Si, se operan cambios impactantes en el mundo. Como en todo principio de siglo: independencia en Suramérica y revoluciones industriales en Europa en el siglo XIX, guerras mundiales en el XX, robótica e inteligencia artificial (IA) en el XXI.
Los países grandes se hacen pequeños y viceversa. La China campesina de los años cincuenta del siglo pasado se ha adueñado del mundo con tecnología y poder económico. Estados Unidos, otrora coloso global, se desmorona, tecnológicamente incapaz de construir en la actualidad un misil hipersónico. Rusia propone con un disparo desaparecer Europa, especialmente a Inglaterra, con todo y lo ofensivo que ello pueda resultar para el ego de esa pila de países colonialistas y bucaneros, dueña creída del mundo.
Irán, un país asediado del llamado Medio Oriente, ha derribado sucesivamente tres aviones caza F-35 en su flamante guerra con Israel, unas naves de quinta generación, intocadas hasta entonces. E Israel, una nación belicosa que se venga en los demás del maltrato a que fue sometida por los antiguos egipcios y la moderna Alemania nazi, empieza a dar muestras de descomposición respecto de su canturreada invencibilidad: su domo de hierro fue desflorado y en estos instantes gimotean en Tel Aviv sobre las vírgenes derramadas.
La llamada "Armada Invencible" española del siglo XVI fue desmadrada por una globalidad de factores, pero los ingleses pujan por llevarse el mérito primordial en atención a que fueron ellos quienes sucedieron como imperio. Todo es como un río, que fluye perennemente, recordando viejas glorias filosóficas griegas, como la de Heráclito. ¡Vamos, no te bañas en el mismo río todos los días!
De acuerdo con estudiosos, los imperios tienen una durabilidad promedio de doscientos años. El estadounidense, en efecto, caducaría en 2050, y desde ese país algunos exclaman que "algo huele mal en Dinamarca". Su presidente cumple 79 años, 250 las fuerzas armadas, y los adversos han convocados más de dos mil protestas para descelebrarlos. Huele a fragmentación. California, su estado más rico, sueña con independizarse en 2028; y, para el momento, su ciudad más populosa brega una lucha en defensa de su impronta extranjera.
Un caos, un marasmo global. Fresco está en las mientes el zarpazo chino en materia de IA, inaugurando esa nueva era tecnológica de inicios del siglo, de conocimiento y gratuidad: con un precio cien veces más bajo, fabricaron los nuevos chips de la IA, quebrando bolsas de valores y entregando el fuego de Prometeo a las masas.