viernes, 21 de noviembre de 2025

HABLAR DE PAZ CON EL CARIBE ENCENDIDO

El presidente de los Estados Unidos propone un diálogo con el de Venezuela para bajarle presión al conflicto y buscar la paz. Tal como sugiere con Ucrania y su plan de paz. El hombre es un disipador de conflictos, pues, y no un fomentador, como lo difaman por ahí.
Ofrece su mesa de conversaciones con Nicolás Maduro, no importando que el mar Caribe se aquilate cada vez más con navíos y armamentos de alto grado militar. Huelga detallar su flota, siendo lo más conspicuo el submarino nuclear y el colosal portaaviones USS Gerald Ford.
Tan aparente contradicción no debe malinterpretarse para avanzar en las negociaciones, porque se trata del consabido estilo imperial para resolver problemas. Tampoco tiene que hacer mella el hecho reciente de bombardeo a las instalaciones nucleares de Irán justo cuando se discutía una mesa de paz de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA).
Que nadie crea que es una finta para hacer bajar la guardia y atrapar a Maduro o para propinar un zarpazo desleal contra infraestructuras militares o energéticas de Venezuela. No, nada de eso. Lo de Irán fue un desliz protocolario producto de la enorme preocupación por la paz de los Estados Unidos, celosos por combatir amenazas mundiales.
Lo mismo hay que decir del buque cisterna petrolero ruso camino a Veneuela y detenido por uno de sus destructores. Son medidas para preservar la paz en la región, pues nadie puede asegurar si lo que transportaba era solo petróleo.
Es una cuestión de cultura y uso, de derechos ganados por los países desarrollados. Maduro debe asistir a las conversaciones desarmado si quiere convencer de que es un hombre limpio. Y debe, también, tolerar la presencia armada de los estadounidenses porque esa es la naturaleza imperialista.
Es más, lo ideal sería plantear esa mesa de diálogo en el mismo estado La Guaira, por ejemplo, con buques de guerra a la vista y tropas desembarcadas sobre suelo bolivariano para custodiar al presidente gringo. ¡Sería una muestra generosa de confianza! Así, con tal actitud, le diría al mundo que no teme de los estadounidenses esa mentira del petróleo, aceptando su paz y su lucha contra el narcotráfico.
 

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