008

Democracia adeca y yanqui o el culto por la fuerza política

Acción Democrática La democracia se quita y se pone a conveniencia.  Es portátil, Bandera EEUUpues,  como he dicho en otros escritos.  Tanto sirve para abrir una puerta como para cerrarla, según esa puerta descubra tras sí una realidad denotadamente adversa o favorable, lo cual generará que  no la cierres o no la abras.  O sencillamente no pienses en ella y hagas tus operaciones por la ventana.

Hace poco leí estupefacto cómo un diario de gran influencia en los EEUU, acostumbrado ya a presentar a Hugo Chávez como un tirano que aspira al mando eterno, realizaba una apología sobre la reelección para un tercer período de un alcalde (si no me equivoco, de Nueva York).  Del modo más franco decía en sus páginas que sería una perla de la democracia que una figura como el actual alcalde optase por un tercer período, dada la imposibilidad que aparentemente se presentaba para su reelección.  Si así el pueblo lo deseaba, no se podía impedir reelección a nadie.

Vaya, vaya -se me movía la cabeza para allá y para acá y me acordé de un político local nuestro que una vez preguntó en las cámara de TV "¿Con que se come eso?"-.  Porque, al pasar la página del diario, usted fácilmente podía toparse con una comidilla periodística de ese mismo diario, como ésa que dije, que Chávez es un dictador que aspira a morir en el cargo.  Democracia buena para unos y mala para otros. Por supuesto, no me pregunte qué hice con el diario, dado que no lo tenía entre mis manos (todo fue electrónicamente); pregúnteme más bien que habría hecho de tenerlo.

El difunto Adriano González León puso a la ciudad a respirar conciencia con su País portátil, casi señalándonos la estupidez plástica y sobrepuesta de nuestra cultura, de nuestros valores, de la Venezuela que supuestamente nacía y luchaba por su democracia.  Allá en aquellos cuarenta años hacia atrás, cuando el país se llenó realmente de populismo financiado con el dinero del petróleo.  O empezaba a llenarse.  Lo que es lo mismo decir, se cimentó la cultura adeca o "acción democratista", como se recitaba muy orondamente en los discursos.  Cuando se le decía a las masas que  “vivan en casas de lata pero tengan un gran televisor, porque Caracas es una ciudad de imágenes”,¹ y se les invitaba a vivir en la ciudad, y a votar, y a recibir un pote de leche durante las marchas de los “candidatos del pueblo”.  ¿Se acuerdan de Carlos Andrés Pérez y sus brazos abiertos, cuales molinos de viento, prometiendo sueños y engañando gentes?

Se entronizaba la democracia de los partidos en Venezuela y el país se alineaba bajo el manto protector del policía del mundo, los EEUU, país que sólo aspiraba petróleo a bajos precios y a cambio te defendía de los problemas internos, es decir, de los clamores de tu propia gente, esa misma que supuestamente disfrutaba de las mieles del mejor invento del mundo en materia de ejercicio político.  La democracia por aquí y la democracia por allá, en aquel entonces el discurso de los discursos, la herramienta civilizatoria por civilización.

En su nombre se realizaban espectaculares exorcismo de control popular, tratando de convencer que el hambre era un "daño colateral" (para decirlo con una neo tecnología) de la implantación de la más perfecta práctica política, inventada en Grecia, pero reformada por los luminosos países desarrollados del presente, como los EEUU y el conglomerado europeo.  Venezuela y EEUU constituían una invencible llave de precios baratos del petróleo y vigilancia extrema del cumplimiento democrático.  Por supuesto, el comunismo, o socialismo; los brotes guerrilleros y las manifestaciones estudiantiles de toda la vida del período "democrático", esto es, de la Cuarta República, eran expresiones antidemocráticas.  Por ello recibieron el trato que recibieron.

Acción Democrática, el presunto partido del pueblo, vilipendiaba el concepto a su antojo.  Se lo metía en el bolsillo y se lo sacaba por cualquier otro lado del cuerpo o de su vestimenta.  La versátil democracia.  Muchos fueron los golpes "democráticos" asestados a tanto bicho insurgente de la época, mismos que están donde los dejaron, bajo tierra.  El "partido del pueblo" unía su cultura, su expresión, su destino con la gran nación de Abraham Lincoln, donde también hacían lo que querían con aquellas sus palabras:  un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.  No importando que matasen a presidentes incómodos o inconvenientes, como Kennedy; ni importando que tan maravilloso sistema de gobierno prefiriera en todo tiempo auxiliar al que muere de prosperidad, como en la actual crisis, cuando se le da la plata a la banca y no a los pendejos de la calle.

