jueves, 27 de diciembre de 2007

Tierra y capitalismo o muerte popular


Cuando las masas hambrientas logran articular la oración "Tenemos hambre", de modo coordinado, de tal manera que trascienda como reclamo en el contexto sociopolítico donde sufren su tragedia, entonces, como chispa que busca el incendio, comienzan a oírse muchas voces aquí y allá que ineludiblemente terminan en acciones concretas de cambio, en revolución para ser más preciso, o en la formación de grupos insurgentes a los que no les quedó otra opción ante la sordera de quienes detentan el poder.
Es constante histórica. Francia está llena de ese ejemplo desde la época de las luces para acá, hasta que entró en la forma de vida política republicana. Se habla de la Revolución Francesa como si se tratase de un único hecho histórico, cuando la verdad fue que hubo cuatro o cinco movimientos cabales de revolución, en un sentido pleno de idealismo y doctrina. Durante las monarquías fue el país de los desarrapados, donde el rey y su séquito comían la masa del pan y el pueblo el mendrugo, la pulpa de la fruta y el pueblo la concha, la carne de la res y la gente los huesos. En medio de la ceguera de la omnisciencia, y valga el contrasentido, bajo la condición de ser puesto por la Providencia en el reinado, el rey -por la llamada nobleza- jamás estuvo en aptitud para mirar comprensivamente el dolor de su pueblo. Así estaba determinado por dios y punto.

Es como decir que se daba por natural que las masas sintiesen siempre hambre, así como lógico era también que lo expresasen. De manera que bajo la clásica monarquía que las masas manifiesten sus necesidades era algo así como decir la "vi con mis propios ojos", un soberano pleonasmo. Ello significaba que las masas debían esforzarse por ir más allá de la simple expresión de sus necesidades, más cuanto quienes detentan el poder están formados en la escuela de la providencialidad, esto es, el determinismo, la insensibilidad humana y social, el aristotélico concepto de que se nace para amo o esclavo y luego cada quien a lo suyo. No de otro modo se procura el orden en los Estados; pero no de otro modo, también, se generan las revoluciones en el mundo, y ya sabemos que las monarquías y los imperialismos fueron la madre de los grandes cambios sociales en el mundo.

Rusia en concreto, con la caída de los Romanov, es un ejemplo relativamente reciente. Lo que solió definirse -y suele hoy hacerse en los quistes imperiales que aún quedan por ahí- como un "pueblo noble" no fue más que su disposición a pasar hambre en concordancia con el mandato clasista de la Providencia (rey es rey y pueblo, pueblo) y en contraposición con la fastuosidad y abundancia groseras de las clases dominantes. Pero las repetidas guerras, sediciones y represiones violentas contra las masas coloca en claro que las disposiciones de tipo idealista y filosóficas de los hombres jamás priva de modo espontáneo por encima de las disposiciones de la humana naturaleza, es decir, la naturaleza animal que come, que bebe, que siente miedo y que tiene instintos de conservación que la preserva de la muerte. Ningún sistema monárquico tiene arrestos de justicia en su sentido social y nada cada cae por causa de funestos motivos de prosperidad general.

Pero como todo lo de humano cuño, nada es perfecto. Los movimientos de cambio social (la izquierda, pues, en oposición a monárquicos), las revoluciones jamás fueron perfectas en su sentido ideal. Por más que se cortaran cabezas de reyes como una manera de acabar con el pasado oprobioso, siempre hubo que transigir debido a que los factores en cuestionamiento por sus pueblos mutaron y escondieron instintivamente su naturaleza ofensiva, inoculando los nuevos modelos republicanos con su viejo poderío subyacente. Es lo que se llama la derecha, misma que al paso del tiempo, con su inicial y soterrado poderío hizo valer su fuerza, institucionalizando artera y pacienzudamente, de nuevo, los viejos esquemas que inicialmente habían dado lugar a las transformaciones, desvirtuando el reclamo primero de las masas y el sentido de justicia de una sociedad idealizada. Así, al cabo de la corrosión, tenemos repúblicas con espíritu monárquico y democracias sólo de nombre, donde la derecha reina, el individualismo, el capitalismo deshumanizante es el modelo, y la izquierda, el ideal de libertad e igualdad sociopolíticos, remite a sus momentos originarios, engullida por la historia, también concentrada en pocas manos, como la misma riqueza.

El viejito cuento de los mencheviques intentando desvirtuar el espíritu idealista de la revolución en Rusia en la misma época de Lenin e intentándola acomodar a sus personales y derechistas necesidades, es una clara demostración del gran poder de la derecha que, cuando calla, en aparente reculaje existencial, en realidad lo que hace es atacar y destruir en silencio, para luego formar -cuando se impone- esos "esplendorosos Estados capitalistas", viejas remembranzas del caduco modelo imperial. Aquí en Venezuela, luego del zapatazo que significó Hugo Chávez para poner a la derecha en fuga, los mencheviques han recibido el nombre de "derecha endógena", la famosa Quinta Columna o Caballo de Troya que hace su trabajo en silencio y sin sorpresas, pero que cuando actúa es fulminante.

Desde que la derecha infiltró el inicial proceso de cambios en el mundo y desde que floreció en el formato de las nuevas repúblicas, el sentido de lo providencial, de las castas, de lo exclusivo y hasta de lo azul sanguíneo, no suelta el poder sino a través de formas violentas...


El error histórico de transigir con la derecha, si fuera el hecho que la izquierda que pregona la revolución bolivariana es radical y extrema, está implícito en la propuesta de la oposición venezolana de la llamada "reconciliación nacional", asunto que debe considerarse no más allá de una circunstancia política que al cabo de unos meses habrá de perder su vigor coyuntural. Pero como el mismo Presidente de la República lo ha aclarado, su gobierno no es uno de extremos ni de aboliciones a ultranza, a menos que se trate de los cuartorrepublicanos estigmas de la miseria, tales como la venta de la patria y la injusta distribución de la riqueza y el sentido de clases; incluso se ha permitido generosidad y consideración con los dueños de los medios de producción, llamándolos a la confección de un modelo de coexistencias, llamado que por cierto ha sido recibido con frialdad y cálculo, para no hablar de burla.

Para Venezuela nunca hay que olvidar que revolución y chavismo es oposición a pactos, por aquello del antipuntofijismo, siendo ello uno de los encantos políticos de la propuesta presidencia para las masas y uno de los causales del despertar político del pueblo. Pero desde el mismo momento en que la derecha se revigoriza y tiende a las propuestas, recogiendo aquella parte del discurso político que no abole absolutamente y que, por el contrario, considera al contrario, hay que echar un retrospectivo vistazo a la historia y tener la claridad de que si se pretende la pureza doctrinaria no se puede pactar ni dejarse infiltrar, ya de modo oficial; y tener también la claridad que si se busca la tropicalización de un ideal humano occidental, hay que sentar precedentes. Porque Venezuela hoy está en la mira de los pueblos que procuran exorcizar la injusticia social que acarrea el modelo del libre mercado y el rampante capital, a la espera de la concreción de una fórmula ejemplar.

Aquellos gritos iniciales revolucionarios del hambre europea tuvieron que conformase con acuerdos y pactos que a la postre tuvieron el efecto de colocar las cosas en su "santo lugar", como dios las había concebido, o lo más cercano posible a ese estatus. En medio de fórmulas republicanas, el pobre a su anonimato y pobreza, y el dominante a la dirigencia y privilegios. Afortunadamente, a fuer de ser viejas sociedades, vivieron su momento traumático y en el presente disfrutan de una relativa superación virtud a esfuerzos de integración que han realizado, mismo que quiere ser negado en nuestras latitudes latinoamericanas.

Pero la cosa en América Latina es demasiado seria. Ese viejo revanchismo de la derecha política cuando se instituye en poder pareciera querer recordar viejos formatos del recalcitrante modo de ser monárquico, ese mismo recetado desde el cielo. Negros meando en un baño negro, como pueblo a su miseria, y en un momento no tan lejano como el viejo oeste, pero ahí mismo en Norteamérica; colombianos matando a la otra mitad de los suyos por defender una fórmula de vida que consagra la vieja semilla imperial, modelo capitalista o individualismo enfermizo en su versión moderna; indios bolivianos caminando por una acera específica para ellos, y los blancos criollos haciendo de la suyas con riquezas inimaginables, dueños del estaño y agringados hasta más no poder.

Desde que la derecha infiltró el inicial proceso de cambios en el mundo y desde que floreció en el formato de las nuevas repúblicas, el sentido de lo providencial, de las castas, de lo exclusivo y hasta de lo azul sanguíneo, no suelta el poder sino a través de formas violentas, y si cede lo hace a través del mecanismo -también ruso- de "tierra arrasada", es decir, no soltando el Estado sino destruido, cupiéndole muy exactamente el lema "Tierra, capitalismo o muerte". Nuestra América está plagada de viejos genes monárquicos, esos mismos llamados capitalista que detentan el poder exclusivamente, como reyes, mantuanos y todo, y mandan al pueblo a sus primitivas necesidades de hambre y esclavismo.

Bolivia hoy, de tan despedazada que está porque un indio reivindica a su pueblo, es la mejor bandera de ello. Prefiere la derecha arrasar a su país antes que cederlo de forma tal que la gente, de mayoría aborigen, gane algo. Los viejos terratenientes del estaño han decretado su división en pequeños Estados países, pretendiendo formar republiquetas dentro del país, como aquí mismo en Venezuela es sueño gringo independizar el Zulia petrolero. Allá, como hasta hace poco, el indio caminaba por su acera para indios, del mismo modo como aquí nos quieren nuevamente enviar hacia el pasado.

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jueves, 20 de diciembre de 2007

Álvaro Uribe y Luis Carlos Restrepo: cuando un gobierno da pena ajena

Foto: la bandera gringa ondeando por encima de la colombiana (tomado de Aporrea)
Las declaraciones del Alto Comisionado para la Paz, Luís Carlos Restrepo, intentando enlodar o sembrar dudas alrededor del anuncio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) de liberar tres cautivos, dan, simplemente, pena ajena, más cuanto el sentido del ofrecimiento contempla la participación de su odiado Chávez, a quien ya le hicieron una sucia jugarreta, y a la senadora Piedad Córdoba, a quien pretenden ahora asesinar para de algún modo contrarrestar la vergüenza del papelazo que despliegan como gobierno castrado en la actualidad.

