Es viejo eso de andar juntándose los comunes contra los extraños, los débiles contra los fuertes, los ofendidos contra los agresores, los pobres contra los ricos y viceversa, los blancos contra los negros, etc. Es una dinámica de la historia humana, genética de sociedades, familias, pueblos, civilizaciones… Principio de la guerra y de la conformación de los ejércitos, por mencionar, de una vez, el tema más importante del hombre en su paso por la tierra. La locomotora real de la historia: la guerra.
Seis mil años atrás los sumerios, la primera civilización humana conocida, se organizaron en ciudades-estado, unas adyacente a las otras, en virtud de una comunidad centrada en el patrocinio de un dios, por lo general belicoso. De esta original nomenclatura tuvo lugar el restante de civilizaciones conocidas: egipcios, griegos y hasta romanos, por mencionar las más conspicuas. Ocurrió que la tan lesiva rivalidad entre los belicosos dioses pujó por expandir su cultura por Asia, Europa y África, como fue el hecho. El mundo es la narrativa de una rivalidad perenne. Todos los diluvios bíblicos que han sido fueron tomados del cuento original de esta civilización, siendo el génesis bíblico un plagio a voz cabal. El Yahveh del Antiguo y Nuevo Testamento es una reminiscencia del Enlil mesopotámico, el dios principal del panteón sumerio.
Griegos codiciosos y ofendidos juntaron humores hace más de 1000 AC contra Troya, tomando como pretexto la injuria del rapto de Helena; en realidad, diríase con Carlos Marx como generalidad, que esos "iguales" se juntaron para saquear económicamente a una ciudad en extremo estratégica y próspera de la antigüedad que generaba envidias. La primacía política y económica es una configuración inoculada en los genes humanos.
En el siglo XI los cristianos, en nombre de la fe, se inventaron el cuento del rescate de los espacios sagrados, en posesión de musulmanes. Así surgió la empresa militar, económica y política de las cruzadas. El gen original de los dioses expansionistas palpita en los huesos humanos con una tenacidad inagotable para fundar imperios y someter rivales.
En siglo XX la pobreza generalizada en Europa reventó en la segunda guerra mundial. Durante los años veinte, 5 millones de marcos llegó a costar un pan en Alemania. La riqueza y privilegios de los "otros" tenían que ser aniquiladas, y los unos, con rasgos puros, mancomunados o diferenciales, debían insurgir y conquistarlos. Había la utopía de fundar un imperio de mil años de duración para que unos seres especiales vivieran sobre la humanidad explotada de los otros, estigmatizados, en el peor de los casos, como materia prima. El Tercer Reich así ideó la raza, región y cultura puras en detrimento de otras residuales expresiones. La guerra es una hojilla quirúrgica en indetenible actividad.
En la última década del siglo XX se crea oficialmente la Unión Europea (UE), desarrollo programático de la militarista Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN). Como la guerra con sus múltiples invasiones no fue suficiente imperio para fundar un mundo único bajo el mando de Europa y los EE. UU., se ideó el discurso de la mancomunidad universal (Europa era el centro de la creación) en torno a una economía y moneda única, un comercio único, un banco único, un enfoque único, una riqueza única, una ruta única, una tierra única, casi en nada diferenciado del viejo nacionalsocialismo alemán. El objetivo siempre fue establecer un nuevo orden mundial, político, económico y militar, como bien mandan desde antiguo los dioses y sus arquetípicos genes diseminados en la humanidad.
En 2009, en plena crisis financiera, cuando el capitalismo se tragó a sí mismo en virtud de su insaciable expansión (voracidad y canibalismo), surgen los BRICS. En pleno desastre y como una manera de escapar de seculares prácticas en quiebra, un conocido banco canalizó el descomunal capital de sus inversores hacia las dinámicas y emergentes economías de Rusia, Brasil, China e India, con incorporación en 2011 de Sudáfrica. Se descorría el velo de la canturreada prosperidad capitalista occidental (UE-EE.UU.) y quedaba al descubierto la hórrida verdad de la celebrada prosperidad de dicho modelo económico: el mundo seguía siendo un militarismo como el de la segunda guerra mundial con su OTAN, con su economía de entonces, capitalismo a ultranza, devorador, en osario y genética. Lo demostró la crisis y el crecimiento de las inversiones en estas nuevas economías emergentes, mayor que el crecimiento de los países del G-7. Lo demostró el uso de la fuerza militar para preservar la forma económica en declive.
La UE-EE.UU. (es decir, Occidente) y su ansiedad imperial de mundos únicos, amenazada por la eventual emergencia de otras economías, cierra filas defensivas apelando a su genética real, la OTAN, y hace de este mundo un concierto de militarizadas sanciones («O estás conmigo o estás en contra») para forzar la supervivencia del corroído esquema. De allí ese perfil tan guerrerista que asola al mundo actual en medio de cruentas confrontaciones bélicas. Que no caiga el imperio y sus maneras.