Lo dicho:  la democracia es una herramienta versátil.  Casi una llave maestra.  El discurso invencible.  Tanto en Venezuela como en los EEUU, quienes habían sellado su destino a pie juntillas.  Engañosamente pregonaban el idealizado concepto de la bendita palabra, de la desastrosa cosa en la práctica; y en el ejercicio, en la práctica, en la cosa escrita como ley que manda, idealizaban como infinito el engaño sobre los pueblos.  Se te decía "el pueblo manda" y te ponían a votar para mandarte después a recibir tus daños colaterales; y todavía por ahí (en los EEUU) se te dice que el pueblo manda y se obtienen como presidentes a los candidatos menos votados.

La democracia, pues, como venimos diciendo.  El acomodo de los acomodos.  Discurso y práctica.  Teoría y práctica.  Propaganda y ejercicio real.  Mitología de un supuesto pueblo rey, que nunca manda.  El discurso de los discursos para que unos pocos se enriquezcan, como fue hechura labrada en la Cuarta República, bajo la cultura adeca, y como es credo capitalista en el país que la amparó, los EEUU.  Los ricos más ricos, los pobres más pobres.  Ricos de Venezuela y el mundo:  ustedes me dan baratos su petróleo y su riqueza natural y yo los legalizo en sus desmanes, en sus consecuencias por causa de la entrega.  Y los protejo.  Y les proveo armas.   Contamos con la OEA, con la ONU...  Democrático es mantener la riqueza de la familia transnacional del mundo.

Y quede por allá, pequeñito, si es posible que no se vea, que el pueblo tiene que ver también con el significado de la palabra.  ¡Cuidado!  Si es posible que no aprenda la letra, para que no comprenda su semántica.  Que pasen los siglos así, sumidos en el progreso y el desarrollo, perfectamente analfabetos.  Democracia, pues, como dijimos, acomodada.  Controladora y controlada.  Lejos de fastidios históricos como Bolívar, que mandaba al pueblo a instruirse; como Lincoln, que pregonaba el poder genuino de la democracia; de Jefferson, quien llegó a decir -a propósito de la crisis financiera que vive “la mejor democracia del mundo”- que un banco fabricando dinero era más peligroso que un ejercito.

Pero la democracia se acaba, porque es tan flexible que también da para eso.  Es una expresión e invento maravillosos del género humano.  De las clases políticas del mundo, en el poder, por supuesto.  Cuando esa palabra del carrizo empieza a acercarse a su verdadero significado, a su matriz genésica, a su real realidad, entonces no empieza a convenirle a nadie y empieza a ser derogada.  Como en Venezuela, por ejemplo, donde se despliega un esfuerzo para que el sistema político sea participativo y no representativo (como lo era en el pasado), y para que las comunidades realmente participen de la cosa pública, de los poderes institucionalizados, incidiendo sobre sus propios destinos; y, donde, por consiguiente, la democracia se muere.

"Tal es la democracia de plastilina de la que hablamos, la herramienta de defensa de las castas económicas; la vieja, la de la cultura adeca en Venezuela, la misma que unió su destino de extinción con la del "mejor país del mundo", el mismo que hoy día se debate en su ejercicio político bajo sombríos nubarrones."

Así lo presenta el decir adeco, esa cultura cuartorrepublicana de la democracia venezolana.  Que las masas, con su solar olor a vinagre y a cebolla del mercado, incidan en las políticas del país y en la exquisitez perfumada de los grandes líderes educados en las mejores universidades del mundo, es una soberana cochinada.  Fin de mundo.  La dictadura de los "patas en el suelo".  Que se ande por allí inventando Consejos Comunales y bancos populares es una ridiculez de Apocalipsis.  No es democracia ni nada parecido.  Porque democracia es cultura, modelaje, refinación, poder de uno, baluartes que debe de soportar en el poder el pueblo.  No poder del pueblo en tanto populacho; sino poder del pueblo en tanto plutocrático.  Porque los ricos también son pueblo, y viven en Venezuela y en los EEUU, perpetuamente traficándose entre sí.

Ni hablar en los EEUU, donde no se encuentra cómo tapar el hueco de los déficits y se propone cada día ampliar más el del pueblo, el de la gente en la calle.  Ya usted lo vio con la Historia y lo sigue viendo con la crisis presente.   Y no lo querrá ver a futuro, por allá en el 2.009.  Para entonces sí que es verdad que se habrá acabado la "democracia" en los EEUU, cuando la pobre gente empiece a hacer valer el concepto de mando del pueblo para el pueblo.  Cuando reclame su dinero, casa y empleo.  Como desde allá hoy mismo se critica hacia acá, hacia Venezuela, pues.  ¡Ay, fundadores próceres!