Sólo porque no los toman en cuenta ahora para avanzar en gestos de paz en su propio país, ellos, los funcionarios gubernamentales, canes del mantuanismo, sentencian que las cosas no son seguras, afirmando que la guerrilla anteriormente ha ofrecido sin cumplir. Qué bueno le calzaría a este bufón la frase "¿Por qué no te callas?" que tanto celebraron cuando el franquista Borbón se la endilgó a Hugo Chávez. ¿Quién carajos eres y qué tienes ahora que decir, don Restrepo, sobre una situación en la que no tienes la menor posibilidad de incidir si no es asesinando, confiscando o acariciándole los cojones a tus catiritos gringos, como buen uribista que eres, esto es, reflejo paramilitarista, como todo el mundo sabe? Para pesar y ridículo vuestro, Chávez recibirá a las tres personas ofrecidas en liberación y punto, sellando un triunfo inimaginable e insoportable para la naturaleza insidiosa santanderiana del tren de gobierno en el cual usted se mueve.

Tanto que se esforzó el gobierno colombiano para satanizar y aporrear al gobierno bolivariano, precisamente en medio de una situación electoral, para que ahora venga esto, el palo cochinero propinado por las FARC a la salivosa dignidad gubernamental neogranadina, liberando así como así los rehenes al presidente venezolano, y en medio de un contexto –lo que es más amargo- de una solicitud de renuncia del presidente colombiano.

Sin duda, no queda otra que esperar alguna movida peligrosa de la dirigencia colombiana, pues ha de andar esforzándose al máximo para frustrar el brillo de una victoria que nunca comprenderán es opacable. Matar a Piedad Córdoba o realzar el trillado discursito de que Chávez es oficiante de un suntuario guerrillero en Venezuela, es lo que le queda a los payasos de un espectáculo de gobierno colonialista donde la bandera gringa es izable por encima de la propia, como fue evidente en los días que corren.

Dan así las FARC un golpe moral en la humanidad brincona de un gobierno que, cual meretriz, baila una danza de entrega ante su postor norteamericano, quien a cada rato le mueve el collar y le indica lo debe hablar para encender las relaciones con Venezuela, sueño dorado del imperialismo. No en vano existe el Plan Colombia, sembrando minas de inconciliación y construyendo templo de lesa traición a la patria.

Supongo, ahora, don Restrepo, que debe de resultar penoso que frente a sus narices, pero bajo el cuidado de la astucia, se realicen negociaciones en la que el gobierno colombiano, por lo menos, ha de tener parte informativa. Pero ni eso, lo cual es una situación procurada por el gobierno mismo cuando pateó la mesa de negociaciones e inhabilito a su senadora y al presidente venezolano. Ni para eso tiene fuerza semejante gobiernito entre comillas, porque, como es vista para todos, las negociaciones humanitarias siguen caminando y los inhábiles son más capaces que nunca. ¡Qué tal! Si tuviesen más autonomía de criterio y más amor a lo propio, quizás podrían en algún momento probar el sabor del amor de los pueblos latinoamericanos, y no ser eso que se es en Colombia, una jefatura civil de un Estado de la Unión estadounidense.

"Como dije, no me extrañaría que empiecen a hablar de honor ofendido, de dignidad ofuscada y de soberanía lesionada, peligrosamente, considerando necesario decretarle un pleito a Venezuela"

¡Pero cómo confiar, don Restrepo y a qué andar anunciándole de buena fe los pasos que se den en la liberación, si andan ustedes en son de requisas, de infiltraciones telefónicas, de aprenhensiones, de sabotaje! Prueba es la miserable jugada, primero, de tumbar la mesa de negociaciones y, segundo, de detener a los emisarios de la FARC portadores de un mensaje a Hugo Chávez, a quienes confiscaron la fe de vida que tanto anhelan los angustiados visitantes. Emisarios que, por cierto, dejaron bajo el terrorismo de las amenazas de agentes gringos en cárceles propias, ¡hombre!, en cárceles colombianas. ¿Es que no se tiene dignidad por ninguna parte? ¿Qué hace un policía estadounidense amedrentando a un colombiano en casa propia? Pero no extraña, no, cuando se recuerda que tales agentes poseen inmunidad total en Colombia ante las consecuencias de sus actos. ¡Quiera dios no se les ocurra violar la dignidad de ninguno de sus parientes!

Tales pasadas acciones hacen pensar que, cuando la embajada cubana en Colombia anuncia la entrega, lo ha hecho de manera sobresegura. Dada la deshonestidad con la cual ustedes actúan, señor Alto Comisionado para la Paz, supongo que cuando se dice que se entregarán rehenes en Venezuela es porque en el momento en que pronuncia eol ofrecimiento es porque los cautivos ya deben de están aquí, en suelo patrio venezolano. ¡No le quede duda! Voces hay que afirman que la misma Ingrid se recupera en el Fuerte Tiuna. ¿Qué quería usted, que se le avisase para impedir la acción, evitar la vergüenza internacional que actualmente viven y frustrar la gloria del presidente venezolano y de la senadora, mil veces merecida por encima de la bajo de trapacería de su gobierno? Demás está decir que valoran ustedes en un comino la angustia de los familiares que desde hace ocho años han esperado este momento.

Es verdad, las FARC tienen razón: con Uribe renunciando ganaría medio mundo, hasta él mismo. Porque... ¿qué ha hecho? Ni siquiera en esto del canje mostró buena fe para con su pueblo; por el contrario, casi que ofrece un rescate armado, donde había posibilidad de muerte de los rehenes. Colombia parecería menos traidora a la patria y a Latinoamérica completa. Uribe se iría con sus paramilitares, desde donde lo proyectaron como muñeco con cuerdas a hacer el ridículo. Pero renunciando tendría la oportunidad de curar las marcas que dejan las cuerdas en el oficio de títere.

Cómo dije, no me extrañaría que empiecen a hablar de honor ofendido, de dignidad ofuscada y de soberanía lesionada, peligrosamente, considerando necesario decretarle un pleito a Venezuela como única manera de disimular el parcho de la vergüenza en el pantalón. Supongo que esperarán el momento propicio cuando, por ejemplo, sincronicen con los factores opositores internos de nuestro país, para realizar sus comiquitas.

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miércoles, 19 de diciembre de 2007

La oposición política venezolana ahorita es un borrachito con plata que padece de irrealidad


De un tiempo para acá, desde que Hugo Chávez desbancara al puntofijismo y la reflexión política se convirtiera en el plato fuerte de los venezolanos, hasta las mascotas están politizadas en el país. No es exageración: durante el mes de noviembre, para no ir tan lejos, se oían ciertos loritos identificados con el "SÍ" y otros con el "NO".

Si se mete el ojo en la prensa nacional y en los programas de TV, se encuentra uno con lo mismo. Unos hacia un lado y otro, y otros pretendidamente neutros; hay de todo. Un hecho curioso es el que le da origen a esta nota, que hace pensar que la oposición política venezolana, finalmente, se desbocó, trascendiendo la archiconocida dolencia que padecía, es decir, la disociación psicótica.

Me refiero a los columnistas faranduleros de la prensa venezolana. Ninguno empieza a pasarle revista a la materia que le concierne sin antes realizar un exordio de la situación política, a veces convirtiendo la totalidad de la columna en un tratado político. Los más connotados, al menos de entre quienes leo, son Omar Lares con su "Sprit", Fabricio Yarica con su "Verdades frívolas" y El Sepulturero con su "A la fosa y sin mortaja", en El Universal, Las Verdades de Miguel y el Ultimas Noticias, respectivamente. Tal es el calado que ha hecho el tema político en nuestros espacios, faltando nomás que los columnistas deportivos empiecen también con la misma prédica.

Sin embargo, para quien escribe, afecto lector de temas políticos, el asunto no reviste ningún sentido peyorativo (lo lamentaría en los deportes), porque ha encontrado en semejantes perversiones excelente materia para la reflexión y ha escrito, inclusive, críticas sobre algunos de ellos (véase sobre el primero de ellos "Galería de la intelectualidad opositora venezolana") El columnistas de Las Verdades de Miguel ha aportado a este servidor preciosas ideas para ensayar la política desde la farándula.

Pero leyendo a El Sepulturero en estos días veo una pequeña nota que me pinta claramente el desaforado optimismo que debe de estar privando dentro de las filas del oposicionismo venezolano, lo cual, concretamente me hace recordar dos frases oídas y leídas: la de Chávez, cuando le recomienda a la oposición que administre bien su victoria y la del analistas político Alan Woods, cuando dice, textualmente "Los elementos más estúpidos de la oposición ahora están borrachos de éxito" ("¿Qué significa la derrota en el referendo?").

En efecto, el articulista enterrador, después de lamentar la situación de "cerco" que en su opinión se ejerce contra la actriz venezolana Fabiola Colmenares desde algunas instituciones del Estado, pasa a consolarse con la esperanza de que probablemente en el año 2.008 se "recuperen los valores", cupiendo en tal expresión mucho que se pueda especular, pero muy en concreto y alusivo la idea de que Chávez caiga y se acabe el dolor de cabeza de un montón de gente que no le importa la
"La contrarrevolución va por dentro, pero que nadie se engañe pensando que el interior es el espacio burocrático de un ministerio con muchos de sus funcionarios servidos a su causa"
inmoralidad con la que sea gobernado. El sentido de la palabras del articulista es incontrovertible, pues en el inicio mismo del párrafo nos habla casi de fatídico año 2.008, faltándole nomás aliñar la idea con los pronósticos belicistas de los jerarcas de la Iglesia Católica Venezolana y del cura Ugalde con su prédica caótica del fin de Venezuela para esa fecha (véase "A la fosa y sin mortaja" en Últimas Noticias. - (2.007) dic 19; p. 84). (Siempre he pensando que la gente mayor se la pasa vaticinando el fin del mundo simplemente porque el de ellos está cerca).

