El uso histórico es que la derecha política vende y destroza con su capitalismo la economía de los países y luego viene la izquierda y repara. Parece una burla del destino que las masas tengan que madurar en medio de la miseria su actitud para acoger el socialismo.
La derecha habla fuerte, usa sus medios de comunicación para santificarse, notifica a gritos que habrá mucho dinero y empleo al empeñar el país con el FMI o el Banco Mundial. Su fuerte es que dichos entes, Estados Unidos y la UE, además de otras organizaciones involucradas en la jugada, lavan la opinión pública con sus embustes mediáticos, sosteniendo hasta el final que la economía del país en cuestión es inmejorable.
Recuérdese la crisis de Argentina en 2001-2, el país mimado de estas entidades hematófagas, al que hicieron lucir saludable hasta que, de pronto, de manera desvergonzada, se declaró la mayor quiebra de la historia mundial. Fernando de la Rúa fue el artífice; y, atención, Néstor Kirchner fue el político progresista, de centro izquierda, que reparó los desastres anteriores, pagando en su totalidad la deuda con el FMI.
Hay más ejemplos. Venezuela misma con Hugo Chávez, reembolsó lo debido al FMI, ofreciéndole, inclusive, prestarle dinero.
La pregunta es: ¿debe la propuesta socialista llegar al poder siempre bajo tales condiciones de desastre? ¿Es que acaso la conciencia humanista madura bajo la guerra, la violencia y el expolio, siendo el ejercicio derechista un festival de derroche e irresponsabilidades?
Piénsese en algún país gobernado por la izquierda. Téngalo en la mente. Intente, objetivamente, evaluar si es acaso el peor país del mundo por el hecho de no proyectar una película de Hollywood o lucir un vehículo Ford de último modelo. Y visualice sus riquezas, así como las jaurías históricas apostadas a un lado esperando su turno para depredar. Total, luego vendrá la izquierda otra vez a reparar.
Decía Hugo Chávez que la máxima desgracia que le puede acontecer a Venezuela en el plazo de un siglo es que la derecha política vuelva al poder: vendida, explotada, endeudada, destruida en su historia, regalada…
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