viernes, 14 de febrero de 2025

RUSIA Y VENEZUELA, EL SILENCIO ESTRATÉGICO QUE DESMANTELÓ A LA USAID

Para ilustrar el modus operandi y líneas de acción de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), se puede centrar la atención sobre dos países que han frustrado sus objetivos: Rusia y Venezuela. De hecho, el fracaso ante estos dos países es tan estruendoso que el búmeran de su efecto terminó decapitándola. Se notó a leguas su inocuidad y, en especial, en la era correctora de Donald Trump con sus políticas de austeridad económica, destacó en extremo el bulto de sus ingentes e inútiles gastos.
Millones de millones de dólares invertidos durante décadas para que, por un lado, Rusia haya terminado más fuerte que antes y ganando su guerra ante Ucrania; y, por el otro, para que Venezuela haya ganado sus elecciones con Nicolás Maduro, aumente en la actualidad la producción petrolera y las empresas gringas hayan renovado sus concesiones para seguir explotando yacimientos en la patria de Simón Bolívar. Un golpe de muerte.
Comentando el "Manual sobre la lucha contra la desinformación" de la USAID para el años 2021, observa la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, que los objetivos de la organización consisten en lograr "un cambio de régimen en Rusia" a través de la socavación de su influencia en Europa, del financiamiento o compra masiva de medios informativos rusos independientes y "la formación de una red secreta de blogueros influyentes en el segmento de las redes sociales en ruso".[1]
Narrativa familiar, ¿cierto? En efecto, aplica igual para Venezuela: lograr un cambio de régimen político a través de la socavación de su influencia en América Latina y el mundo, financiando o creando medios informativos "independientes" y contratando blogueros o influencer en las redes sociales. Ni Vladimir Putin ni Nicolás Maduro fueron derrocados y sus respectivos países, como ocurre con un organismo cuando es atacado, desarrollaron fortalezas ante el acoso y la aplicación de miles de sanciones. Tales escenarios poner a significar que las sanciones son una especie de antibiótico mal administrado que lo que hace es inmunizar a los objetivos en vez de destruirlos.
El ogro desinformador y descarburante de la USAID, con mucho dinero y miles de destinatarios palangristas en el mundo, consideraba preciso escribir manuales para dirigir operativamente la inversión de los miles de millones de dólares procedente de los contribuyentes estadounidenses. Dice un diputado a la Asamblea Nacional de Venezuela que «la USAID ya ha reconocido que compró a nueve mil periodistas de cuatro mil 200 medios del mundo, quienes, bajo la fachada de "defensa por la libertad", publicaban notas negativas contra los gobiernos que le eran incómodos a Estados Unidos».[2] Dentro de Venezuela, éste paquete "donativo" se desglosó entre conocidos palangristas como Luz Mely Reyes (Efecto Cocuyo), Carla Angola y Carlos Méndez (EVTV – Miami), Miguel Ángel Rodríguez y César Batiz (El Pitazo), Fabiola Colmenares (VPI) y Alberto Federico Ravell y Leopoldo Castillos, entre otros.[3]
Pero un detalle crucial, revelador de la mecánica de trabajo de la USAID, como lo comenta Zajárova, es la aplicación del "silencio estratégico", una especie de anverso de la máxima propagandística de Joseph Goebbels de repetir cientos de veces una mentira para hacerla verdad y construir así falsas realidades. Como se comprende, por oposición, el silencio estratégico construye esas mismas realidades falsas callando "aquellas historias, hechos y opiniones que no encajen en la versión de los hechos aprobada en Washington".[4]
En el caso ruso, la prensa "independiente" ignoró olímpicamente los criminales ataques del ejército ucraniano contra civiles sobre varias poblaciones rusas; y en el venezolano, los desmanes acometidos por la "sociedad civil" libertadora de la oposición, sean en marchas o protestas, o en acciones paramilitares coordinadas desde exterior para invadir al país y asesinar al presidente de la república. Un ejemplo icónico es la "Operación Gedeón", propulsada por Juan Guaidó con apoyo logístico de Iván Duque y Álvaro Uribe desde Colombia, y militar desde los EEUU. El gobierno por esa línea se cansó de develar planes de atentados sin que ese cerco mediático se hiciera eco de tales verdades incómodas a sus intereses.
En la actualidad, momento de desplome de tan perniciosa organización contracultural, cursa en Venezuela un escándalo que evidencia el malgasto de millones de dólares destinados para derrocar a Maduro y cubrir hasta en detalles de ayuda humanitaria la consecuente situación de carestía y muerte generada por la inevitable guerra civil. Tanto es más escandalosa la situación cuanto más se descubre que una pila de personajes se robó los montos invertidos y se burló de la "buena fe" del tío Sam. De allí la orden de desmantelamiento de Trump.
Estos personajes son: Juan Guaidó, Leopoldo López, María Corina Machado, Julio Borges, Lester Toledo, Miguel Pizarro, David Smolansky, Carlos Vecchio y Carlos Paparoni, en declaraciones de Nicolás Maduro, de quienes se presume ejecutaron una estafa a los EEUU que rebasa los mil millones de dólares por concepto de derrocamiento y ayuda humanitaria, cifrándose posiblemente en 31 mil millones el monto si se le suman los robos a la nación venezolana por concepto de bienes pertenecientes a CITGO, Monómeros y al oro secuestrado en Inglaterra.[5]
El escándalo no se circunscribe nada más al hecho puntual de desviar unos fondos para embolsillárselos, sino también a la práctica de corromper a un organismo de perfil mundial como la ONU, cuyos funcionarios se dejaron comprar para permitir desfinanciar ONG institucionales y favorecer a otras más acordes con los intereses de los ladrones, como PROVEA y CEDICE, entre otras.
Finalmente, al respecto, concluye Zajárova sobre su caso nacional: "Por ejemplo, la directora general de la Unesco, [Audrey] Azoulay, no solo silencia los asesinatos de periodistas y corresponsales militares rusos a manos de 'banderistas' ucranianos […], encubriendo así al régimen criminal de Kiev, sino que también 'cumple con un régimen de silencio estratégico'".[6]
La lógica dice que, si la ONU fue salpicada por la basura de la USAID, es esperable que sus funcionarios corruptos desde sus cargos oficiales desplieguen campañas para desviar la atención sobre el desfalco y hasta elaboren listas y conceptos sobre cuyo gasto se "invirtió" el dinero.
 