Pero ni más ni menos así están los ánimos dentro del espíritu opositor, sobredimensionadamente irreales, lo cual no asegura que por optimista se sea cívico en la intencionalidad. Todo lo contrario. La borrachera opositora intenta convertir su enfermedad en una contagiosa epidemia que los lleve a acaudalar recursos de violencia para los dos primeros meses del año entrante, partiendo del 23 de enero, asumiendo que ya se puede recoger el fruto que ha sembrado, estratégicamente, en las barriadas caraqueñas con sus "Redes populares" y con la compra moral de organizaciones sociales afectas al proceso de cambios.

La contrarrevolución va por dentro, pero que nadie se engañe pensando que el interior es el espacio burocrático de un ministerio con muchos de sus funcionarios servidos a su causa. No. Estos vendidos hacen su trabajo allí no yendo más allá de metabolizar efectismos. La oposición política venezolana ha venido despertando de su letargo y poco a poco, desde el trauma que vivió con la gente en la calle defendiendo a Chávez durante el 2.002, se ha estado organizando y sometiendo a curetajes de inteligencia política. Como buenos representantes que presumen ser del Homo Sapiens, concluyeron que la guerra había que librarla con la gente, populistamente en las zonas populares, y de desde un principio, pareciendo ridícula y torpe a ratos, se puso manos a la obra con pequeños programas que intentaban rivalizar -se dirá- con los programas sociales del Estado.

Así lo hizo Manuel Rosales en el estado Zulia con su paralelismo a Mercal y sus programas de construcción de viviendas; y así lo hace también el Alcalde del Municipio Chacao, con las llamadas Redes Populares, actos que le han asegurado un pequeño pero suficiente apoyo popular para entablar situaciones de desórdenes para el año entrante, real punto donde anda ahorita. Actos y programas que todo mundo sabe son magnificados por la lupa solar de los medios de comunicación social: por cada bolívar que gastan en los pobres, gastan miles de dólares en publicarlo. De modo que la oposición política nuestra, con su sobredimensionada borrachera, se apresta a dar la batalla y a promover desórdenes desde puntuales búnkeres establecidos en los sectores populares.

Hoy mismo leo la noticia que Leopoldo López y ciertos dirigentes estudiantiles realizan reuniones casi clandestinas en las barriadas para preparar focos de violencia para el año entrante. Me entero del llamado a la "desobediencia activa" que hace el dirigente político católico, Baltasar Porras. Recién salgo de la impresión de burla institucional que se perpetró desde la Nunciatura Apostólica con la graduación del bachiller Nixón Moreno, solicitado por intentar violar a una agente policial. Y con Marciano en Domingo, en el Diario Vea, concluyo con la convicción de que gente como Oscar Pérez, Antonio Ledezma, Oswaldo Álvarez Paz y Patricia Poleo, trabajan a tiempo completo por “una salida ya".

De manera que no se exagera cuando se afirma que la oposición desde ya ha entrado en una fase de beodez emocional, perdiendo completamente la perspectiva comedida de tasar y canalizar el efecto de su reciente y milimétrica victoria. Se comporta como un borrachito con plata, comprando y gastando a granel la gordura de su bolsillo, misma que le proviene de las organizaciones extranjeras interesadas en quebrar la constitucionalidad del país. El Departamento de Estado estadounidense, para más precisión.

Sin embargo, antes de descarrilarse por la vía emocionada de su beodez, la oposición ha tenido el cuidado político de dejar, a modo de pantalla, la propuesta de la reconciliación nacional, e inclusive, en medio de su deslumbramiento actual, persisten en su lema como discurso político mientras ganan el tiempo requerido para sus futuros relajos.

No ha acarreado, como se ve, ninguna recapacitación democrática para sí y en breve su bandera recalcitrante será que cualquier medida o disposición emanante del Ejecutivo Nacional tendrá, en su criterio, el desmérito de haber sido rechazada por el pueblo venezolano a través del reciente referendo reformista, mismo que les alcanzará para todo. Es claro que el año entrante se presenciarán muy nítidas dos cosas respecto de ella, loca como está de creerse mayoría entre la población nacional: primero, se entregará con gran vehemencia a acciones de desestabilización que desde ya planifican, virtualizando así la tesis del padre golpista Ugalde, y luego, cuando la marea de su estupidez baje, cuando comprendan que han malinterpretado unos resultados que no hablaron de una motivación entre ellos sino de una desmotivación entre los chavistas, entonces comprenderán que, como el 2.002, lanzaron por la borda su escasa y tullida cédula democrática, cayendo nuevamente en una terrible resaca, en el ratón moral de sentirse inexistente.

Más allá de la consideración de este artículo que busca nomás prevenir la lógica política, habría que dejar sentado que una situación de severa crisis dirigencial entre el oposicionismo, nuevamente, lo dejaría a un tris de cometer una locura, como la de radicalizarse abiertamente y subvertirse. Después de su resaca o medio de ella –quien sabe-, las elecciones próximas regionales constituirán para él, el oposicionismo político venezolano, un fundamental reto.

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martes, 18 de diciembre de 2007

Mágicas o científicas, dos propuestas para recuperar la fe política del pueblo venezolano



Preámbulo
Puestos en el plan de buscarles explicaciones a los recientes acontecimientos políticos en Venezuela, más allá de las apreciaciones socio-psicológicas sobre el comportamiento humano político, fácilmente caemos en planos de discusión de carácter simbólicos y hasta esotéricos, como suele ser la reflexión de lo que se ha dado en llamar el "alma popular", pero que en nada se pelea con apreciaciones cientificistas de los teóricos desde el mismo momento en que la ciencia es y ha sido inútil para predecir el acaecer humano, incluyendo a la ciencia estadística en su aplicación sociométrica, que es lo más cercano a predicción que se conozca.

En efecto, con facilidad la gente en la calle se explica las cosas aplicando el rasero de la simbología, la cábala y del simple pero certero sentido común. No es extraño oír entonces "Chávez se dejó joder con los escuálidos", "Se lo comió el tigre", "¿Quien coño hace una revolución con unos guantes de seda?", "Mucha consideración", "Se rodeó de escoria", "La oposición se le metió en el palacio", "La gente se le calentó en la calle y le metió su regaño", entre tantas cosa que usted mismo habrá oído, estando en aptitud de completar la lista. Se trata de la gente en la calle, con expresiones frescas del corazón, eximidas de los lentes de aumento que usan los sesudos analistas para examinar la "cosa" oculta detrás de las apariencias. Se puede afirmar, incluso, que es la voz de los aparencial que se explica los hechos con la rapidez del rayo, respondiendo a una emocionalidad directa, hechos cuya explicación, como afirman los sesudos, tienen su arraigo en honduras, pozo donde no nos vamos a bañar, por ahora.

Para la masa popular, simplemente Chávez cometió la infracción de dejar cabalgar la impunidad, por mencionar uno de los puntos prometidos, y eso lo pena la ley divina. Hasta un popular refrán lo refrenda: "Dime con quien andas y te diré quien eres", y la boca que lo dice se suelta en detallar cómo desde adentro se mata lo de afuera. Se llenó el gobierno, pues, de opositores, de quintas columnas, de derecha endógena, de chavismo sin Chávez, de corruptos pendientes de sus cifras y no del crecimiento del país como nación social. No faltan las alusiones bíblicas entre los más religiosos, cabalísticos ellos, intentando explicar que el presidente recibió un jalón de oreja divino como en los pentateucos tiempos, cuando Jehová asolaba al pueblo hebreo con derrotas por existir una afrenta entre sus filas. Casos bastantes hay de idolatrías castigadas, de adulterios, de patriarcas que desperdiciaban su seminalidad o de tráfico sexual con pueblos pecaminosos del orbe. De 80 a 100 mil tuvieron que morir para expiar la conocida ofensa religiosa del becerro de oro, ante quien se postró el pueblo semita en idolatría, prosternado incluso el patriarca Aarón, hermano de Moisés.

Un tanto igual le ocurrió a otro pueblo, gentil ya. Los griegos, los aqueos. En un momento de la Guerra de Troya, que duró una década, las huestes aqueas no veían una victoria ante los troyanos, encontrándose luego la explicación en las cabalística palabras de Tiresias, el adivino, quien hacía su exégesis de los designios divinos. El dios Apolo se encontraba ofendido y no favorecía la suerte griega durante la contienda, habiendo que expiar, como en efecto ocurrió, según narra La Ilíada, enderezándose el entuerto.

Modernamente, en el espíritu ilustrado, las cosas han cambiando, como parece sobrar decir. Las sociedades se han organizado en la occidental democracia griega -por cierto-, donde el pueblo, en su calidad de elector y en virtud de ideales socio-filosóficos, se ha disparado a alturas prácticamente de deidad por su poder refrendario y hasta ejecutor, naturalmente sin competir con la deidad mayor y oficial de su localidad, esto es la religión oficial o de Estado. Así, siguiendo en la imaginería planteada, no se tendría que decir en el presente "Canta, oh, Musa" para recibir la inspiración sagrada necesaria en interpretación de una eventualidad política, pudiéndose decir, más precisamente, sin exagerar, "Canta, oh, Pueblo". Esta idea, en su idealidad asociada con valores de igualdad, justicia, soberanía e independencia, constituyó el armazón de las luchas patrias desarrolladas durante el proceso de emancipación latinoamericana. Hombres de luminosa ilustración e enciclopedismo sembrando el camino de antorchas.

Pero hoy, en el marco de los recientes resultados adversos al proceso de cambios, si hay que buscar una explicación en el sentido que nos conduce, digamos ya cabalístico, o simbólicos, como lo ha puesto de moda el presidente Hugo Chávez con su revisión de la simbología bolivariana; habría que concluir pronunciando dos palabras de particular incidencia sobre la gente, el verdugo final ante las urnas electorales: impunidad judicial y lentitud operativa en el andar de la revolución. Dos constantes que pesan en el conciente colectivo desde el año 2.002 y que resumen el criterio popular de la derrota, oculta tras el bastidor aparencial. He allí la afrenta que el pueblo, el dios político enojado, no perdona.

