¿Quién está libre de hablar de política? Es la ciudad, o el hombre en la ciudad, en su hábitat sociocultural, de acuerdo con el viejo Aristóteles. Somos animales políticos, sin escapatoria, bichos de ciudad, genes en convivencia o en guerra. Nada político nos es ajeno. Al hablar nos reconocemos, en versión y visión de mundo.
viernes, 27 de julio de 2007
Teatro de la caída de la Gran Colombia
Para los amantes de lo histórico y el arte, hay una obra teatral de un colombiano sobre la "muerte" Bolívar y la caída del sueño de la Gran Colombia: Memoria de la Gran Convención, de Enrique Vargas Ramirez, ex embajador de Colombia en Venezuela. Confieso que no lo he leído, pero me enganchó su propuesta de presentarlo al país en razón del momento histórico que vive. De acuerdo con sus palabras es teatro para ser montado y no leído. Recorre el espíritu aturdido de Bolívar en 1828, en una hora muy difícil de creación de formas republicanas como las instituciones diversas de lo social, los partidos políticos y el manejo del poder. Variables como la actitud "señera" de Santander y la rebelíón militar de Páez echan por el lodo el macro plan integracionista. Bolívar llega a exclamarle a Manuelita unas palabras de vértigo: "Todo, Manuela, todo lo grande que intenté quedó reducido a cenizas. ¡Qué amargo es el vino de la gloria que se pudre!" (Tomado de E.A. Moreno Uribe: "Enrique Vargas Ramírez narra cómo se perdió Colombia", Diario El Mundo, 26-07-2007, p. 17)
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