Desde hace rato Venezuela está en guerra. ¿Quién duda? Es un asunto de enfoque y lenguaje, que con eufemismos suaviza la hipocresía de quienes atacan. Venezuela está en guerra desde que se le tildó de comunista con Hugo Chávez. Ahora, presuntamente, es "narcotraficante" con Nicolás Maduro. Evolucionó. Ya usted ve.
Es verdad, en aquella primera fase con Chávez no podía propiamente hablarse de guerra abierta, sorprendido como estaba el enemigo con los cambios en Venezuela. Pero se le empezó a asediar, asfixiar, sancionar… preparándose el contexto para la acción directa de hoy. Y eso, por más que lo disfrace el lenguaje con conceptuosidades y disimulos, es guerra. ¿O es que acaso el "asedio" es un acto practicable entre amigos?
De todas maneras, para los desprevenidos, una guerra hoy no es como la ocurrida en la antigüedad entre griegos y troyanos, o como cualquier otra de entonces y hasta de más acá con la Primera Guerra Mundial, donde los bandos sacan sus cuerpos y armamentos para combatir.
Las guerras hoy no son convencionales. Son multiformes, híbridas. Siguen teniendo presente la fuerza militar convencional, pero sin accionar hasta erosionar al enemigo con un asedio no convencional: ciberataques, desinformación, sanciones económicas, operaciones encubiertas y el uso de actores internos políticos (traidores), al estilo de las llamadas "revoluciones de colores". En términos militares, el asedio es la táctica y la erosión, la estrategia.
Calcula el enemigo que con Maduro llegó la hora de reventar la piñata en Venezuela e iniciar las hostilidades con el uso de tropas. Un pequeño examen descubre la sintomatología del asedio precursor: dos procedimientos policiales en Táchira, uno en Trujillo y varios en el Zulia detienen a complotados con sus respectivas armas, explosivos, drones, etc., todos procedentes de Colombia.
Por otro lado, evidenciando que ya es guerra con nombre, está el asunto de la flota gringa en el Caribe y el uso de Puerto Rico, Panamá, Guyana y Trinidad y Tobago contra Venezuela. Y la perla del secretario de Guerra de los EE.UU., quien bautizó la actividad bélica como "Operación Lanza del Sur", sonando incuestionablemente a guerra, como en su tiempo sonó en Irak la "Operación Tormenta del Desierto".
Buscan hoy narcotraficantes como ayer las "armas de destrucción masiva", aún no encontradas.
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