(1) Impunidad judicial
La primera nos remite sin pena ni gloria a esa fractura psíquica de la paz ciudadana del golpe de Estado de 2.002, cuando las masas manifestaron su amor patrio por un líder que los supo interpretar y se convirtió en su voz, Hugo Chávez, pero que hoy le asoman que dicho sentimiento puede pasar a afrentosa decepción, dada la impunidad, pues el común interpreta que la belleza de ese sentimiento pudo no servir para un carajo, según están las cosas ahora, más cuanto las huestes opositoras se dedican a aquejar al pueblo con incomodidades, escasez, ataque mediático o cualquier otra basura política coyuntural, etc. No hay al sol de hoy nadie purgando condena por aquel atentado democrático, y cabalga la impunidad haciéndole un daño increíble a una revolución que un paisano describió por allá arriba como ser con "guantes de seda", detrás de lo cual puede empezar a correrse el parecer de que se trata de una farsa plagada de ineficiencias, como lo anterior vivido en la Cuarta República, tan sistemáticamente criticado.

No existe ese preso ni siquiera a título de chivo expiatorio, lo cual podría, aunque maltrechamente, tener un efecto hasta sucedáneo en la conciencia colectiva. (¿Se acuerdan del Chino de Recadi en la Cuarta República, feo ejemplo de justicia pero que, políticamente, sofocó a su manera –aplacó circunstancialmente- una ira colectiva?)
"Porque todo está allí, en la gente, en el arte de ejercer la política como la disciplina clarividente de saber cómo piensan los demás"
La gente que apoya a Chávez, que dejó su casa y bajó a la calle para expresarle su acuerdo y hasta para entrar en combate durante los hechos de abril, requiere una acción que la reivindique en ese plano moral, que políticamente le haga entender que se trata de un gobierno fuerte que ampara y no desdice de los afectos ganados. Hay un vacío de moral que sofocar en tal sentido, y hay que empezar por cambiar la tónica paquidérmica del aparato de justicia, porque se va perdiendo la lucha cuando el opositor la mina aun más con su obrar en medio de una frustrante espera. En nombre de una reconciliación que lo que busca es minar, diluir de una vez por todas la moral chavista, no se puede dar marcha atrás. Por ejemplo, la aprehensión planteada contra Enrique Mendoza, el cerrador de canales, el de la "basura va pa' fuera", es prácticamente un mandato a gritos de las fuerzas psíquicas de lo simbólico humano del pueblo, una medida de salud ciudadana llamada a expiar la afrenta que se le ha hecho a la deidad llamada “Justicia”. Su fuga, como la de Carlos Ortega, Carmona Estanga, Carlos Fernández y otros delincuentes, pondría en fuga a su vez, de modo insoportable o definitivo, la propuesta de Estado socialista que se le hace a los venezolanos, carente en su eventualidad de una moralidad, fortaleza, plausibilidad y rectitud ansiadas.

Como entre hebreos y griegos -se dirá-, algo huele mal pero no en Dinamarca, sino en Venezuela. Expíese la culpa ante el dios Pueblo y recupérese su favor, necesario para el avance.

No ha dado la derecha otro golpe en el país porque tiene la certeza de que la gente saldría una vez más a dar la cara por el presidente, ya en el plano de una guerra civil, pero aguantados por el hecho de saberse, todavía, en desventaja. En todo caso, su ideal es que por lo menos lograr que la gente se quede en sus casas, desmotivados ante una contingencia. Trabajan en eso, desmoralizan a la gente con el propósito de desmovilizarlos. Así, pues, la llamada "reconciliación" es una trampa burguesa cuyo primer error, a título de concesión, se traduciría en más impunidad. "Estamos en reconciliación nacional: suelten a Enrique Mendoza".

(2) Lentitud operativa en el andar de la revolución
El otro punto en esta factorización digamos psicologista, es la lentitud en el avance del proceso de cambios, lentitud justificada en la toma conspirativa del poder, digámoslo así, pero inaceptable una vez que un liderazgo interpreta el momento de la acción, y ese momento llegó con Hugo Chávez después de 1999. La gente desde entonces se ha entusiasmado con los cambios, pero de un tiempo para acá, desde la misma impunidad de abril de 2.002, se tiene la percepción de la que locomoción perdió "algo". La revolución es cambio, fortaleza, amparo, condolencia con el más necesitado, y en ningún momento esa percepción de vacilación ante el descarado agresor de la imagen de Estado, o esa situación de incertidumbre que la derecha y sus empresarios ha logrado crear con la inseguridad alimentaria, en boga en el presente.

La derecha venezolana, sin reacción inicial, embotada por los años de enquistamiento ininterrumpido en el poder, ha venido despertando poco a poco y ha empezado a concertar un ataque con ramificaciones en cada plano de la sociedad, la contrarrevolución, que se alimenta de la inoperancia revolucionaria. Hoy mismo, después de su victoria referendaria, ganan tiempo bajo el cortinaje "civilizado" de su propuesta cazabobos reconciliatoria, ante la cual hay que estar alerta.

Mientras tanto el gobierno ha perdido el tiempo en la formalidad del "buen revolucionario" que se hace solidario con las lágrimas de cocodrilo opositoras, perdiendo la perspectiva de que rico es a pobre como lo es el aceite al agua, para decir de un modo franco. Y esa formalidad es la misma que tanto le encanta al ex ministro saltatalanquera Raúl Isaías Baduel, el "niño mimado de los sectores de la falsa izquierda", como lo llama James Petras en "Referendo venezolano: análisis y epílogo". Para expiar el pecado de la inoperancia con el dios Pueblo, en el aspecto de la tranca en materia de seguridad alimentaria, en materia de empresarios monopolizadores de servicios e insumos, se debe encender la mecha de la confianza ciudadana con relación al hecho de que se avanza efectivamente en las transformaciones, ansiados desde hace muchos años (no se debe olvidar), cambios concretados en la expropiación del terrateniente, los banqueros y capitalistas, como apunta Alan Woods, visto el hecho que voluntariamente no se integran a una concertación. No tendría por qué olvidarse el encanto fundamental para las masas de las propuestas de Hugo Chávez, implícito en el ideario de que Quinta República es oposición a Cuarta, del mismo modo que pobre a rico o agua a aceite, como quedó dicho.

Cito a Woods en una brillante propuesta paliativa de la afrenta hecha al dios Pueblo, para seguir y terminar con nuestra honda mágica, como el mismo parece concluir al final de sus palabras.

Incluso después de la derrota del referéndum, Chávez tiene suficientes poderes para llevar a cabo la expropiación de los terratenientes, banqueros y capitalistas. Tiene el control de la Asamblea Nacional y el apoyo de los sectores decisivos de la sociedad venezolana. Una ley capacitante para expropiar la tierra, los bancos y las grandes empresas privadas provocaría un apoyo entusiasta de las masas ("¿Qué significa la derrota en el referendo?")

Propuesta que subscribo totalmente, pues, como en épocas mitológicas cuando los dioses no eran más que explicaciones de fenómenos naturales que pedían sacrificios para, por ejemplo, continuar con la sagrada lluvia, se impone hoy recuperar la fe del pueblo para poder continuar la caminata a su lado, punto final de una revolución.

Ha de arrodillarse el político ante la condición sagrada de los pueblos, y estos, incluso en medio de su deífica naturaleza, deben enamorase de sus idólatras para seguirlos y protegerlos, cuando de ajusticiarlos no se trata. Porque todo está allí, en la gente, en el arte de ejercer la política como la disciplina clarividente de saber cómo piensan los demás.

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lunes, 17 de diciembre de 2007

Se sigue siendo mosca y águila


Después de unos días, después que ha bajado la ola efervescente política electoral, serenamente se distinguen en el panorama tres situaciones. La primera, que el Consejo Nacional Electoral (CNE), sin duda, se convirtió en el poder público más fortalecido del país, habiéndole dado la historia la oportunidad de así demostrarlo con los resultados favorables a la oposición, cerrándole el pico a su trillado discurso político de que en el país las instituciones no sirven, son fraudulentas y sólo fallan a favor del gobierno.
Ello, en primer término, fue un baño de agua fría a las calientes hormonas opositoras, cuyo órgano parlante ya tenía la forma bucal de la palabrita remanoseada: fraude. Hasta el día de hoy, la oposición política venezolana en la decena de comicios realizados jamás ha reconocido la validez de los resultados suministrado por el árbitro, el CNE, cuando para ellos, en las primeras de cambio, se le reconocen las cosas sencillamente. Para ellos, los opositores, el chavismo nunca les ha ganado una de modo limpio, siendo, por extensión, una gente tramposa. Hoy han tenido que recoger su discurso, pero todavía, aun ganando, tal vez por la dignidad de haber defendido a ultranza una vieja postura, siguen aduciendo que ganaron por más de 100 mil votos, que el CNE los estafó y las cifras rozan millones. De algún modo se sigue en ejercicio de una sólida disociación.
Más complicado se la puso el presidente Hugo Chávez cuando reconoció la desventaja propia: reconocer no cuesta nada y, por el contrario, realza, como pasó con su figura, disparada a las alturas de gran demócrata en el ámbito mundial, sin duda otro gran ganador en ese sentido. Con semejantes patadas en el trasero la oposición, como se vio, no celebró nada cuando oyó los resultados, lo cual extrañó a un gentío. Lógicamente, no parece haber razones de fiesta cuando se descubre que se cae un discurso institucionalizado en boca opositora, esto es, que Chávez es un tirano, que el CNE está vendido, y cuando descubres que ganas no porque el otro pierde, lo cual es una idiotez, sino porque dejó de votar. 100 mil votos de ventaja no es para andar capitalizando cuotas de expectativas más allá de comprender que la oposición venezolana existe o no en la medida en que el chavismo está más o menos motivado. Por ello suena excesivo lo de la reconciliación, porque a pesar de los resultados favorables a la oposición, ésta no juega limpio aún, no reconoce al árbitro, al Estado, al contrario, no ha crecido incluso, no teniendo altura moral ni peso específico para andar proponiendo nada. Se sigue siendo mosca por un lado y águila por el otro, ocurriendo que a veces ese animalejo puede posarse sobre la nariz cuando el gigante se queda dormido.
El tema de la reconciliación es una trampa dialéctica para hacer caer a los incautos, pasar por el tamiz de moderado y demócrata cuando se es golpista hasta los tuétanos y para seguir en el jueguito de guerra de querer defenestrar a un presidente constitucionalmente elegido. Cuando los opositores tengan conciencia de lo propio, dejen de estar recibiendo fondos desde el extranjero, vendiendo su conciencia a otros intereses, entonces habrán crecido un palmo significativo en moral y credibilidad.
El segundo punto es la marejada de reflexiones que ha dejado el evento electoral, hecho inusitado explicado sólo por la capacidad promotora e informativa de la Internet. Desde mea culpa hasta posturas de furibunda molestia dan su aporte al análisis de los acontecimientos. El portal Aporrea se ha convertido en la mejor prueba de ello. Dos periodistas connotados, José Vicente Rangel y Eleazar Díaz Rangel, coinciden en la necesidad que el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se haga eco de la reflexión, la recojan y la analicen para efectos propios de administración de la derrota, hecho que hay que empezar a llamarlo así, sin tapujos, en aras de crecer objetivamente.
Finalmente, los recientes comicios parecen perfilarse como los más perfectos en la historia del país. Un bando gana por una diferencia mínima y, en medio de una situación polarizada, uno de los representantes lo reconoce ipso facto. Resta esperar que no haya sido en vano para crecer en civismo y que no se convierta en una coyuntural bandera de buena fe discursiva para andar ocultando todavía agendas violentas, como parece ser la cosa en la actualidad con la oposición y su desprestigiada propuesta de reconciliación nacional, en la que no creen ni ellos mismos, a excepción de algunos que se dejan lavar el cerebrito por Globovisión. Un payaso no decide por el circo completo, y en el tinglado opositor venezolano manda Bush que da miedo, a quien lo tiene sin cuidado que los venezolanos sean cívicos o no si eso no le rinde dividendos imperiales. Háblese claro. En boca opositora reconciliación es discurso de chantaje y de manejo de unas falsa expectativas de victoria para la manipulación y el engaño mediático.