REFERENCIAS DOCUMENTALES


[1] Noticias, Últimas. 2025. "Rusia revela cómo la USAID construía realidades con medios de comunicación", Últimas Noticias (C.A. ULTIMAS NOTICIAS) <https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/mundo/rusia-revela-como-la-usaid-construia-realidades-con-medios-de-comunicacion/> [consultado 14 febrero 2025]
[2] Farnetano, Odry. 2025. "Usaid cubrió plan desestabilizador a través de las ONG y pagó periodistas", Últimas Noticias (C.A. ULTIMAS NOTICIAS) <https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/general/usaid-cubrio-plan-desestabilizador-a-traves-de-las-ong-y-pago-periodistas/> [consultado 14 febrero 2025]
 
[3] Globovisión. 2025. "Luz Mely Reyes, Carla Angola, Carlos Méndez y César Batiz, entre los periodistas que habrían sido financiados por la USAID", Aporrea <https://www.aporrea.org/venezuelaexterior/n401151.html> [consultado 14 febrero 2025]
 
[4] Farmetano, Op. Cit., pantalla 3.
 
[5] González, Kleybergel. 2025. "Maduro: Banda de Guaidó se embolsilló $31 mil millones", Últimas Noticias (C.A. ULTIMAS NOTICIAS) <https://ultimasnoticias.com.ve/noticias/apertura/maduro-banda-de-guaido-se-embolsillo-31-mil-millones/> [consultado 14 febrero 2025]
 
[6] Noticias…, Op. Cit., pantalla 4.



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