Luce inminente. Lo acorralan por allá, lo atacan por acá. Él se dice el non plus ultra, pero algunos no quieren saber de reyes. "No Kings", le dijeron masivamente. Sin embargo, se resiste a creerlo. Es el presidente de los Estados Unidos, un imperio; luego, él es emperador. De manera que sí, parece inevitable que tenga que realizar un acto de fuerza para contraatacar a esos tontos habladores y demostrar su poder.
Es la historia. Se ha hecho impopular, pero no lo ve. Su entorno adulador no lo permite. Y así sigue su racha de torpezas políticas, hasta que ¡pum!, se llega a un colmo y logra ver la realidad. Caído, casi arrastrado, como si no lo quisieran. Veintitantos estados sublevados, montones de países odiándolo, sus propios compañeros de partido rechazándolo, las redes sociales pisoteándolo.
Se revuelve. Se dice que es verdad, que su petulancia lo llevó a caos, pero no puede mostrar debilidad. Es el emperador. Ni Tzun Tzu ni Maquiavelo ni Clausewitz lo recomiendan. Nunca nadie osó decir que Julio César fuera débil.
Entonces despide a un montón de gente y sustituye a sus aduladores por otros, que le recomiendan, urgentemente, atacar porque es la costumbre. Es el único modo de lavar desastres. Caotizar para refundar. Antes de removerlos, pedirá a Marco Rubio y a su Ministro de Guerra que le dejen una guerra abierta para el cerrarla con dignidad y recuperar su aceptación política. Es perentorio. Es el uso histórico.
Y esa torpeza de demostración de fuerza que primero consideró correcta, legítima y propia de su posición de poder contra los bobos, la llevará a efecto ahora como medida de supervivencia política. ¡Una guerra, un ataque, un acto heroico a repicar por los medios!
Escenarios sensibles: México, Canadá, Venezuela y Colombia; probables: Ucrania; utópicos: adversar a Israel respecto de Gaza.
La presión es alta. Hasta el estado de California se quiere independizar. Harry Truman, Ronald Reagan y George W. Bush sobrevivieron con tal estratagema. Huir hacia adelante. Y mientras se guerrea, suavizar por el otro extremo la política de sanciones económicas y el tema migratorio para santificarse.
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