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jueves, 13 de diciembre de 2007

Ganadores y perdedores de fin de año: entre política y farándula



(1) RCTV Y NORKYS BATISTA
El asunto remite a la extinta planta RCTV, cuando se volvió loca y pretendió andar con una ametralladora por las calles dando golpes de Estado, contagiando con su violencia a medio mundo. De su prédica dejó varios cadáveres, uno de ellos insepulto (anda por ahí rumiando) y el más emblemático, dado que fue uno de sus soldados más conspicuos por llevar su histrionismo farandulero hasta las tablas políticas. Norkys Batistas lloró y gritó sobre las tarimas de la contienda política, defendiendo a capa y espada el canal "que la vio nacer" desde su noble tránsito de terrófaga hasta diva come ambrosía, como ella misma dijera. Cuando fue botada cual criatura con escabiosis, a razón de un ajuste de sueldos, sus sacrificios valieron un carajo. Nadie lo creía, y todo el mundo luego se dijo que bien bueno que esa concesión había sido no renovada, porque la empresa de TV era el diablo mismo. En fin, cabe decir que así paga el diablo a quien le sirve.
(2) FABIOLA COLMENARES
Meses después, la despedida Norkys se vio repetida en su conducta por otra mujer de la farándula, Fabiola Colmenares, quien realizó imprecisos cálculos también, metida a política siendo actriz y hasta torpe empresaria, por aquello de no jugar adecuadamente las fichas de su seguridad monetaria. Las consecuencias no se hicieron esperar, como resultado de una especie de tonto empresario que bota la bola por la ventana. La niña bonita, esta vez en la planta de televisión rival de la anterior no renovada, pretendió montar una prédica política antigubernamental entre las filas actorales, con sindicato artístico de por medio y todo, a pesar de que el fantasma de Norkys se le aparecía en los baños -seguramente- y le susurraba que cesase en semejante tontería, que no mezclase política con un trabajo que se alimenta de calar en un público, es decir la actuación. Pero no hubo caso: la chica continuó en su afán de pervertir su carrera actoral y transformar el mundo y pronto fue llamada de la gerencia del canal, donde se le preguntó si era política o actriz, no cobrando más ni terminando el papel que desempeñaba en un film culebreico.
(3) VENEVISIÓN
A todas estas, como telón de fondo de la historia de tal par en desgracia, emergía la empresa Venevisión como la gran ganadora en el insólito certamen político, insólito por lo que de loco tiene que de vivir de la farándula uno de sus componentes se hayan lanzado a realizar marchas y mítines politiqueros. Cortó rabo y oreja la televisora, absteniéndose de participar, abiertamente, en política: como resultado de beneficiarse con la salida del aire de su principal competidor comercial, RCTV, capeó un aumento en la compra-venta publicitaria.
(4) MÓNICA PASQUALOTTO
En el entonces de entonces, valga decirlo así, se suscitó una reflexión en el país sobre el papel de un artista y sus repercusiones en su obra o vida cuando incursiona en política. Recuerdo que el Ministro de Estado para la Cultura, Francisco Sesto, inicio un debate publicando un escrito sobre la pertinencia de aceptar o no en proyectos políticos o culturales actores que abominen el proyecto mismo donde participan, como fue el caso de la Colmenares, quien luego de filmar en una película sobre la vida de Francisco de Miranda confesó a la oposición política venezolana que lo había hecho no por afecto a su trabajo artístico sino para constatar hasta dónde podía llegar sus sarcasmo o audacia políticos. A pocos días descubro el corolario de tal reflexión, en boca de una actriz con inteligencia ganadora, en mi criterio, Mónica Pasqualotto:

Cierto, tenemos nuestras preferencias, pero también tenemos pocas opciones y nuestro trabajo es para todo el mundo. Para eso existe el voto universal, secreto y directo, que nos permite ejercer nuestro derecho como ciudadano. Hay sectores de nuestra sociedad que no se pueden politizar, como las panaderías, por ejemplo. Todo el mundo tiene derecho a comprar pan. Si el panadero decide ser rojo, verde o azul, eso lo va a ejercer él en el momento del voto. [A la cuestión de trabajar en un canal del Estado, contestó:] Siempre y cuando nuestra imagen no sirva como bandera para una ideología, somos libres de trabajar donde sea (Tomado de Fabricio Yarica: "Verdades frívolas" en Las Verdades de Miguel. - (2.007) dic 7-13; p. 23)

Una reflexión política inusitada que debe brindarle luz a las almas menos dotadas. Sin duda, sólo un espíritu triunfal puede poseer un poder mental como éste en medio de un contexto político polarizado y de cauteloso caminar.
(5) ALBERTO FEDERICO RAVELL
Pasan los días y el país se enfrasca entonces en el mes de noviembre con su campaña electoral, mirando el evento del referendo del 2 de diciembre para la Reforma Constitucional. La maquinaria política de ambos bandos, reformistas y contrarreformistas, entra en acción y despliega su trabajo por todo el país, unos con una tónica agresiva de ataque mediático y callejero, otros con una tónica defensiva hasta el grado de ser inoperante desde el punto de vista institucional y legal, permitiendo el relajo. De uno de los bandos emerge un recurso letal en la campaña, una breve cuñita política de un carnicero que perdía a manos de la "revolución" su carnicería. Así, puesta brillantemente la campaña opositora en manos mediáticas, fácilmente se descubre que el principal responsable y jefe político de la oposición es el señor Alberto Federico Ravell, maestro en el arte de adelantar sus vehemencias golpistas camuflándolas con la cortina de la libertad de prensa en el concierto de unos partidos políticos acéfalos en materia estratégica, aunque tal materia pertenezca al género negro de la política.
(6) DIOSDADO CABELLO
Y puestas las cosas en el plano de la maquinaria política de parte y parte, como Ravell en la oposición, surge en el tren de gobierno un supuesto "hombre fuerte", Diosdado Cabello, al decir del mismo Ravell. De hecho, ambos personajes cruzan palabras y acusaciones de responsabilidad política a través de los medios de comunicación. Uno pintando a Diosdado como el jefe del gobierno y Diosdado pintando al uno como el verdadero jefe de la oposición venezolana que propala una especie sobre su persona para estigmatizarlo en el seno del PSUV y deteriorarlo. De cualquier modo, decimos desde aquí, que cubran a alguien de algún poder si no lo coloca en el bando de los perdedores lo hace en el de los ganadores. En el plano de las fuerzas inconscientes, Freud propuso que el resorte que mueve al hombre es la sexualidad, su deseo y sus conflictos; Jung, que el hombre actúa de acuerdo con bioculturales arquetipos, y Adler, que lo hace en función de la búsqueda de poder.
(7) EL PUEBLO
Ya con los resultados en manos, con victoria del NO en el referendo, pírrica o no, amén de consideraciones sobre un tropiezo del proyecto político revolucionario, quien pierde redondamente es el pueblo, la gente, la mujer, los trabajadores informales, la soberanía de país, es decir, se echó para atrás, aunque temporalmente, la reducción de la jornada laboral, los beneficios que obligan a cancelar a los empresarios prestaciones sin caducidad para el trabajador en un lapso de 10 años, las previsiones de igualación individual para la mujer con respecto al hombre, el fondo de amparo socio-económico para los trabajadores informales, la prohibición de entrada al país de capital mercenario para financiar golpes políticos, la imposibilidad de escape y de impunidad de ejecutores de delito de lesa patria y humanidad, entre otras lamentaciones.
(8) CARLOS ESCARRÁ
En opinión de Nelson Flores, un analista político de provincia que colabora en un semanario, Escarrá es el "verdadero gestor de la derrota pues fue el creador de la inconstitucional propuesta", aludiendo a la sobrecarga de artículos que sobre la propuesta presidencial la Asamblea Nacional hiciera, disparando 29 ó 30 a casi 70. Naturalmente, la mención del doctor Escarrá aquí lo presentaría como una conciencia inocente dada la aseveración de teórico científico Alfred Adler en su teoría sobre el comportamiento humano, sus motivaciones y el poder.
(9) VENEZUELA
Sin duda, hasta en los bandos más recalcitrantes, penetró el efecto de civilidad de los comicios del referendo, probablemente los más perfectos en la historia del país. Un bando pierde por breve margen y su líder, de modo aleccionador, lo reconoce. Y tal comportamiento, aunque parezca una perogrullada afirmarlo, tiene honda repercusión en un país tensado por la política, en un país con oposición golpista en sus extremos y en el mismo haber político de un actante que, en trance de recibir las amarguras de la derrota, convierte un resultado adverso en una victoria, según análisis de muchos. El mote de demócrata, repetido en todo el continente suramericano y Europa, contrarresta la fuerza justificatoria de los factores adversos, a quienes en nada conviene semejante adjetivación para sus planes de violencia, ahora encortinados bajo una propuesta de reconciliación. La figura de un Chávez tirano y dictador, militarista y personalista, es requerida por el extremo del oposicionismo venezolano para dar cauce a sus propósitos con mayor facilidad. Gana el país, pues, más allá del plano personal presidencial. Nobleza obliga, y ha de tener el aventurerismo golpista en Venezuela un parto inusual de ideas para luchar contra tal efecto.