Los BRICS, pues, son un desafío al orden mundial que empezó a combatirse con sanciones económicas. Al descubierto la estática carta capitalista de Occidente como modelo omnímodo, el evento inocultable del decadente dólar y el nerviosismo expresado en acciones militares, suenan las alarmas del viejo orden amenazado por el mundo nuevo. Si en principio son los BRICS economías que crecen mientras decaen las del orden mundial establecido en medio del mismo espacio-tiempo, es claro que la alteridad es un requisito para ser miembro de su organización. La condición de ser diferente, tal vez marginado, sancionado o atacado por el poder establecido es el milagro que junta a los "iguales" para unirse y actuar. No obsta ser blanco o negro, pobre o rico, desarrollado o subdesarrollado, democracia o dictadura para integrar el panel; importa la posibilidad de encarnar una alternativa ante el caos imperial que presiona con su unilateralismo y visión de mundo único. Importa la oferta de la diversidad y multipolaridad. Importa embarcase en el descubrimiento del nuevo mundo. Si se asume el compromiso del respeto cultural, en el mundo nuevo a ser inaugurado habrá paz.
En consecuencia, para evaluar la inclusión de nuevos miembros en una organización que toma forma, débense considerar los siguientes criterios:
- Disidencia con el orden mundial establecido: el país debe mostrar una disposición a desafiar el orden mundial dominado por Estados Unidos y Europa.
- Complementariedad económica: el país debe aportar recursos o capacidades que complementen a los otros miembros del bloque.
- Influencia regional: el país debe tener una influencia significativa en su región.
- Valores compartidos: el país debe compartir algunos valores fundamentales con los otros miembros del bloque, como la búsqueda de un orden mundial más justo y equitativo.
Expuestos de otro modo, son criterios de poderío militar, influencia política, reservas minerales y representación continental, los cuales al aplicarse al candidato estarían evitando la exclusión si éste es representativo por lo menos en uno de los renglones. Por ejemplo, un país como Bolivia, sin poderío militar ni posición geoestratégica importante, aportaría su riqueza mineral clave para el desarrollo de tecnologías muy preciadas en el presente.
Finalmente, se exponen algunos valores morales que delinearían de manera ideal a un integrante de los BRICS como organización de progreso y paz en el mundo:
- Multilateralismo: promover un orden mundial multipolar, donde las decisiones se tomen de forma consensuada y se respete la diversidad de culturas y sistemas políticos.
- Cooperación Sur-Sur: fortalecer la cooperación entre los países del Sur, compartiendo experiencias y recursos para acelerar el desarrollo económico y social.
- Justicia social: promover la igualdad y la justicia social, tanto dentro de cada país como a nivel global.
- Desarrollo sostenible: priorizar el desarrollo económico sostenible, protegiendo el medio ambiente y garantizando la equidad intergeneracional.
- Paz y estabilidad: contribuir a la paz y la estabilidad en sus respectivas regiones y en el mundo en general.
- Autodeterminación: respetar el derecho de los pueblos a la autodeterminación y a elegir su propio camino de desarrollo.
Así el preámbulo, para finalizar, se atreven estás líneas a proponer a los siguientes países como miembros de un BRICS ideal:
América:
- Brasil: mayor economía de América Latina, rica en recursos naturales (hierro, bauxita), influencia regional.
- Argentina: potente sector agrícola, recursos minerales (litio, plata), influencia en el Cono Sur.
- Venezuela: grandes reservas de petróleo, influencia en América Latina.
- Cuba: experiencia en desarrollo social, potencial turístico, y alianzas estratégicas.
- México: economía diversificada, importante socio comercial de Estados Unidos, rica en recursos minerales.
- Bolivia: abundantes recursos naturales (litio, gas natural), influencia en la integración regional.
Asia:
- China: mayor economía del mundo, gran influencia global, diversidad de recursos.
- India: mayor democracia del mundo, economía en rápido crecimiento, gran población.
- Irán: gran reserva de petróleo y gas, influencia regional.
- Turquía: posición estratégica entre Europa y Asia, poder militar.
- Kazajistán: ricos recursos minerales, especialmente en energía.
- Uzbekistán: importante productor de algodón y otros cultivos.
- Malasia: líder mundial en la producción de estaño, importante centro tecnológico.
- Indonesia: mayor economía del Sudeste Asiático, rica en recursos naturales.
- Pakistán: importante productor de algodón, influencia en Asia del Sur.
- Filipinas: posición estratégica en el Pacífico, creciente economía.
- Emiratos Árabes Unidos: centro financiero de primer nivel, líder en energías renovables.
- Arabia Saudita: mayor productor de petróleo del mundo, influencia regional.
África:
- Sudáfrica: potencia regional en África, rica en recursos minerales (platino, oro).
- Nigeria: mayor productor de petróleo de África, gran población.
- Egipto: país estratégico en el Medio Oriente y África, con una larga historia y cultura.
- República Democrática del Congo: mayores reservas de cobalto del mundo.
Europa:
- Rusia: poder nuclear, gran extensión territorial, ricas reservas de recursos naturales.
- Hungría: puente entre Europa y Asia, disidencia con la UE.
Oceanía:
- Australia: ricos recursos minerales (hierro, carbón, bauxita), economía estable.
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