martes, 25 de noviembre de 2025

EL EFECTO DE LA SANCIÓN ES LA RECUPERACIÓN PATRIA

Venezuela expone el declive hegemónico de los Estados Unidos. Parte importante en esa exposición ha sido su resistencia durante dos décadas a las sanciones económicas. En su momento más crítico, cocinó a leña ante la carencia de combustible y padeció filas infinitas para surtir gasolina, por ejemplo. Este efecto en particular fue la consecuencia del bloqueo de navíos con insumos destinados a su industria petrolera.
El gringo golpeó donde tenía conocimiento de causa de que generaría sufrimiento. Había construido con su tecnología gran parte de la industria petrolera en su cohabitación secular con el país bolivariano, siendo su principal proveedor. De manera que no fue pequeño el trauma infligido al negarse a suplir sus consabidos chips, químicos y tuercas y tornillos necesarios para el funcionamiento. El trauma se agravó cuando la sanción también alcanzó a quien se atreviera a suplantarlo como surtidor.
Fue una fractura basal. Para ilustrar su dimensión, piénsese, de lejos, en El Pao, un pueblo minero fundado bajo influencia angloestadounidense en el estado Bolívar. Su gente vivía de la explotación del hierro del cerro homónimo. Si allí se dañaba una lámpara de alumbrado público, había que esperar semanas mientras llegaba de Inglaterra. No calzaba otro molde. El formato del alumbrado era inglés. Hágase, pues, idea del impacto de la sanción en infraestructura tan primordial como la petrolera.
A la sanción se unieron en cayapa los europeos. Arrodillar a Venezuela era la idea. Es, todavía. El objetivo consiste en generar la renuncia del incómodo socialismo. Las sanciones se aplicaron en todos los ámbitos, brutalmente: sector médico, bancario, informático, alimentario, etc.
Pero han pasado veinte años y Venezuela sigue en pie, y por ello ahora se le plantea una guerra con misiles o invasiva para lograr con armas lo que el fracaso de la sanción no consiguió. Semejante resiliencia venezolana, por consiguiente, ridiculiza y expone la debilidad imperial, lo cual es imperdonable. Venezuela invocó el tesón de su pueblo heroico y forjó alianzas con otros países para lograrlo.
Al final del día, la sanción tiene una cara constructiva: concita los poderes creadores del pueblo asediado y obliga a mirar la patria. Medite este hecho científico: más del 90% de lo que se come en Venezuela hoy se produce en casa.
 


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