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miércoles, 12 de diciembre de 2007

Lo que viene y la seguridad alimentaria


Lo que viene es, para empezar, lo que se vive, desde el punto de vista de la seguridad alimentaria, en el contexto de un plan desde hoy continuado para dar ingreso en enero, ¡sino antes!, a una propuesta política opositora de envergadura. La idea es hambrear al venezolano en los próximos días, sacrificar los días festivos navideños y generar flujos de molestia que, después de hacer sentir, induzcan también a pensar que con Hugo Chávez en el poder se vive de tal manera, como si las crisis de abril 2.002 fuera su sino existencial.
Es simple. Toda una parafernalia montada con intereses desde el exterior, con ingentes sumas de dinero invertido y conciencias compradas, no irá a quedarse a medio camino sólo porque la oposición cometió el error de comportarse cívicamente durante la votación del día 2D. ¡Nada de eso! La conspiración violenta es un gran tren a vapor que arrastras vientos capitalistas desde el siglo XVIII, y no la paran unos muchachos que le quitaron la batuta a una dirigencia tradicionalmente estúpida, pero que todavía se defiende intentando estupidizar a quien se le junta para que se unan al bando en su totalidad, dado que hay evidencias que desde la cúpula estudiantil participan sus integrantes en sospechosas reuniones con el capital mercenario.
Como ya dije en otro texto, los factores violentos se quedaron con el orgasmo contenido, con el cartucho sin detonar, con los planes sin desarrollar, como usted lo quiera entender pero sabiendo siempre que se quedaron “aguantados”, para no hablar de desilusión. La red completa se cierne sobre el techo de Venezuela como un gigantesco arácnido, esperando para ataque pero madurando todavía, dada la contrariedad del referendo y la navidad, ciertos aspectos para propiciar el momento.
Más simple todavía. Mientras Baduel prepara su discurso almidonado donde le pedirá al Poder Ejecutivo la derogación (o no utilización) de la Ley Habilitante como mecanismo para implementar algunos artículos no aprobados mediante la Reforma Constituyente, los monopolios empresariales dosifican el suministro de los insumos a los venezolanos y pretenden, como dijo el Ministro de Alimentación para el Poder Popular, Rafael Oropeza, crean una situación de ahogamiento progresivo. (Ministro, usted lo ha dicho, póngase las pilas y multiplíquese; ya se le ha criticado por ser tan blando durante el mes pre electoral de noviembre y contribuir oficialmente, reconózcalo o no, con los adversos resultados electorales. Usted no ha sido removido, pero yo diría que es el momento de oro para que usted se reivindique actuando con eficiencia).
Esta progresividad apunta a sembrar en la psique del venezolano una asociación nefasta con un momento que en otras circunstancias es de suyo feliz: los días navideños. Dígase que inicialmente, porque el objetivo central pareciera ser mantener flagrante ese sentimiento de molestia ante la escasez hasta día de algún pronunciamiento importante. La propuesta de inhabilitar al presidente en el uso de la Habilitante, so pena de llamar a una Constituyente y soltar los ovejos bravos, esto es, los estudiantes a la calle. La ola optimista de sus recientes resultados electorales los cegará y los llevará a creer que, cuales ajedrecistas, ya están en capacidad de mover las piezas del pueblo.
El ex Ministro de la Defensa, así como cuando se retiró con un discurso "raro" de la institución, así, otra vez, soltó una perlita antes de irse a descansar después del 2D. Más o menos, dijo que se iría pero que volvería en breve con unas propuestas para el país, y soltó los vocablos "Habilitante" y, si no me traiciona el recuerdo (quizá fue luego), "Constituyente".
Y así estás cosas, el pueblo pasando necesidades víctima de unos miserables operadores políticos. Han desaparecido de los anaqueles hasta el papel toilette, procurando, será -y me perdonan lo grotesco-, que la gente ande siempre "cagada", cual conejillo de Indias en un experimento de laboratorio político. Se comprende que la falta de leche tenga una explicación que la mezquina en el ámbito mundial, pero no se puede explicar por qué continúa, localmente, el problema con otros productos de la cesta alimentaria como la harina, el aceite, huevos, etc. ¿Cómo se puede ser tan miserable en virtud de una pasión o interés político? Sin duda, comportamientos así descubren dónde y sobre quienes no debe recaer el poder, mismo que podría ser utilizado eventualmente para el ejercicio veleidoso de frívolos antojos, para no hablar de perversiones, como en esas oscuras historias de poderosos que asesinaban masas o abrían a humanos en canal nomás para saciar sus bajas pasiones.
Es para reflexionar. El gobierno de Hugo Chávez, en su esencial propuesta socialista de igualdad, autogestión y equilibrada distribución de la riqueza como contención al exceso de la deshumanización capitalista, nuevamente pone en el tapete, después de Allende, las debilidades de la maquinaria revolucionaria pacífica, a saber, el aspecto comunicacional y las necesidades del pueblo, básicamente alimentarias, en manos de consorcios y monopolios que desde un mismo inicio se hace necesario combatir.
En Venezuela, en el plazo más urgente posible, se requiere marco jurídico que falle contra el monopolio en cualquier materia de la vida social como medida para resguardar la seguridad ciudadana, de modo que pueda prevenir situaciones de escasez generalizada por causa del mal humor, capricho, megalomanía o interés político de un potentado cualquiera, de esos con aires trasnacionalitas, que hay muchos en el mundo. Más que de necesaria existencia, es de urgente aplicación (por si acaso existiera y no estuviera bajo el conocimiento de quien escribe). Su propósito es el control de los excesos, como ocurriera hace poco con el magnate del software Bill Gates, que al sentir limitaciones a su expansión y a un probable exceso por ahí cometido con su patente mundial Windows, albergó (amenazó) deseos de mudar su gigantesca corporación hacia Canadá. Independiente de que sea ventajoso o no su consecuencia, lo importante radicaría en el hecho que se sometería al debate y a la reconvención pública.
En esta tónica, digo que de entre los correos que recibo, uno me llegó y me habló de empresas monopolizadoras de alimentos en Venezuela, especialmente de las Empresas Polar, cuyos productos, sensibles al venezolano, listo a continuación, arriesgándome a incurrir en una posible imprecisión como consecuencia de no certificar la información que me envía la fuente amiga. Al referirme aquí a las empresas Polar, lo hago a conciencia de que hay otras "empresitas" por ahí comprometidas con el relajo, como Alfonso Rivas y Compañía. Gente que monta empresas, viven de lo lindo a costilla de las bocas que comen y se dan el tupé del chantaje y de considerarse hasta mejores que el resto de los venezolanos (cual extranjeros, pues), dado el aparente sentimiento de "ajenidad" que despliegan en relación con su propia gente, a quien someten a necesidades. Son otra cosa, pero no venezolanos. El afán de lucro no justifica la barbarie ni el escarnio a la dignidad propia, si se llaman venezolanos.
Aclaro que el texto me llegó en un contexto propagandístico por una de las opciones del referendo, pero ello es secundario si todos los alimentos listados en realidad pertenecen a la empresa mencionada, siempre en el contexto de una reflexión sobre el monopolio empresarial alimentario. Debe tenerse en cuenta que esta empresa, o serie de empresas, ya ha amenazado, cual fundamental Microsoft, llevarse sus instalaciones a Colombia. ¿Qué tal?

EMPRESAS POLAR

  • Cervezas y maltas
  • 17 marcas de vino
  • Harina PAN, Mazeite, Primor, arroz, pastas, margarina, Nelly, Mavesa
  • Salsas, mayonesa, vinagre, enlatados
  • Refrescos Pepsi Cola, Golden
  • Avena, Toddy
  • Los alimentos Margarita: Sardinas, pepitonas, atún, pechugas, cazón, marisquería, pulpo, calamares, milanesa
  • Helados EFE
  • Alimentos para mascotas
  • Productos para limpieza: jabón Las Llaves, detergentes, lavaplatos
  • Bebidas deportivas: Yukery, agua mineral, soda

Y mucho más que el tiempo me impide detallar, que sorprendería hasta dónde dependemos y cuán balbuceante es el concepto de soberanía alimentaria en su expresión final, en el consumidor en los centros urbanos, virgen incluso en materia legal. Es claro que se han propinado golpes certeros con la Ley de Tierras, la producción y la cadena de distribución, es decir, en el campo en su horno productivo primario, pero también es claro que mientras la fruta madura a mediano plazo, como está proyectado en el programa político de la soberanía alimentaria nacional, deficiencias operativas en el ámbito político hacen estragos sobre el ciudadano final, es decir, la gente en la ciudad, victima hasta de buhoneros y acaparadores y, lo que es peor, se utilizan dichas deficiencias para generar situaciones de desestabilización por empresarios inescrupulosos. Este documento no obvia que se toman medidas y se invierte en el campo, comprándose hasta vaquillas de producción especial. Pero los cambios de estructuras que se vendrán operando desde el campo a partir de la implementación de la Ley de Tierras, en su fácil talento de despertar enconos en gente que no cede en su egoísmo lucrativo, deben prever planes de contingencia, la aplicación de la ley, la importación sucedánea si es posible o lo que sea con tal de quitarle al golpista la herramienta de arrechar a la gente para sus velados propósitos, y ya una de estas penúltimas palabras la pronuncio no con descortesía sino por necesaria expresión.
Baje la presentación aquí:
Alimentos polar

