El "rey" del mundo se queda sin un súbdito fundamental para su reinado: Arabia Saudita. Al menos están peleados y, aun así, es grave para sus intereses. Dado como está el panorama bélico del mundo con una Rusia poderosamente "amenazante" de su seguridad y una China imparable conquistando mercados económicos con sus chips y tecnologías, el rey del mundo en breve tendrá que hacer malabares para no arrodillarse ante su súbdito especial. Bueno, la espectacularidad de los malabares ayuda a disimular la humillante prosternación de la super mega gran potencia.
Hubo grandes en la historia que hicieron de pilares de reyes o potencias de entonces al apalancarlos económicamente. Los florentinos Bardi, Peruzzi, Medici y los ingleses Rothschild. Sin ellos habría sido pobre el amparo económico de tanto reinado harapiento. Joe Biden, presidente de los EE.UU., manifestó que revisaría las relaciones económicas con el reino saudita y sentenció que su comportamiento traería algunas consecuencias sancionatorias. El príncipe heredero, Muhamed Bin Salmán, rápido, contestó que nadie tendría que interferir en sus decisiones soberanas y económicas. Y créalo: ¡bastante ya es ripostarle a la altanería gringa, y por ello esa actitud hoy es objeto virulento de especulaciones, incluyendo esta misma!
Los estadounidenses se inventaron un mecanismo para imponer su moneda en el planeta. Le ofrecieron protección militar a la mayor potencia petrolera del momento a cambio de que cobrasen sus ventas de hidrocarburos en dólares. ¡Trato hecho! ¡Rodó el idilio! El idilio hoy sufre una crisis, o al menos un altercado. Este hecho artero en la historia económica contemporánea condujo a los estadounidenses a quitarle el respaldo del oro a su moneda y a proclamar que su garantía quedaba basada en el oro, oro negro (petróleo). Un poco después, desde ese punto no tardaron en proclamar algo más audaz: que su moneda en adelante se garantizaría en la confianza. Y desde entonces los gringos producen en sus arcas más billetes que el grano de arroz en el planeta, como si lo fotocopiaran. ¿Qué se necesita tantos billones para el presupuesto militar? He allí el Departamento del Tesoro y la Reserva Federal: ¡multiplicaos!
Cuando los sauditas ensayan un acto de soberanía económica (que ni siquiera es suya, sino decisión mayoritaria de la OPEP+: viejos miembros de la OPEP además de Rusia con nueve integrantes más) y deciden reducir en dos millones diarios la producción de petróleo para sincerar los precios y estabilizarlos, los reyes gritaron al cielo y acusaron al país árabe de aliarse con el enemigo, la Federación de Rusia.
De forma que ese baluarte gringo para sostener la fantasía del dólar como moneda eterna por toda eternidad empieza a desmoronarse ante propio rostro. Vendrán las conversaciones, la diplomacia, la amenaza velada, pero al parecer Arabia Saudita mutando está. No se ha dejado y los gringos no han accedido a suplicar, lo cual no harán según temperamental soberbia.
Es la guerra y la negociación que mueven las simetrías. Los rusos han trabajado a los sauditas y, al hecho de perder el mercado europeo para su petróleo y gas, se compensan con la decisión de la OPEP+ y el principado saudita, una baja para el interés imperial estadounidense. ¡Franca decadencia! Vendrá la fuerza y la consecuencia inmediata y superficial será el abandono del país árabe en su guerra con Yemen, además de atentados terrorista a las instalaciones petroleras, sanciones… De concretarse el divorcio, es claro. La consecuencia profunda es impensable: dólar achacoso, petróleo a $300, crisis energética mundial manejada por manos rusas y no gringas, cambio geopolítico, mundo multipolar en verdad. Inevitable es la guerra.
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