Pero la "democracia" tiene sus propias armas de supervivencia, sus propias reglas de combate.  La principal es que ella se acaba cuando realmente empieza a ser lo que debería ser, esto es, mando y reclamo de la gente.  Así se dice que en Venezuela ya no la hay y en los EEUU está amenazada.  En el primer país porque se paga la deuda y se deja de ser presa de organismos crediticios internacionales, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), para concentrar (desperdiciar, según crítica) esa riqueza que iba al exterior en las sudadas masas de la ignorancia; en el segundo, porque la gente debería pagar más por las necesidades de los ricos, contribuyendo con más impuestos, siendo el malestar que ello podría originar contraproducente para el establishment.  Estos puntitos nomás que para poner un ejemplo.

Entonces se empieza a trabajar para recobrarla.  En Venezuela, con la gran naturalidad que le da el hecho de defender derechos "democráticos" tradicionales (la cultura adeca, estemos claro), se llena el país de armas de contrabando y se contratan paramilitares para inundar de sangre a las zonas populares, como se hace hoy en día en Catia (Gramovén), Petare (La Bombilla y Filas de Mariche, José Félix Rivas) y Los Valles del Tuy.  O como se hace en Apure, Táchira y Zulia.  El objetivo es crear entre la célula popular terror e inestabilidad, aprovechando para asesinar a sus pobladores (en especial a los dirigentes comunales) y pescar luego en el río revuelto de las protestas.²  Mientras por el otro extremo, en la altura más sofisticada de la operación de rescate, se intentan agitar a los militares en los cuarteles y a los estudiantes en la calle.  Mientras así se dice que con la nueva democracia la vida no paga. Simple esfuerzo de un parto final:  inestabilidad, revueltas, golpes de Estado.

Como si dijéramos democracia ajuro, pues, como se dice en Venezuela.  El regreso del pasado porque regresa y que no se ha querido ir.  La tradicional obligación del pueblo de mantener a sus ricos, por la fuerza o como sea.  Democracia a la fuerza, flexibilidad esa que da para todo, hasta para ser martillo o mandarria sobre los pueblos.  La obligación de la gente hacia el pasado, a mantener a sus adecos en el sitial de los privilegios políticos y en la usanza vieja de servir al país hacia lo extranjero, regalando el petróleo a cambio de que países y comunidades internacionales apadrinen y velen las nefastas consecuencias populares de su entrega, como es regla cuartorrepublicana.   La riqueza del uno:  "o votas por mí o te boto.  O me haces volver o no hay democracia.  O soy o no eres.  O te denuncio.  Te repelo.  O te mato.  Aunque mil veces la ejerzas (a tu nueva democracia) votando por otros distintos a nuestro porte y estampa".

O como ya empiezan en los EEUU a tomarse medidas para preservar su "democracia".  Se esfuerza el gobierno por implementar sus tropas militares en la calle para controlar a la gente que se le pueda ocurrir protestar ahora, en medio de la angustia de la depresión económica, sin dinero, empleo o casa; pero no unas tropas cualquiera, sino las militares destacadas en Irak, específicamente el comando élite de lucha contra la insurgencia, esa que perseguía por allá a los iraquíes, casa por casa, para asesinarlos y luchar así contra el terrorismo o buscar armas atómicas.³

Tal es la democracia de plastilina de la que hablamos, la herramienta de defensa de las castas económicas; la vieja, la de la cultura adeca en Venezuela, la misma que unió su destino de extinción con la del "mejor país del mundo", el mismo que hoy día se debate en su ejercicio político bajo sombríos nubarrones.  La "democracia" que se va y no se quiere ir, y por ello mismo, como molestos fantasmas del pasado, pretenden sembrar el terror entre pobladores (para ellos votantes).  Su eslogan aquí en Venezuela:  "O me resucitas o te mueres"; y allá en los EEUU, su patria de entrega final: "O me preservas o te controlo [para no decir 'mato']". Al final de cuentas, no es descabellado que también exijan que voten por ellos aunque estén muertos o anden en ese trance.

Notas:

¹  Vea la alusión al tema social, político y cultural que entraña la obra en la reseña "Adriano González León" [en línea].  En  Letras:  El periódico de los Universitarios en la Red. - 10 feb 2008. - [7 pantallas]. - http://eresuniversitario.com/2008/02/10/adriano-gonzalez-leon-vida-en-un-pais-portatil/. - [Consulta:  4 nov 2.008].
²  José Vicente Rangel ha sido sistemático en la denuncia del paramilitarismo en Venezuela.  Vea las siguientes direcciones, publicadas en Aporrea.org:  "Se planea atentado terrorista contra medios de comunicación" y "Los Confidenciales' de José Vicente Rangel (28.09.08)"
³  Oscar J. Camero:  "¿Perdidos para el mundo y viajando a través de las cañerías?" [en línea].  En Animal político. - 11 oct 2.008. - [Pantalla 8]. - http://zoopolitico.blogspot.com/2008/10/perdidos-para-el-mundo-y-viajando-travs.html. - [Consulta:  4 nov 2.008].