martes, 4 de febrero de 2025

PARTE DE GUERRA: EEUU LANZA BOMBA ATÓMICA A OPOSICIÓN VENEZOLANA

Estalla la oposición, la ultraderecha ladrona, para más señas. No queda más remedio que utilizar palabras tan incendiarias. Y es porque la realidad es esa. Llegó Donald Trump con el cometido empresarial que anunció durante su campaña: eliminar gastos inútiles de los EE. UU., desprenderse de organizaciones conformadas por chulos de los EE. UU., investigar qué ha sido del dinero.
Largo rato tenía el don diciendo, por ejemplo, que su país debía abandonar la OTAN porque está constituida por ese montón de países europeos que no quiere gastar su propio dinero y espera por el financiamiento eterno de los EE. UU. Algo así como «sarta de chulos». Que también había que revisar el agujero negro de Ucrania, que lo que hace es gastar y gastar, y perder territorio ante Rusia, evidenciando una ridícula inutilidad; y al respecto propuso Trump que Ucrania debía ceder sus tierras raras para pagar apoyos dados y futuros en la guerra. Sacó a su país del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, a quien financiaba, quitando la asistencia que por esta vía llegaba a los palestinos. Tiene en la mira, también, el financiamiento que le hace a la UNESCO.
Además del ahorro de platita para su país, Trump también ha implementado un descarado accionar imperial para bloquear o atacar organizaciones o países que, en su opinión, actúan o fallan en contra de los intereses su país. Por ejemplo, tiene un pulso entablado con los OMC, que aúpa países emergentes, en su opinión; propone birlarle Groenlandia a los daneses porque afecta su seguridad y competencia con Rusia; quiere el Canal de Panamá para eliminar la influencia china, creciente en Latinoamérica. Etc.
Y en esa línea de reducir gastos e investigar pérdidas, la atención actualmente está fijada, de modo escandaloso, en el dinero que se le aportó a la oposición política venezolana a través de la recién suspendida Agencia de los EE. UU. para el Desarrollo Internacional (USAID), en especial a su líderes más connotados y multimillonarios: Julio Borge, Leopoldo López, Juan Guaidó y María Corina Machado. Al parecer, nada más con Juan Guaidó, se perdieron 700 millones de dólares, monto que debía aplicar para las ayudas humanitarias, pero que, según los cálculos, apenas destinó para ese fin el 2%, robándose el resto. Esta cuenta la presentó el presidente Nicolás Maduro en su programa televisivo, quien dijo que el ladrón, altanero con el dinero, quitó fondos que iban para organizaciones afiliadas a la ONU y los entregó a ONGs de su preferencia.
María Corina recibió fondos millonarios para su Súmate y está bajo la lupa; ¡ni hablar de Borges, López y otro montón de financiados, también bajo el microscopio! El FBI anda tras los pasos de Juan Guaidó, investigando sus conexiones y asociaciones delictivas. Todo ello es de dominio público, bastando nomás con echar un ojo a la prensa para comprobarlo.
En manejo de la secuestrada CITGO en los EE. UU., al decir de Maduro, estos seres tienen represados 5 mil millones de dólares por concepto de cinco años utilidades de fin de año. «Dónde está esa plata», se pregunta el presidente. Es plata ya no de la USAID, sino de Venezuela (https://www.telesurtv.net/usaid-entrego-millones-a-juan-guaido-y-a-ong-preferidas-en-un-escandalo-mundial/).
De manera que sí, es una explosión de la ultraderecha, hoy convertida en un atajo de nervios por las investigaciones. Se dice que Guaidó tiembla ante la perspectiva de estrenar la braga color naranja de los presos estadounidenses, saliéndole más barato que Trump y Maduro se pongan de acuerdo y lo extraditen. Se dice también que Borges, López y Carlos Vecchio son un reguero porque como miembros del gobierno interino desviaron fondos de la USAID. Ya tienen acusador por lo menos de renombre, un tal Anthony Daquin, experto en asuntos de seguridad, quien dice que recibieron 856 millones de dólares para ""restaurar la democracia" en Venezuela, además de otros $200 millones que declaró haber entregado el exsecretaro de Estado de la pasada administración de Trump (Mike Pompeo) al susodicho gobierno interino (https://misionverdad.com/venezuela/la-usaid-en-el-limbo-un-giro-doloroso-para-la-oposicion-venezolana). Hay otro apellido por ahí metido en el cuento: Pizarro (busque el nombre).
Si se les suma a estos componentes explosivos el hecho de que el enviado especial de Trump, Richard Grenell, estrechó la mano de Maduro, significando con ello que EE. UU. ya conversó oficialmente con Venezuela, el resultado es de irresistible pronóstico.  Una bomba atómica. Se derrumbará en breve esta especie de organización delictiva y terrorista que es la ultraderecha venezolana, con su gente huyendo por el mundo o pagando prisión en los EE. UU., rastreados por la INTERPOL. Se dieron el lujo con tanto dinero ajeno de financiar las elecciones primarias de Venezuela, donde salió "victoriosa" María Corina Machado.
Finalmente, la foto oficial del encuentro de estos funcionarios, Grenell y Maduro, ha quitado la paz a la ultraderecha venezolana, que al momento se encuentra persiguiendo con el viejito Edmundo González a Marco Rubio en Centroamérica para intentar recomponer la vaina con alguna imagen de reunión. La oposición extrema sueña con que Trump los toque, los acaricie, los mime, pero el hombre del copete se les ha volteado, según evidencias y vientos que soplan.
 
 
 

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