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martes, 11 de diciembre de 2007

Breve paseo por la aparente victoria opositora


Las elecciones del 2D en sus resultados dejó temblando a un gentío, empezando por los mismos opositores, que ni remotamente esperaban ganarle una confrontación a un contendiente como Hugo Chávez, que gana elecciones por márgenes de 3 millones y pico, como ocurrió en las pasadas presidenciales donde se hizo con más de 7 millones de votos. La sorpresa y vacilación iniciales fueron proverbiales, no sabiendo qué hacer ni cómo celebrar unos tan inusitados resultados, sencillamente porque dentro de su libreto no estaban contempladas reacciones para dispensarles loas a un triunfo sino precisas imprecaciones para acusar, señalar y cantar fraude por la segura derrota. Como dijo alguien por ahí, no estaba preparada la oposición para ganar, en buena lid, agregaríamos desde aquí.
Prácticamente el ciudadano común, de bando propio o contrario, percibía en el aire pre comicial la certeza de que "algo" explotaría si se daba el referendo con resultados favorables a Chávez, de tan comprometida que estaba la dirigencia opositora con el golpismo y la violencia. Y en ese sentido semejante chantaje funcionaba, pues el ánimo navideño se apoderaba del país y nadie quería estropearlo con hechos de sangre. El mismo gobierno, como confesó el presidente de la república, le seguía a la conspiración los pasos de cerca y había tomado sus previsiones para el conato de guerra civil que la oposición intentaría presentar con sus guarimbas.
Los primeros estremecidos por los resultados fueron, lógicamente, los cabecillas recalcitrantes, quienes veían cómo se les iba de las manos la posibilidad de encender el país y salir de una vez por todas de "tirano" de Miraflores. Se quedaron, pues, con el orgasmo contenido y hoy, no hay duda, bajo la tesis del padre Ugalde de que el 2.008 será peor y bajo el manto de civilidad que le provee el propio triunfo, trabajan a millón para eyacular su violencia el año que viene. El cívico reconocimiento de la derrota que hiciera el primer mandatario terminó de patearlos en el trasero y mandarlos hacia el final de la cola.
Y nuevamente hoy, como ayer, como es costumbre divisionista en la oposición, las huestes ganadas al civismo y recrecidas con el reciente triunfo, se verán azuzadas por los perros de la guerra, quienes les aconsejarán la conveniencia de no esperar la finalización de mandato constitucional alguno y la tirarán por el brazo de la violencia. Es muy probable que ya mismo le estén recomendando a los ovejos (¿los estudiantes?) no dejar enfriar la calle y organizar una marcha hacia Miraflores en el mes de enero porque la fecha es indicativa de que empieza un nuevo años y ellos lo quieren sin Chávez.
Dada la fractura de las tendencias en la tolda opositora, unida solamente por la animadversión a Chávez como elemento claro a combatir en el panorama, hoy las cosas no son mejores en la oposición a pesar de los favorables resultados. La incorporación de Baduel y del grupo Podemos complica la relativa tranquilidad lideral que compartían Rosales, el partido Primero Justicia y otros factores en general dispersión, aporreados de suyo en su autoestima porque unos jóvenes estudiantes lograron en pocos meses hacer lo que ellos no han podido a lo largo del chavismo: compactar en un efecto concreto electoral la idea más tangible que se tiene de oposición en los últimos 9 años. Duro les debe sonar en el oído que un “pelao como yo”, como se los dijera un estudiante, les estuviera dando lecciones.
Sin embargo, la sensación de unidad todavía es vaga y no terminan por saberse cómo digerirán conceptos incorporados como el chavismo sin Chávez, aportes de la disidencia baduelista y de la gente de Podemos, a quienes les parece normal, así como así, que chavistas sean opositores a Chávez y hasta pretendan tumbarlo, según casi nos hace pensar la vestimenta roja ahora adoptada por sus adeptos, los lemas robados al mismo presidente de la Republica, los símbolos y hasta el discurso condolido con la miseria de los más pobres. El rostro se extiende en una seráfica sonrisa cuando los oímos exclamar "Dentro de la Constitución todo, fuera de ella, nada"
El día cuando se le pueda atribuir una victoria a alguien o algo en concreto dentro de la oposición política venezolana, estaremos hablando de una oposición orgánica en verdad, y no de esta suma de despechos circunstanciales que estamos viviendo en el presente. Cuando un triunfo a la oposición sea lo que es un triunfo del chavismo al proyecto de país por él esbozado, se estará celebrando en Venezuela por partida doble, dejando constancia, claro está, que nadie pretende apuntar hacia ningún mesianismo o figura única (que al desaparecer desaparece todo) sino hacia una propuesta de país sistematizada en un programa político, cuya doctrina o propuesta ensalce valores como soberanía, autonomía, patria, distribución equitativa de la riqueza, igualación social, integración continental, bolivarianismo o conciencia de lo propio venezolano. Es, de cualquier modo, una tesis socialista que, fundamentalmente, ha de encarar las injusticias que acarrea el capitalismo como modelo político, en una sociedad largamente ultrajada como la venezolana, donde los ánimos, a pesar del revés electoral de ayer para un gran sector nacional, están ganados a no volver jamás hacia tan oprobioso pasado.
Hoy, según lo razonado, a ciencia cierta, políticamente hablando, no puede saberse qué o quien ganó dentro de las filas de la oposición con el reciente resultado electoral, reconocimiento aparte de que fue uno de los actos cívicos más perfectos de la historia del país, pudiendo ello abonar el terreno, incluso con la derrota de Hugo Chávez como un sacrificio político, de que la vía es el voto, la elección, el favor y la felicidad del pueblo mayoritario.
Baduel y Podemos, encajados ahora en el factor oposición, misma que también había encajado a los estudiantes como caliente asfalto de calle, buscan su orientación y papel en el nuevo enclave, posiblemente persuadidos de que desempeñaron un rol fundamental en la batalla perdida por el chavismo. Sin negar que constituyeron un elemento de peso en medio de un cosmos que incorporó hasta a la ex esposa del presidente de la república, la lógica llama a la no sobredimensión, lógica misma que aparencialmente los presenta como triunfadores. Al unirte al grupo que gana circunstancialmente una apuesta, naturalmente das la impresión de cubrirte con la gloria del vencedor, del mismo modo que un grano de arena se diluye en la playa y hace costa. Pero en particular, en la inconciliante individualidad de estos dos conceptos, se esconde una historia de derrota. El primero, Baduel, condenado al quiebre político, intentando medrar del propalado chavismo sin Chávez, bajo el manto dialéctico de la institucionalidad, hecho insólito por demás que equivaldría a algo así como al poderío que pueda irradiar de un ovejo disfrazado de lobo, o, también, hacer milagro con escapulario ajeno, configurando la oda poética de la mayor despersonalización política que se haya visto; el segundo, partido Podemos, saliendo derrotado en dos de los tres estados donde tiene gobernación política, que es como decir demasiado.
Para el primero se le recuerda que el chavismo lo repudia casi en su totalidad, porque la deslealtad es un gen defensivo que el chavismo histórico ha tenido que desarrollar para su subsistencia, no existiendo -que yo conozca- una retromutación. Él mismo contribuyó a su nacimiento, pretendiendo ahora luchar contra él, infaustamente. El segundo está condenado a su disolución en el marco del trapiche ideológico que es la oposición, donde no es posible sostener identidad ni integridad políticas alguna (dada la fuerte presión hasta extranjera), como ocurre con los viejos partidos, AD, COPEI y el MAS, casi extintos, y como pasa también con los de nuevo cuño, Primero Justicia, Un Solo Pueblo, breves murmullos en el viento, con la salvedad de un Nuevo Tiempo. De modo que el jefe Ismael García, que tanto luchó entre el chavismo para conservar su concha política propia, se verá en la precisión de dejarse asimilar por el vampirismo político opositor, de vario pinto caciquismo y de imposible individualismo.

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lunes, 10 de diciembre de 2007

