La lucha a favor de los inquilinos de Venezuela          está          caída, y caído de la mata está el que se mienta y se diga que,          con el logro del          parto de la ley, se ha avanzado contundentemente.
Ciertamente se ha avanzado bastante en tanto a          crear          expectativas y esperanzas para resolver los duros y angustiantes          problemas de          quienes viven en situación de arrendatario.           Se ha dotado a la figura del inquilino de un piso legal y          de un perfil          jurídico que infunde contención al abusador de siempre.  Nadie lo cuestiona. Hay          menos desalojos y          menos abusos contra los arrendatarios.           Nadie dirá que un arrendatario de estos tiempos es          tratado como un          inquilino de hace veinte años, cuando a patadas eran echados a          la calle,          notoriamente.
A no dudar un avance.  Pero hasta allí.  No se ha completado la          revolución contundente          en la materia en tanto consiste en transformar en propietario al          que declarado          está como falto de vivienda, teniendo el derecho a una vivienda          digna, como          manda la ley (Art. 82 de la Constitución de la República            Bolivariana de            Venezuela).  No se          ha completado la          revolución de hacer cumplir la ley.           Existe una Gran Misión Vivienda Venezuela (GMVV) donde          entra de todo para          ser dueño de vivienda, menos el sector inquilinario, según          hechos.
Y he allí el problema.  Ahora con el nuevo piso          legal en materia          inquilinaria, y con las nuevas expectativas con él generadas,          aunque no se tire          abiertamente a una familia a la calle, se tira el derecho al          suelo debido a que          la ley no se está cumpliendo significativamente.  Es decir, podría el hecho          comportar una          situación peor:  que          habiendo una ley que          cumplir, se obvie, e igual se desaloje, aunque no se haga con el          descaro de          antes.  En el pasado          ocurrían los          desmanes porque no existía un patrón legal que regulara la          transacción          inquilinaria; pero ahora la hay, y la hay para nada en muchos          casos porque, en          silencio, en contubernio delictivo,  se          está desalojando a diestro y siniestros a familias venezolana,          se hostiga a          diestro y siniestro a familias venezolanas, se humilla a diestro          y siniestro a familias          venezolanas.  ¡Con decir          que en estos          momentos ocurren desalojos en el país, momentos en que rige el          efecto de la sentencia          1171 (17-08-2015, ponencia de la magistrada Gladys Gutiérrez,          Pdta., del TSJ),          que los prohíbe expresamente!  Un          colmo.
Los inquilinos se bautizaron con el logro de la          ley,          pero si la misma no sirve para su amparo porque las          instituciones y los          obligados no la cumplen, el tal logro no es más que un llenar de          boca, una          burla.  Hay, pues, no          vacío legal, sino          incumplimiento, lo cual podría equivaler a lo mismo.  Inquilinos olvidados por un          lado, víctima de          colectivos contratados que los sacan, expuestos al arbitrio de          sus verdugos porque          las instituciones, la Superintendencia Nacional de Vivienda          (Sunavi), se queda          corta en su accionar regulador, sin personal suficiente para el          trabajo de campo,          con funcionarios corruptos en muchos casos, con el mal de la          burocracia como          sino, con desesperanza en siembra en el porvenir de los          afectados.
La Red de Inquilinos San Juan, así como lo haría          cualquier otra organización inquilinaria, en el marco del plan          "Luz          Inquilinaria", propone ante desalentador panorama las siguientes          acciones con          carácter de urgencia a efectos de visibilizar a este sector de          la sociedad          venezolana:
(1)  Una medida de          protección más contundente a favor de          las personas que viven en condición de alquiler.  ¿Hasta cuándo el descaro y          la parcialización          hacia causas netamente mercantilistas de muchos propietarios que          hacen de la          vivienda un negocio, y compran favores en las instituciones?  ¿Hasta cuándo la          desrrevolución de favorecer          a quien menos necesita y no tiene a la ley de su lado?  Familias venezolanas están          siendo lanzadas a          la calle ahora mismo, lo cual lleva a concluir que la ley es          letra y paja que          no ampara con efectividad.
(2)  Reestructuración          física de la Sunavi, incorporándole          mayor personal, dividiéndose la tarea por parroquias, atendiendo          todos los          problemas, ¡por favor!.
(3)  Compenetración de la          institución rectora con las          organizaciones sociales, quienes son las verdaderas conocedoras          de los hechos          en sus comunidades.  Ahora          existen en las          comunidades organizacione comunales con las cuales coordinar.  Esto con el fin de aliviar          la carga de          trabajo institucional, esa que presuntamente burocratiza.
(4)  Regular el problema de          las pensiones y los edificios          de vieja data, los cuales han sido ordeñados mercantilistamente          hasta la          saciedad por sus dueños (persistiendo en ello) y ocupan espacios          ridículos de          asentamientos familiares cuando pueden servir para construir          edificaciones para          cientos de familias.  
(5)  Adjudicar directamente          a los inquilinos en situación          de desalojo sin necesidad de estar yendo a ningún refugio          previo.  Ábranse los          ojos.  Se tienen pruebas          de edificaciones de la GMVV          que están solitarias esperando no se sabe qué cosa para ser          ocupados.  Medio pueblo          sabe que hay que pagar un monto          a algún mafioso para ser adjudicado.
(6) Asistir a la marcha el día jueves 4 de agosto de 2016 para decirle todo esto al Vicepresidente de la República, Aristóbulo Isturiz, con quien se tiene la esperanza de que dé una mano para hacer correr el agua del pozo estancada. Lugar de reunión: plaza Capuchinos, Caracas, 8:00 AM, de donde se saldrá hacia puente Llaguno, donde se esperarán a otras organizaciones sociales para ir a la Vicepresidencia.
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