lunes, 1 de octubre de 2007

El golpe de octubre

¡Octubre, ya llegaste! exclaman los oposicionistas cuya esperanza es constatar el reafirmamiento de la oposición como fuerza política significativa y la consecuente caída de Hugo Chávez. En este mes. El sueño se llama "golpe de octubre".
Pareciera que el planteamiento esencial de su doctrina política busca acostumbrar al venezolano a que el propósito debe ser derrocar, tumbar, defenestrar, quitar, exterminar, birlar, excomulgar, asesinar... Día a día, mes a mes, año a año. Como si dijeran que si el país no es de ellos, no es de nadie. ¡Devuélvanme lo mío, carajo!
Su preocupación más inmediata es reorganizarse como facción política y demostrarse a sí misma que tiene peso. Ello se logra -en sus planes- a través de un jaleo de trascendencia nacional con miras a "renunciar" al presidente. A duras penas debieron parar sus motores en los meses de vacaciones, porque si fuera por ellos, sus líderes más ultrosos, habrían lanzado sus bombas Molotov en las mismas playas y lugares turísticos del país para mantener viva la consciencia de la protesta contra el "régimen".
Pero ya llegó octubre y con él la seguridad de que toda la sociedad está incorporada de lleno a su rutinaria faena. Las variables todas del experimento presentes y tomadas en cuenta. Sabido es que ya realizaron unas cuantas reuniones entre curas, empresarios y dirigentes políticos para afinar detalles. En el este de Caracas, naturalmente. Ya llegaron los estudiantes, caramba, y los religiosos metidos en la lid política colocaron sobre la mesa su aporte, esto es, la garantía de que los muchachos de los colegios católicos estarán en las calles durante las luchas patrias. Las lenguas más siniestras presagian que pueden andar preparando un muerto de esos claustros, en sotana, como medida efectista. El "régimen" es despiadado -dirán "se lo dijimos"- y mata a nuestros curas. Total -reflexionan-, siempre ganarían, porque si no logran embaucar al pueblo venezolano, afectarán la imagen del gobierno en el contexto internacional.
Las oníricas victorias de la oposición venezolana. Todo consuela: si un negro zamuro cruzara el cielo, volando hacia el oeste, también sería un buen presagio

Fresco, fresco y prueba que fortalece lo dicho: Ayer domingo, 30 de septiembre, José Vicente Rangel en su programa dominical sacó a la luz pública un intercambio de correo que entre Pablo, hermano del edecán de Pedro Carmona Estanga, y el general Iván Carratú Molina. Algo así como esto:
-Mi general, se preparan tales acciones y para nosotros es importante contar con su apoyo
-Me alegro que me tomen en cuenta -contesta el general- para tan heroicas acciones. Cuenten conmigo.
La maquinación de octubre tienes sus inmediatos antecedentes.
  • Primero la franca caída de la audiencia de Globovisión y RCTV, ya internacional. Sobre en el último parece que las cosas andan por los suelos: botaron a Norkis, le bajan el sueldo a sus estrellas y su actor emblemático, Nelson Bustamente, como que se les va (Fabricio Yarica: "Verdades Frívolas" en Las Verdades de Miguel. - (2.007) sep 28-oct 4; p. 23).
  • Segundo, las recientes convocatorias que realizó el Comando de la Resistencia, ahora liderado por Oscar Pérez (en sus sueños futuro presidente de Venezuela), fueron un redondo fracaso. Al parecer asistieron sus amigos, parientes y él mismo, lógicamente. De acuerdo con La Hojilla, tal fue su decepción que se vio impelido a golpear a un reportero para descargar la derrota.
  • Tercero, las encuestas sobre la reforma apuntan a su aprobación en una proporción de 6 a 4, en términos brutos.
  • Cuarto, la consigna "Patria, socialismo o muerte" en boca de los militares sembró un desconcierto funerario en las filas golpista, que decidieron apurar el paso antes de que los alcance la "pelona".
  • Y quinto y último, pero no por ello el menos importante, la oposición política como fuerza, dada sus desorganización, incoherencia interna, inconsistencia doctrinaria, ausencia programática, orientación contra nacional al recibir financiamiento externo, como que quiere desaparecer, según realidad expresada en encuestas. No parecen querer superar el 17% y la mentira piadosa que esgrimen para tapar la vista de tan horrenda realidad es que la gente cuando contesta las encuestas no dice la verdad porque tiene miedo. Luego sacan la cuenta del siguiente modo: 35% voto duro de Chávez, 50% la abstención, luego un 65% tiene la oposición, primera fuerza política del país. ¡Ni en el país de los viajes de Gulliver, donde se descubren costumbres maravillosas!

Todo ello exacerba el golpismo, ansioso de estrenar un nuevo roud. Al llegar octubre y reincorporarse los muchachos, tienen el claro propósito de utilizarlos como punta de lanza. Es el mes de la oxigenación y la hora de exorcizar los demonios de la descomposición propia. La fecha 9 de octubre (conmemoración del asesinato del Che Guevara) habrá de tener para ellos también sentido, como punto de inicio de sus acciones. Pesa también la matriz de opinión adversa en la que trabajan juntitos ellos, gobierno de Colombia y los EEUU: Chávez es terrorista y narcoguerrillero porque para esos días tiene pautado reunirse con líderes de la FARC. Creen no tener desperdicio.
No queda pues otra alternativa que presenciar otro triste despelote cuyos únicos resultados será la fuga en desbandada de los líderes, el empuje cobarde de la carne de cañon hacia el centro del fuego y otro centímetro más de hundimiento de la oposición política venezolana en el fango de la derrota.
Esperaremos, como dice uno de sus teóricos en el exilio, Robert Alonso, hermano de María Conchita, quien se sentó a esperar más compañía en su triste lejanía: vaticinó el domicilio de Oscar Pérez y Hernán Escarrá en la Florida. Óigalo usted mismo aquí en archivo de aporrea.org: Robert Alonso guarimbero

Hablando de temas funerarios, es decir del estado de ánimo de derrota del oposicionismo venezolano, me vienen a la mente estás estrófas del poema "Piedra negra sobre piedra blanca" de César Vallejo, aunque con hechos figurados en París y no en Venezuela. En todo caso, es un poeta que sabe de exilio, de miseria y tristeza.

Me moriré en París con aguacero,
un día del cual tengo ya el recuerdo.
Me moriré en París -y no me corro-
tal vez un jueves, como es hoy, de otoño.

Jueves será, porque hoy, jueves, que proso
estos versos, los húmeros me he puesto
a la mala y, jamás como hoy, me he vuelto,
con todo mi camino, a verme solo.


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