Chávez, el hombre comida


Bueno, a pocos días de culminar la jornada referendaria, empezó a aparecer lo que estaba oculto y que jugó un letal papel en los resultados. Los alimentos.
No se dirá que aparecieron de modo pleno y en su generalidad, pues mucho escasea aún en los mercados; pero sí hay que decir que luego del día 2D se empezó a tener razones sobre muchas cosas alimentarias. Entre otras noticias, leo que un general de la Guardia Nacional en Barquisimeto, Luis Alfonso Bohórquez, con base a informaciones que le suministraron unos consejos comunales del área, decomisó 7 toneladas de leche y 2 de azúcar acaparados en los almacenes del Central Madeirense, sobre preciado, de paso. Leo otras noticias por allá sobre el mismo tema, la comida de los venezolanos, escondida, incautada, contrabandeada, etc., que lleva indefectiblemente a la certeza de que el pueblo fue sometido a un crudo experimento político y comercial durante el mes de noviembre inmediato pasado, como ya ocurriera en abril de 2.002 cuando el golpe, sólo que esta vez fue más sofisticado, menos descarado y más puntual en sus efectos.
No diré que productos como la leche, huevos, azúcar o caraotas mantenían niveles óptimos en su suministro a los venezolanos, pero ¡cómo se agravó la vaina en noviembre, en hora pre electoral! No ceder ante el chantaje de comprarle una lata de leche a un buhohero en Bs. 25.000, significaba irse a la cola del mismo acaparador Central Madeirense a codearse con el malestar del paisano, enojado por la carencia, enojo expresado en discusiones concretas en las filas o ante el pobre cajero, quien recibía el reclamo de no permitir la compra de más de dos latas por persona.
De ahí a afirmar que el enojo se tradujo en una abstención electoral o en un castigo, según se vea, no es ninguna temeridad. Chávez, el hombre comida –valga decirlo así- que intenta fundar una república de igualación social y justa distribución de la riqueza, escaseó en su forma nutritiva durante tales días, perdiendo una batalla contra los factores opositores, quienes aglutinan el empresariado que monopoliza la comida de los venezolanos. El Chávez alimentario escaseó de modo concreto en los anaqueles de los supermercados, y los electores se lo hicieron saber. La tesis de la soberanía alimentaria nunca tuvo tanta debilidad como entonces, a cinco años de la experiencia del golpe de Estado, que induce a pensar que la lección de ese hecho había sido aprendida.
Lógicamente, lo dicho es metafórico. No es el presidente el responsable expreso ni único, como tampoco se hará la temeridad aquí de afirmar que tales rubros alimentarios fueron la causal de la derrota, mucho menos creer en verdad que el hombre es un plato de comida. Hay un cosmos de reflexiones y razones, y el asunto de la comida es una tuerca dentro de la trabazón de la madeja, pero tuerca que toca al fin el sensible sentimiento de la seguridad alimentaria. En su específico alcance, tuvo un efecto devastador, acentuado complementariamente con otros logros de la propaganda opositora de corte psicologista, como, por ejemplo, la cuñita que presentaba a la revolución confiscando propiedades y negocios al ciudadano. Al desestabilizador sentimiento de "no existencia" se le sumó el de la brutal negación del todo a futuro, si se aceptaba la Reforma Constitucional.
Ahora, como si nada, pasada la marea, muy orondos aparecen los condenados alimentos, desfilando en su condición de "liberados" ante las cámaras de televisión y los ojos desconcertados de los venezolanos. Orondos porque cumplieron con su encomienda de reblandecer a un pueblo, suponiendo que ellos mismos hubieran estado de acuerdo con el NO. Se dirá que, pasada la "amenaza" de la Reforma, volvió la paz y la salud al país. ¡Ya hay leche, caraota y huevos! ¡Llegó la carne y vamos a comer hallacas tranquilos! ¡Mira bien, venezolano: cuando gana la oposición hay ánimos hasta para reconciliaciones!
Y así como sobre este aspecto se reflexiona, muy bien puede hacerse en relación a otros, como el trabajo de otros ministerios (hablábamos del Ministerio de Alimentación) y otras instituciones, como el INDECU y CONATEL, haciendo el artículo infinito. Baste extender la reflexión a los otros ámbitos y que cada quien encuentre su responsable reflejo ante el espejo.
Finalizo exponiendo unos pensamientos sobre el pueblo, la gente, el paisano, el pana, el camarada o compañero, ese conglomerado humano que se supone se muere por la comida -gran verdad, por cierto-, que piensa que por "la plata baila el perro" y que propone que si Chávez no es comestible no es conveniente. Ese que es maltratado a diario moralmente por plantas de TV que lo presentan como unidades de pensamiento vacío que sueñan con llenar la panza en un país de atrocidades. Ese mismo que va a votar varias veces pero en los mega mercados que organiza el gobierno para paliar sucedáneamente el problema alimentario, reconocido en su existencia, y que, eventualmente, castiga con su voto o simplemente no vota en los reales centros de elección. Ese que se viste de rojo y grita "revolución", pero que de modo inmediato cambia de parecer y de bando si lo asustan con cuentos de camino desde los medios de comunicación. Ese mismo que es ignorante y es conducido, lo cual lo hace inocente y a otros culpables, y enmarca la reflexión de Hugo Chávez cuando se plantea la posibilidad de su inmadurez para recibir el bautizo del proyecto socialista. Ese mismo que es sencillo, sin luz, que espera el auxilio civilizatorio y suele ser sujeto de empresas políticas. A ese que ponen en fuga con cuatro mentiras y que en un tiempo pasado Francisco de Miranda fustigara increpándole “Bochinche, bochinche. Esta gente no sabe hacer sino bochinche”
Señores, así nada se revoluciona. La piel política no puede ser tan de gallina ni la conciencia tan frágil. Se requiere profundizar, y ello significa comprender por qué ocurren las cosas, quiénes son sus responsables y qué buscan. En el peor de los casos, en el caso del hombre más ignorante de Venezuela que vacila ante dos propuestas, procede preguntar si no se sabe, mínimamente.
Es claro, nadie sobrevive "comiendo" de las ideas, con el estómago vacío, pues; pero a un proceso de cambios en espíritu revolucionario tampoco le sirve lo contrario, esto es, hombres sin conciencias que corran a las primeras de cambio. Muy bien lo dijo el hombre más connotado de la historia humana, Jesucristo: "No sólo de pan vive el hombre", traído aquí no para razonar la aceptación de una carestía, sino para no entrar en alarma cuando voces apocalípticas la virtualizan.
Sirva la reflexión para de algún modo despedir para siempre estos "votos" del proyecto político, al que destruyen, y para avanzar en una campaña de moralización para la construcción de una poderosa conciencia política, de suma de voluntades, allí donde no la hay, verdaderos baluartes a futuro del proceso de cambios que se le propone a la patria. Sirva también la reflexión para rescatar aquellos “vacíos”, exorcizando su ignorancia.
Conocimiento, comprensión y conciencia sería el norte del motor constituyente Moral y luces, tercer paso en el propuesto modelo de país que por los momentos remite, al menos en el malogrado formato de la no aprobada Reforma Constituyente.


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viernes, 7 de diciembre de 2007

Resultados electorales y cambios dentro del proceso de cambios


Los ajustes que se avecinan en el gabinete ejecutivo y distintos comandos de organización corren el riesgo de comportar una acción de maquillaje si no se revisa a fondo el lineamiento funcional que priva en cada sede y si no se toma de cada punto una variable para el control. Tendrá el presidente que sistematizar las reuniones con su gabinete y en macro evaluar las acciones de cada instancia institucional, pero escogiendo a intervalos -en micro- compenetrarse a fondo con los detalles de una cartera a la vez. Las figuras de la Vicepresidencia o una Secretaría de Gobierno están llamadas a realmente a hacer posible la delegación de ocupaciones presidenciales teniendo que, necesariamente, ser ejercidas por actores dedicados cien por ciento a la causa y de extrema confianza, aunque corran los riesgos de convertirse en blanco de soterradas antipatías que nazcan del entorno presidencial.
Sin duda viene una “movida de mata” y un necesario fortalecimiento de puestos comando ejecutivos, tomando como base que los resultados del referendo de cualquier modo constituyen una especie de avalúo de funciones de particulares gestiones. El Comando Zamora (aunque con un Coordinador Nacional que hizo un mea culpa público), la Vicepresidencia de la República, el Ministerio para el Poder Popular de Interiores y Justicia, el de Economía Popular, el de Alimentación, el Consejo Nacional de Telecomunicaciones (CONATEL) y algunos otros entes que no resistieron la prueba de la última empresa electoral (u embestida opositora, según se vea), como el Instituto Nacional de Defensa del Consumidor y los Usuarios (INDECU), aparentemente no escaparían a la "depuración general" que desde la alta esfera del poder se espera se promueva. La lógica grita que tampoco habrían de escapar las alcaldías capitalinas, en cuyas jurisdicciones no se dirá ya que ganó el NO sino que la gente se desmotivó en un 50 por ciento a la hora de votar por la causa del SÍ.
Se trata de acciones correctivas puntuales relacionadas con una específica fisiología que falló, pero que debe constituir una ocasión de oro para introducir ajustes y una reflexión que se haga extensiva para la globalidad del ejecutivo, presidente de la república incluido. Jamás se debe perder la conciencia de que la política es un arte que, si en uno de sus rasgos presenta desproporción, no logrará el efecto estético buscado de conquistar el corazón del pueblo, por más que el artista sea movido por sentimientos o propuestas de nobleza en su fuero interno, mismos que, por sí solos, per se, son cosa muerta si no entran en la dinámica de un concierto.
Cuando se encabeza un proceso de cambios tan delicado como el de Venezuela, que levanta ronchas de poder por los cuatro polos del mundo, el aspecto político, menos que nunca, puede ser descuidado, pues el apoyo del pueblo es el único conjuro contra las fuerzas adversas que amenazan la labor de la transformación. Para dejarnos de palabreríos, digamos de una vez que el contenido noble, estético, humanista, revolucionario o lo que sea, jamás calará por si solo en la masa sino es a través de los mecanismos prácticos consagrados por la historia y la ciencia en el conocimiento del hombre, el animal político. La política, pues, en tanto apunta a la psicología de las masas, es la única musa de un político, sin menoscabar necesariamente el contenido humanista de su propuesta y sin necesariamente caer en deshonrosas familiaridades o pactos que amenacen su pureza. Cada objetivo o propuesta comporta una estrategia o táctica políticas.
De forma que los correctivos y la toma de conciencia son necesarios. Como dice una vieja máxima, la apariencia de un retroceso cumple su papel táctico hasta que descubre el enemigo que en realidad se ha avanzado.
No obstante, semejante mandato correctivo de la lógica podría incurrir en algunas injusticias que comulgarían con la apariencia de sofismas que tienen las cosas. Por ejemplo, la superficialidad de la lógica jamás estaría en capacidad de develar el profundo problema de la inseguridad ciudadana que vive el país, cuyo sofisma siempre será presentar a su autoridad competente como un inútil a cargo. Es claro, para seguir con el ejemplo focal, que el asunto no se resolvería con un simple cambio de ministro, y aquí es donde entra el alerta sobre el maquillaje que daría la impresión de cambios. Se requiere una acción de Estado para corregirla, que incida en la cultura de masas, sin exagerar. Igual ocurre con el asunto del tránsito automotor, para algo variar la materia.
En fin, sin ánimo de defender o acusar, sólo se deja sentado que se comprendería por qué se realizaría un cambio allí donde la situación es ligera y con previsiones se hubiera incidido en resultados; pero allí donde el problema es orgánico, vertical, crónico, un simple cambio de ministro no pasa de ser un maquillaje si no se acompaña con una acción de Estado, y ofrecerá siempre una problemática explotable por factores políticos adversos, en coyuntura electoral o no. Por supuesto, demás está decir que la resolución del problema no comporta una preocupación específica por los resultados electorales, sino por mejorar como sociedad en general; ¿pero como se logra esto si, políticamente, no se asegura una suficiente permanencia en el poder que dé tiempo para ello?

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